Doce millones de tortugas van a parar por año a cocinas, restaurantes y laboratorios medicinales de China. En sólo dos ciudades de ese país se consumen más de 1.600 toneladas de serpientes, y la carne del mamífero pangolín, en extinción, cuesta 100 dólares el kilogramo.
El consumo de animales silvestres, apreciados en China por sus supuestas propiedades curativas y estimulantes, será cuestión central de una conferencia sobre conservación prevista para este mes en Tailandia.
En China se consumen 12 millones de tortugas silvestres al año, en alimentos y medicinas tradicionales, de acuerdo con la organización ambientalista internacional WildAid.
Las ciudades de Shangai (en el este) y Shenzhen (en el sur) consumen más de 1.600 toneladas de serpientes al año. La carne de pangolín (Manis pentadactyla), un mamífero similar al armadillo en riesgo de extinción en Laos y Tailandia, se vende a 100 dólares el kilogramo.
Muchos chinos creen que los platillos exóticos elaborados con carne de estos animales estimulan su vida sexual y fortalecen su sistema inmunológico. También se emplean cuernos de rinocerontes y huesos de tigres y osos para la preparación de medicinas.
La carne de animales silvestres es muy apetecida debido a la creencia de que uno se puede beneficiar de las propiedades del 'salvajismo', dijo el director regional de la organización conservacionista internacional Traffic, James Compton.
Se comen tortugas porque supuestamente garantizan la longevidad. Pero no es un alimento básico, sino de lujo, afirmó Compton en vísperas de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
El encuentro, al que asistirán representantes de 116 países, empezará este sábado en Bangkok y se desarrollará hasta el 14 de octubre.
En el sur de China hay restaurantes que ofrecen una cena con tortuga dorada de Laos a más de 1.000 dólares. Se cree que la sangre de este animal puede ayudar a curar el cáncer.
El consumo de estas especies aumenta sobre todo entre las clases altas chinas.
China, con 1.300 millones de habitantes, es la sexta economía mundial y el cuarto mayor exportador. El producto interno bruto (PIB) anual por habitante es de 1.100 dólares. El año pasado, el PIB creció 9,1 por ciento.
La demanda de animales silvestres ha crecido en forma considerable gracias a los cambios producidos en el país, que se aleja de una economía socialista y se parece cada vez más a una sociedad de consumo capitalista, señaló el presidente de la oficina tailandesa de WildAid, Kraisak Choonhavan.
En la reunión de CITES, que se realiza cada dos años, se discutirán cerca de 100 iniciativas para proteger a animales y plantas amenazadas.
Los ambientalistas reconocen que la conservación de la fauna silvestre es el mayor desafío en Asia, debido a la creciente demanda del consumo en el sur de China.
Los patrones de consumo cambian por lo general con los movimientos del mercado, pero la demanda de ciertas especies es estimulada por los traficantes. Se ofrecen los animales como decoraciones, para zoológicos particulares y como alimentos nutritivos, dijo Compton.
Aunque el hábito de comer estas especies es mayor en el sur de China, hay otros países de Asia sudoriental en los que se consumen, aunque en menor grado, añadió.
El mercado de fauna silvestre Puerta Este de Shenzhen es el mayor en el sur de China, seguido por el de Qingping, en Guangzhou. La mayoría de los animales proceden de Indonesia, Tailandia y Vietnam.
Los conservacionistas han logrado reducir el flujo de determinadas especies hacia China en los últimos años, pero, a la vez, aumentó la demanda de otras.
WildAid lanzó entonces su Programa de Toma de Conciencia para una Conservación Activa (ACAP, por sus siglas en inglés), con el que trata de convencer a los consumidores que dejen que comprar carne de animales silvestres.
El lema de ACAP es: Cuando la compra se detenga, la matanza también. La campaña cuenta con la colaboración de personalidades del espectáculo, como el actor chino y estrella de las artes marciales Jackie Chan.
China acapara ahora la atención internacional por los preparativos para los Juegos Olímpicos de 2008, y está asumiendo un puesto de liderazgo en la escena mundial. Por eso creemos que tiene la capacidad de proteger a las especies amenazadas, sostuvo el director de la oficina en Bangkok de WildAid, Steven Galster.
China será la piedra fundamental de nuestra campaña mundial para reducir el consumo de animales silvestres y el fin del tráfico, anunció..