JUEGOS OLIMPICOS-AMERICA LATINA: Campeón del claroscuro

América Latina obtuvo sonados triunfos en los Juegos Olímpicos de Atenas pero, salvo Cuba, su desempeño general fue de bajo nivel, lo cual es atribuido a la mala organización de su estructura deportiva, descuidos de gobiernos y a no pocas injusticias, que en varios casos fueron adosadas de pretextos.

Apenas 63 de las casi 1.000 medallas entregadas en Grecia fueron para atletas latinoamericanos y sólo 21 de ellas fueron de oro. La mejor actuación fue la de Cuba, con 27 medallas, seguida de Brasil con 10.

Ese liderazgo cubano en la región, que se repite en cuanto torneo de disciplinas olímpicas se trate, hizo decir al presidente de su Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, Humberto Rodríguez, que la delegación en Atenas 2004 cumplió con orgullo "su compromiso con el pueblo”.

Cuba finalizó en el puesto 11, con nueve preseas de oro, siete de plata y 11 de bronce, para encabezar así a América Latina, Iberoamérica y hasta el mundo en desarrollo en general en el medallero.

Por su parte, Argentina, que alcanzó seis medallas, brilló al alcanzar los máximos galardones en fútbol y basquetbol, deporte este último en el que incluso venció al poderoso y muchas veces imbatible equipo de Estados Unidos, lo cual provocó explosiones de júbilo en su población aún mayores que las generadas por el balompié.
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De este modo, Argentina se constituyó en el segundo país de América Latina en obtener una medalla de oro en fútbol masculino en los Juegos Olímpicos, galardón que hasta ahora contaba sólo Uruguay con sus triunfos en 1924 y 1928.

En Chile pasó algo similar cuando jugadores de tenis le dieron a ese país sus dos primeras medallas de oro en la historia olímpica.

En cambio, México, donde las autoridades deportivas del gobierno de Vicente Fox prometieron ganar al menos una docena de medallas, sólo obtuvo tres de plata y una de bronce, una actuación que los expertos consideraron decepcionante y tras la cual se demandó modificaciones urgentes en las políticas oficiales del ramo.

Al quedar último en las pruebas de natación de estilo mariposa, el nadador mexicano José Veloz justificó su actuación declarando que el problema "fue el traje de baño". "No me ajusté bien a él”, sostuvo.

También la jugadora mexicana de voleibol de playa Hilda Gaxiola atribuyó al "deseo de ganar lo que hizo fallar”, tras perder todos los juegos junto a su compañera.

El marchista Bernardo Segura imputó su mala actuación en Atenas a que llegó con muy poca antelación a la prueba. Otros dijeron haber sufrido un ataque de nervios y casi todos, de los 114 atletas enviados por México, se quejaron de falta de apoyo oficial, a pesar de que el Estado invirtió en ellos unos 20 millones de dólares para la preparación y su actuación luego en Grecia.

En Chile, al igual que en México, la prensa deportiva dejó constancia que el mérito de sus medallistas recae fundamentalmente en su esfuerzo individual y no en políticas de Estado de apoyo al deporte de alta competencia, donde puede haber dinero, pero falta planificación y seguimiento a los deportistas.

Todos los especialistas y aficionados coincidieron en que estos triunfos no se deben a políticas deportivas del Estado chileno, sino al esfuerzo propio y de sus familias de los tenistas Nicolás Massú, ganador de la medalla de oro en competencia individual y también en dobles con Fernando González, quien además conquistó una de bronce en solitario.

Brasil, que obtuvo cuatro medallas de oro, tres de plata y tres de bronce, lo que se tradujo en su mejor resultado histórico en juegos olímpicos, celebró triunfos como su medalla de plata en fútbol femenino, conseguida a pesar de contar con escaso apoyo oficial.

Muchos comentaristas resumieron la hazaña de esas jugadoras con frases como "la medalla pertenece a ellas, no a Brasil" o "la ganaron las jugadoras, no Brasil".

También en Atenas, un deportista brasileño fue el que sufrió una de las peores injusticias de estos encuentros mundiales cuando el maratonista Vanderlei Cordeiro de Lima, quien lideraba la carrera a los 36 kilómetros con una ventaja de 25 segundos, fue atacado por un espectador, una situación que a la postre le impidió ganar la medalla de oro y alcanzar sólo la de bronce.

Brasil creó en la década pasada un Ministerio de Deportes, un rubro que había estado casi olvidado en la cartera de Educación. En ese país, la política de apoyo se hace principalmente por patrocinio de empresas estatales e incentivos tributarios a las privadas.

Además, sólo ahora se adoptó un programa para incorporar los deportes en las escuelas y masificar su práctica. Pero aún los recursos son escasos y el patrocinio aparece recién cuando el atleta ya demostró cualidades excepcionales, se quejan los expertos.

En Uruguay, que tiene desde 2000 un Ministerio de Deporte y Juventud, no ganó en Atenas una sola medalla, aunque compitió con 15 deportistas en atletismo, canotaje, ciclismo, natación, remo y vela.

La gran esperanza uruguaya estaba cifrada en el ciclista Milton Wynants, quien había ganado la medalla de plata en la prueba por puntos en los Juegos Olímpicos de Sydney en 2000, pero en Atenas apenas llegó en noveno lugar en esa misma categoría, que es su especialidad.

En Sydney su triunfo había sido altamente apreciado, ya que ante la falta de apoyo oficial debió hospedare en la casa de unos compatriotas para entrenar y llegó a aquella mayor instancia olímpica con una bicicleta modesta y comprada con su propio dinero.

En el mundial de ciclismo realizado en mayo en Melbourne, Australia, con su entrenador accedía a los estadios de entrenamiento haciéndose pasar por espectadores, ya que para usar la pista debían pagar 200 dólares que no tenían. Ingresaban con la bicicleta desarmada y luego la armaban dentro para entrenar, contó luego Wynants.

"La historia de México, Uruguay o cualquier otro país de América Latina es similar en cada olimpiada, con excepción de Cuba. No hay política oficial de apoyo al deporte y si la hay se pierde entre los burócratas”, dijo a IPS el mexicano Carlos Velarde, un médico especializado en deportes.

Paraguay obtuvo en Atenas su primera medalla en toda la historia de los Juegos Olímpicos al ganar la de plata en fútbol masculino, lo que generó gran alegría en ese país. Algo similar pasó con Venezuela con dos medallas de bronce.

Precisamente, en Venezuela el "Estado sigue un modelo como el cubano, de producir talentos desde las escuelas, pero no tenemos una estructura armonizada para el posterior desarrollo deportivo. Cada cual avanza como puede o como quiere", señaló a IPS Cándido Pérez, cronista deportivo con 30 años de experiencia cubriendo justas internacionales.

Para Velarde, "a excepción de Cuba, en toda América Latina no existe un verdadero interés por el deporte y eso se demuestra cuando se trata de Juegos Olímpicos, donde destacan unos pocos pero más por su esfuerzo y sacrificio personal, que por apoyos de los Estados”.

El experto puso los ejemplos del dominicano Félix Sánchez, quien ganó el oro en los 400 metros vallas para darle a su país la primera medalla de ese rango en toda la historia, y la mexicana Ana Guevara, que logró plata en los 400 metros planos. Ambos, que ahora reciben apoyo de empresas privadas, surgieron como figuras sin recibir casi ningún respaldo oficial.

* Con aportes de Mario Osava (Brasil), Humberto Márquez (Venezuela) y Raúl Pierri (Uruguay)

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