La población cubana respiró aliviada con los resultados del referendo presidencial del domingo en Venezuela, que aseguran a Cuba la continuidad de un vital convenio petrolero, rechazado por la oposición política de ese país sudamericano.
El domingo, el presidente venezolano Hugo Chávez obtuvo más del 58 por ciento de los votos en la consulta popular sobre la continuidad de su mandato, pronunciamiento que le permite continuar gobernando hasta 2007.
Pero si hubiera triunfado la opción opositora, forzando a Chávez a una inmediata salida del poder, Cuba se arriesgaba a una nueva interrupción en los suministros petroleros procedentes de Venezuela, un golpe difícil de asimilar para la vulnerable economía cubana, según expertos.
Saber que seguirá llegando crudo venezolano da estabilidad y tiempo para seguir avanzando en la producción nacional, dijo a IPS Santiago Rodríguez Castellón, economista e investigador cubano en temas energéticos.
El sector petrolero cubano se abrió a principios de los años 90 a la inversión extranjera. Compañías de Canadá, Francia, Gran Bretaña y Suecia, entre otras, operan en este país caribeño en sociedad con el Estado.
[related_articles]
Así, la producción de crudo ha ido creciendo de manera sostenida en los últimos años y ya en 2003 alcanzó casi 3,7 millones de toneladas (equivalentes a 23,25 millones de barriles de 159 litros) y la de gas natural fue de 653 millones de metros cúbicos.
Un estudio entregado a IPS por Rodríguez Castellón señala que la producción nacional de crudo satisface entre 40 y 50 por ciento del consumo del país, y obliga a importar anualmente más de seis millones de toneladas.
Con todo, el petróleo nativo se ha convertido en un rubro importante y determinante en la ampliación de las fuentes energéticas nacionales y en la búsqueda de la sustentabilidad petrolera, señaló Rodríguez Castellón.
Esa estrategia incluye la apertura al capital extranjero en las aguas cubanas del golfo de México, donde la compañía española Repsol-YPF acaba de encontrar petróleo de buena calidad, aunque no viable comercialmente.
Varios economistas consultados por IPS coincidieron en que ese resultado, anunciado por Repsol a fines de julio, no cierra las expectativas respecto del potencial energético de esa área, en la que se confirmó la existencia de un sistema de yacimientos petrolíferos.
La compañía obtuvo derechos sobre seis de los 59 bloques abiertos a licitación a mediados de 1999 por el gobierno cubano en un área de 112.000 kilómetros cuadrados de su zona económica exclusiva.
Mientras tanto, un acuerdo firmado con Venezuela (quinto productor mundial de crudo) en octubre de 2000 asegura a Cuba 53.000 barriles diarios de petróleo y derivados (diesel, gasolina y combustible de aviones, entre otros) en condiciones favorables de pago.
Según el convenio, Cuba debe pagar 80 por ciento del crudo a precios de mercado, en los 90 días posteriores a la entrega. El plazo para el 20 por ciento restante es a 15 años, con dos de gracia e intereses de dos por ciento anual.
El contrato tiene vigencia hasta 2005 y los precios se ajustan mensual o trimestral en casi todo el surtido. Ese petróleo no se regala, se vende bajo las condiciones del convenio, señalaron fuentes diplomáticas venezolanas en La Habana.
Sin embargo, sectores de la oposición venezolana consideran que el acuerdo obedece a intentos de Chávez de cubanizar el país, y trazan comparaciones entre la revolución cubana de carácter socialista, y la revolución bolivariana, iniciada con la investidura de Chávez en 1999.
De hecho, Chávez y su pare cubano Fidel Castro se reconocen mutuamente como amigos, y La Habana saludó calurosamente la victoria electoral del mandatario.
En 2002, los suministros venezolanos se interrumpieron algunos meses, primero a raíz de un fallido golpe de Estado contra Chávez y luego por incumplimientos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), vinculados a una huelga de dos meses de personal técnico y jerárquico de la compañía, para forzar la caída del presidente.
La Habana debió importar crudo y derivados en el mercado internacional a precios más altos, agravados por el alto costo de los fletes, pues algunos contratos se hicieron con productores de Europa y Africa.
El gobierno cubano calculó en más de 200 millones de dólares los daños económicos causados en 2002 por los incumplimientos de Pdvsa.
Las pérdidas podrían ser mucho mayores a los precios actuales, de más de 46 dólares por barril de 159 litros en el mercado de Nueva York, mientras la situación financiera de este país caribeño se mantiene tensa.
Según datos oficiales, las importaciones de petróleo, derivados y productos conexos cayeron de más de 1.100 millones de dólares en 2000 a poco más de 935 millones en 2002.
Gracias a un proceso de reconversión de las centrales termoeléctricas, el hidrocarburo cubano, pesado y con alto contenido de azufre, permite generar en la actualidad 84 por ciento de la energía eléctrica.