Una escuela de la provincia argentina de Buenos Aires vivió este martes un grave episodio de violencia: un estudiante de 15 años disparó contra sus compañeros provocando la muerte de tres adolescentes y heridas a otros seis.
La tragedia (inusitada en Argentina) ocurrió en la escuela pública Islas Malvinas de la tranquila ciudad de Carmen de Patagones, unos 700 kilómetros al sur de Buenos Aires, poco después del tradicional saludo a la bandera, cuando los alumnos se ubicaban en sus aulas para comenzar la jornada.
El joven agresor, apodado "Junior", sacó una pistola nueve milímetros y comenzó a disparar. Tres compañeras de clase murieron, y tres de los seis heridos están en cuidados intensivos.
La jueza Alicia Ramallo recordó que el joven, ya detenido, es inimputable por ser menor de edad. Junior no tenía antecedentes penales ni de violencia en la escuela, donde además se desempeñaba con "buen rendimiento", de acuerdo con declaraciones de una de las profesoras.
El arma utilizada era del padre del joven, un suboficial retirado de la Prefectura Naval que cayó en una conmoción al enterarse del ataque cometido por su hijo. De acuerdo con sus familiares, el muchacho era tímido y reservado, pero nada en su conducta hacía suponer un comportamiento como el de este martes.
Era un chico normal, no pensamos que iba a hacer algo así, comentó uno de sus compañeros. Según testimonios, el agresor disparó primero contra las paredes del aula, y cuando sus pares intentaron protegerse bajo los bancos abrió fuego contra ellos.
Recargó el arma y volvió a disparar contra otros estudiantes que intentaban huir por el corredor, hasta que un joven logró quitarle el arma. Entonces escapó, pero fue detenido por la policía poco después, y se comprobó que llevaba además un cuchillo en la cintura.
La violencia escolar es un fenómeno que crece en Argentina al igual que en otros países de la región y del mundo. Este mismo martes, la justicia de Buenos Aires intervino en el caso de una niña de 9 años que hirió con un cuchillo a su compañero de escuela, de ocho años, cansada de que éste le dijera gorda.
La jueza de menores Irma Lima manifestó estupor por lo ocurrido en Carmen de Patagones, y aventuró la opinión de que estos episodios evidencian la ausencia de familia y de escuela para jóvenes que, sin pertenecer a un sector social excluido, padecen trastornos emocionales que nadie advierte en su entorno.
En opinión de la psicóloga Rosaura Paulero, coordinadora del Programa de Mediación Escolar del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el joven de Carmen de Patagones tenía un evidente problema de conducta.
Pero la escuela falla cuando no logra detectar a tiempo ese comportamiento, dijo Paulero a IPS.
La violencia es el escalón final de un conflicto de los niños o los adolescentes, que escala sin que nadie intervenga, remarcó la experta. Hay menores a los que les cuesta manejar sus emociones y si esos conflictos no se trabajan, se puede llegar a un desenlace fatal como éste, señaló.
El programa que coordina la psicóloga, logró reducir en 30 por ciento, entre 2002 y 2003, las llamadas de escuelas públicas capitalinas al servicio de emergencias por heridas sufridas por estudiantes. El plan capacita a niños, adolescentes y profesores en instrumentos para mediar en los conflictos.
La violencia se manifiesta sobre todo en agresiones físicas entre compañeros o incluso contra docentes. Esta semana, una maestra de la capital argentina se quebró el hombro al intentar separar a dos menores de una escuela primaria que se peleaban durante el recreo escolar.
No obstante, son más raros en Argentina los episodios con armas que acaban con muertes. El único caso fatal ocurrió en 2000 cuando el adolescente Javier Romero (harto de que sus pares lo llamaran despectivamente Pantriste por su carácter sombrío), llevó un arma a clase y mató a otro estudiante.
La violencia escolar es un fenómeno globalizado, con indicios de crecimiento incluso en Europa, señalaron varios estudios difundidos en el Foro Mundial de la Educación celebrado en la ciudad brasileña de Porto Alegre en enero de 2003.
En Brasil, por ejemplo, la violencia ganó dramatismo en los últimos años por varios asesinatos de estudiantes y profesores perpetrados dentro o cerca de las escuelas.
Esa violencia, reflejada en los últimos estudios de decenas de países, es un "síntoma social" que se agravó en los años 90, en especial en los países que desarrollan un "capitalismo tardío", con "fragmentación y ruptura de los lazos sociales", opinó en ese encuentro José Vicente Tavares, de la Universidad Federal de Río Grande del Sur.
En Alemania, un ex alumno de 19 años mató en 2002 a 18 personas —la mayoría docentes— en una escuela de la ciudad de Erfurt, cerca de Berlín, y luego se suicidó.
En el central estado estadounidense de Colorado, dos estudiantes ejecutaron a 13 compañeros y un maestro y luego se suicidaron en 1999, en la escuela secundaria Columbine de Littleton, un episodio de violencia escolar que inspiró al documentalista Michael Moore para su filme "Bowling for Columbine".