AFRICA: Plaga de langosta de magnitudes bíblicas

La plaga de langosta más grave de las últimas décadas se expande sin pausa por el norte y el oeste de Africa, y la destrucción de la vegetación y la agricultura amenaza con deteriorarse aún más, advirtieron expertos de la ONU.

Los insectos comenzaron a multiplicarse velozmente entre octubre y noviembre de 2003 en Malí por las muy favorables condiciones ambientales de ese país, describió Annie Monard, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Monard mencionó entre los factores que favorecieron la proliferación de langostas una temporada de lluvias abudantes y bien distribuidas y una abundante vegetación.

Desde entonces, mientras se reproducían hasta sumar decenas de miles de millones, las langostas efectuaron un viaje que las llevó a través de Mauritania hasta Marruecos y Argelia. Ahora regresan al sur, y han llegado hasta el norte de Burkina Faso e inclusive de Nigeria.

El país más afectado en la actualidad es Mauritania, pero la situación se complica también en Malí y Níger. Informes de Cabo Verde, Chad y Senegal dieron cuenta de la presencia también allí del insecto devorador.

La invasión de langostas amenaza con afectar en la seguridad alimentaria del Sahel, la región ubicada al sur de Magreb, donde los expertos han alertado sobre el riesgo de hambrunas, refirió Elisabeth Byrs, vocero de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

En los países afectados, con excepción de Senegal y Níger, 80 por ciento de la fuerza de trabajo depende de la agricultura, el sector devastado al paso de la langosta.

La funcionaria de la FAO transmitió la preocupación de los expertos por la velocidad y el volumen con que se multiplican los insectos en esta nueva invasión, más seria aún que la registrada en 1987-1989. Ese aspecto de la reproducción se verifica actualmente en Mauritania, Malí y Senegal.

Otro rasgo significativo es la rapidez con que las langostas se han trasladado desde los países del Magreb, donde llegaron en enero y febrero, hacia Africa occidental.

Ese comportamiento del insecto no responde a ningún antecedentes conocidos, observó Monard.

Hasta hace unos meses, el objetivo de la campaña contra el insecto apuntaba a bloquear su dinámica de reproducción para evitar una invasión más aguda a fines de este año. Lo que se procura ahora es proteger al máximo los cultivos y las praderas forrajeras, explicó la experta.

El resultado de la lucha ha determinado una disminución del número de insectos, pero es aventurado afirmar que en los próximos meses pueda ponerse fin a la expansión demográfica y geográfica de la langosta, estimó.

Por tanto, es altamente probable que la situación se deteriore aún más, dedujo. En Mauritania se espera la aparición de una nueva generación de insectos para los próximos días.

Hasta el momento no hay estimaciones del monto de las pérdidas causadas en más de 10 meses de invasión.

El lunes próximo se reunirán en Dakar, la capital senegalesa, técnicos de los países afectados. Al día siguiente deliberarán en esa ciudad los ministros de agricultura de esas naciones, y se espera que divulguen un informe del estado de las campañas contra la langosta y de las necesidades de apoyo externo.

La FAO ha estimado que se necesitan unos 100 millones de dólares para controlar el brote actual y para impedir que se convierta en una plaga a gran escala.

El pedido de ayuda de la organización fue divulgado hace una semana en su sede de Roma. Desde entonces, la FAO ha recibido 37 millones de dólares en contribuciones.

Canadá informó este jueves que aportará cinco millones de dólares estadounidenses a la lucha contra la langosta en los países del Sahel.

La FAO estimó que la situación se mantiene con contornos dramáticos y que se requiere mayor ayuda internacional. La campaña contra la plaga aparecida en 1987-1989 demandó una inversión de 300 millones de dólares.

En la lucha contra la langosta se emplean aviones, helicópteros, vehículos terrestres y pulverizadores.

Las campañas más exitosas se desarrollan cuando el insecto se encuentra en sus primeras etapas de evolución, en particular cuando abandona el estado larvario para convertirse en langosta ”saltona”. La acción contra el insecto evolucionado, la langosta ”voladora”, resulta más dificultosa.

En ese estado, la langosta puede avanzar hasta 100 kilómetros por jornada y aún más si ayudan las condiciones metereológicas, precisó Monard.

La investigación y el desarrollo de nuevos insecticidas más selectivos para la langosta y menos nocivos para el ambiente se detuvo en los últimos años por ausencia de plagas de envergadura que impedían verificar en el terreno la eficacia de los plagucidas de última generación.

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