Sarah Bardwell no sabe el nombre de los cuatro agentes del FBI y dos policías que las interrogaron a ella y sus compañeras de cuarto frente a su casa en Denver, en el centro de Estados Unidos. Les preguntamos su nombre y nos respondieron que no nos lo dirían porque nosotros no le habíamos dicho el nuestro, contó.
Nos dijeron que estaban haciendo investigaciones preventivas sobre posibles… creo que sus palabras exactas fueron 'terroristas, anarquistas y asesinos', afirmó Bardwell.
Luego especificaron que las personas que buscaban estarían planeando atentados contra la Convención Nacional Republicana o la Convención Nacional Demócrata, dijo a IPS en entrevista telefónica.
La Convención Nacional del gobernante Partido Republicano se realizará del 30 de agosto al 2 de septiembre para nombrar oficialmente al presidente George W. Bush como candidato para las elecciones presidenciales del próximo noviembre.
La Convención Nacional Demócrata se realizó del 26 al 29 de julio y confirmó al senador John Kerry como el candidato del opositor Partido Demócrata.
Tras 25 minutos de un interrogatorio al principio agresivo y luego afable, los seis agentes se despidieron de Bardwell y sus compañeras, tras advertirles que realizarían más esfuerzos por encontrar la información que buscaban. Esto ocurrió el 22 de julio.
Según informes de prensa publicados esta semana, Bardwell es sólo una de decenas de opositores del gobierno de George W. Bush que agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones) han interrogado en las últimas semanas, en acciones que han provocado protestas en todo el país de parte de activistas que las consideran una violación flagrante a las libertades consagradas en la Constitución.
De acuerdo con los activistas, las acciones del FBI contribuyen a crear un clima de miedo más allá de la comunidad árabe y musulmana, que se convirtió en blanco del escrutinio de las agencias seguridad tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) no tiene dudas al respecto. Creo que las visitas a los opositores definitivamente crean un clima de miedo e intimidación, declaró Emily Whitfield, directora de relaciones con la prensa de ese grupo con sede en Washington.
La información sobre los interrogatorios salió a luz semanas antes de la nominación formal de Bush como candidato presidencial republicano en Nueva York, en un acto que grupos opositores planean frustrar desde hace tiempo.
Las autoridades también planean hace tiempo su respuesta de seguridad. Por ejemplo, el Departamento de Policía de Nueva York ha trabajado junto a los servicios secretos en los últimos 18 meses.
El martes, tres miembros del Congreso legislativo escribieron al Departamento de Justicia solicitándole que investigue las visitas del FBI a opositores, a las que llamaron persecución e intimidación política sistemática de participantes de protestas legítimas contra la guerra en Iraq, informó el diario The New York Times.
Cassandra M. Chandler, directora adjunta del FBI, aseguró que la agencia no vigila grupos ni entrevista a individuos a menos que reciba información de que planean actos violentos o criminales o tienen conocimiento sobre tales actos.
El FBI realizó entrevistas, dentro de los límites de la Constitución de Estados Unidos, para determinar la validez de las informaciones recibidas sobre amenazas, agregó.
Pero Bardwell, una interna del American Friends Service Committee que se considera una activista por la justicia social y ayudó a organizar en Denver las protestas contra la inminente invasión de Iraq, en febrero de 2003, afirmó que ni ella ni sus compañeras de habitación planeaban asistir a ninguna de las convenciones partidarias.
Ni siquiera sabíamos cuándo se iban a celebrar. Creo que el FBI sólo trata de justificar sus violaciones a la primera enmienda de la Constitución, que consagra la libertad de expresión, de reunión y de credo, manifestó.
Samuel Walker, profesor del departamento de justicia penal de la Universidad de Nebraska en Omaha, señaló que actualmente hay un clima general de miedo y se constatan violaciones específicas de las autoridades contra las libertades civiles.
Walker se refirió a disposiciones de la llamada Ley Patriota, aprobada en respuesta a los atentados del 11 de septiembre, que autorizan a las agencias de seguridad a registrar archivos médicos o bibliotecas sin orden judicial.
Las consecuencias del miedo son dos caras de una misma moneda, comentó el profesor y abogado James Brochin.
Una es el miedo a los comunistas (en la represión de los años 50, conocida como macartismo) o a los terroristas. Otra es el miedo al vecino o de hablar en público. Por lo tanto, se trata de miedo al comunismo o terrorismo por un lado y a nuestro propio gobierno por otro, explicó Brochin.
Ambos miedos resultan en una pérdida de libertad, ya sea mediante la autocensura o la aplicación de leyes vigentes o nuevas que invaden la vida privada o exponen las lealtades individuales (metafóricas o reales) al público general, dijo.