MUJERES: Reivindicación de derechos en la cresta de la ola

Cansadas de un bloqueo naval con buques de guerra impuesto por el conservador gobierno portugués, seis holandesas defensoras de los derechos sexuales de la mujer zarparon de regreso a su país en el barco-clínica ”Borndiep”, tras 12 días intentando llegar a la costa lusa.

La imagen internacional de Portugal pasa por uno de sus peores momentos debido al caso de la pequeña e inofensiva embarcación holandesa, obligada desde el 29 de agosto por dos buques de guerra a permanecer a más de 12 millas náuticas de la cosa de este país.

El barco, que pertenece a la fundación holandesa Women on Waves (WoW, Mujeres sobre las olas), fue invitado a Portugal por organizaciones congéneres para revitalizar el debate sobre al libre albedrío de la mujer sobre sus derechos reproductivos.

El ”Borndiep” también suministraría píldoras abortivas a mujeres que lo solicitasen, pero alejándose hasta más de 12 millas de aguas jurisdiccionales portuguesas, a fin de no quebrar las vetustas leyes lusitanas sobre el aborto.

Pero el ministro de Defensa, Paulo Portas, ordenó a dos navíos de guerra impedir la entrada del barco de WoW aduciendo el ”respeto a las leyes nacionales”, ”peligro para la ”salud pública” y a ”la paz social”, medida que no conoce precedentes entre embarcaciones de países miembros de la UE.
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Tras 12 días de infructuosos intentos por desembarcar, las tripulantes del ”Borndiep” resolvieron este viernes retornar a su país.

La doctora Rebecca Gomperts, presidenta de WoW, admitió que la misión no cumplió cabalmente sus objetivos, pero tuvo ”bastante éxito al exponer los abusos de poder del gobierno portugués”, dijo.

La operación publicitaria de un país moderno inmerso en la Unión Europea (UE), lanzada durante la Europa 2004 de fútbol del 12 de junio al 4 de julio, se fue a pique y todo lo conseguido en esa ocasión es sepultado ahora por innumerables artículos en la prensa extranjera presentado una imagen retrógrada del país.

A primera vista, el ”Borndiep” difícilmente sería considerado una amenaza en otro país europeo, considerando que su bandera es holandesa, está tripulado por seis mujeres pacifistas y su carga son cajas de preservativos, contraceptivos orales, dispositivos intrauterinos y un equipo para ecografía.

La oposición y las activistas lusitanas por los derechos de la mujer que promovieron la acción de WoW acusaron a Portas, líder del pequeño partido nacionalista de extrema derecha coligado a los conservadores, de imponer ”sus ideas retrógradas” al primer ministro, Pedro Santana Lopes, el que sin su apoyo no tendría fuerza parlamentaria para gobernar.

Inclusive personas que no defienden el aborto consultadas por IPS se expresaron contra las desproporcionadas medidas adoptadas por el gobierno.

Francisco da Cunha, un católico practicante y activista a favor de los derechos de la mujer, señaló que su moral le impide ”apoyar la interrupción de una vida en gestación”, pero que, a la vez, ”no puedo estar de acuerdo con actitudes autoritarias.

El uso de la fuerza militar ”sólo nos puede hacer recordar el salazarismo” (1926-1974), en alusión al dictador Antonio de Oliveira Salazar, añadió.

También el activista João Machado criticó ”la forma arrogante, prepotente y antidemocrática” que utilizó el gobierno para impedir la entrada del barco a aguas jurisdiccionales portuguesas, ”reprimiendo como ilícito o crimen, algo que aún no fue practicado”.

La Iglesia Católica, contraria a la práctica abortiva, se apartó de la polémica e incluso uno de sus pastores, monseñor Januario Torgal Ferreira, obispo de las Fuerzas Armadas, aconsejó al gobierno a dejar entrar el barco, preocupado con la imagen internacional del país.

Se estima que Portugal se realizan unos 40.000 abortos clandestinos anuales, algunos de ellos fatales por realizarse en condiciones inadecuadas, y recurren a ellos mujeres de escasos recursos, mientras las de nivel de vida alto cruzan la frontera con España o toman un avión a Londres, donde lo hacen en modernas clínicas legales.

”Nadie dice que el aborto es bueno para las mujeres, pero en lugar de hacerlo clandestinamente y de manera peligrosa, pretendemos que lo hagan con seguridad y dignidad”, dijo Gomperts, quien perdió una interposición judicial para revocar la decisión del gobierno.

Según el catedrático de la Universidad de Coimbra, Boaventura de Sousa Santos, el fallo no fue sorprendente, porque ”de la justicia portuguesa poco se podía esperar, dada su falta de experiencia en la confrontación con el poder político y su atávica falta de coraje en al ámbito de los derechos humanos”.

”Con su patético bloqueo naval al 'Borndiep', nadie podía imaginar que un país de la UE amenazaría con barcos de guerra a una organización no gubernamental europea que se dedica a sensibilizar a la opinión pública para consagrar la interrupción voluntaria del embarazo”, añadió.

Portugal es el único país de la UE que castiga criminalmente a las mujeres que interrumpen su embarazo y continúa ignorando las consecuencias dramáticas del aborto clandestino inseguro.

Países como Irlanda y Polonia, donde la Iglesia Católica influye directamente en los respectivos gobiernos y que tienen también leyes restrictivas, aunque la práctica es penalizada no se llega a condenar a la cárcel a los involucrados en un aborto, como sí ocurre en Portugal.

Tampoco en esos dos países impidieron la entrada del ”Borndiep” en sus respectivas visitas de 2001 y 2003, tratando de presentarse como países tolerantes a las demás ideas. En Portugal, en cambio, ”se vuelve a respirar un aire de país retrógrado e hipócrita”, opinó el catedrático universitario.

Gomperts, por su parte, advirtió: ”Es la propia democracia la que está en causa”, ante el fallo desfavorable del tribunal de Coimbra y la queja de una organización ultra conservadora contra ella en la Fiscalía General de la República, solicitando orden de captura por ”promover el aborto”.

La próxima batalla será en la UE, donde WoW acusará a Portugal de violar ”los derechos fundamentales de reunión, información y manifestaciones, así como la libre circulación en el espacio comunitario”.

”Nuestra lucha continúa”, anunció Gomperts, prometiendo denunciar a Lisboa ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Parlamento y la Comisión europeos.

El pasado fin de semana, Gomperts recibió la visita de dos diputadas holandesas, que viajaron hasta Figueira da Foz para apoyar su acción, las que acusaron al ministro Portas de lanzar una acción ”ilegal, injustificada y desproporcionada”.

Lousewies Van der Laan, del partido Demócrata D´66, que forma parte de la coligación democristiana de gobierno holandés, advirtió que, ”cuando la libertad de expresión, de asociación y de información están siendo violadas, la Comisión Europea tiene un papel importante que jugar”.

Como presidente de la Comisión (el órgano ejecutivo de la UE), el ex primer ministro conservador José Manuel Durão Barroso, ”¿defenderá los tratados europeos o será solo un político portugués cuidando en Bruselas los intereses nacionales de su país?”, se interrogó Van der Laan

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