La exclusión de Zimbabwe de los beneficios del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria fue criticada por activistas, que no aceptan la interferencia de la política en los esfuerzos para combatir las epidemias.
Representantes de diversas organizaciones civiles africanas coincidieron en que la necesidad de salvar vidas debe prevalecer sobre la controversia sobre la legitimidad del gobierno del presidente Robert Mugabe.
Zimbabwe es motivo de preocupación para la comunidad internacional, y en especial para Gran Bretaña, su antigua potencia colonial, desde que en 2000 Mugabe, de 79 años, se incautó de las tierras de 4.500 agricultores blancos para entregarlas a campesinos de la mayoría negra.
El opositor Movimiento para el Cambio Democrático acusó a la gobernante Unión Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) de fraguar las elecciones de 2002, y desde entonces Londres y Washington piden la renuncia de Mugabe
Zimbabwe es el tercer país con mayor prevalencia del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), ya que uno de cada cuatro de sus 13 millones de habitantes padecen la enfermedad. La expectativa de vida se redujo a 35 años y los niños y niñas huérfanos son un millón.
El gobierno de Mugabe no se beneficiará de las donaciones internacionales para combatir la enfermedad, confirmó a IPS el director ejecutivo del Fondo Mundial, Richard Feachman, al cierre de la XV Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada este mes en Bangkok.
"Sí, analizamos la política de una nación al estudiar su solicitud. Existe una amplia gama de desafíos en Zimbabwe que consideramos al rechazar la propuesta. ¿Quién distribuirán los fondos, y para quién?", señaló.
"No ayudará al pueblo de Zimbabwe enviar dinero a través de canales que no funcionan bien", agregó.
Sin embargo, el director de Asociaciones Operativas del Fondo, Elhadl Sy, discrepó con Feachman.
"Estoy sorprendido de que la política haya entrado en juego. Hasta donde yo sé, la evaluación que se tiene que hacer es sobre aspectos puramente técnicos", dijo a IPS.
El gobierno de Zimbabwe solicitó 516 millones de dólares, en su mayoría para una campaña de distribución de medicinas antirretrovirales. Apenas 5.000 personas en este país del sur de Africa reciben tratamiento.
"El apoyo a los programas con medicamentos antirretrovirales en Zimbabwe no es un lujo, sino un medio por el cual limitamos la pobreza, ya que mantenemos vivas a muchas personas que son sostén de la familia y aun de aldeas enteras", afirmó la coordinadora del Foro para la Reducción de la Pobreza en Zimbabwe, Judith Kaulem.
"Cuando suspendes el tan necesitado tratamiento no sólo estás afectando a las personas con sida, sino también privando a un clan entero de su subsistencia", añadió.
El ministro de Salud y Bienestar Infantil de Zimbabwe, David Parirenyatwa, dijo a IPS que siempre sospechó que la política podría incidir en las decisiones del Fondo.
"En 2002 el Fondo aprobó nuestra primera solicitud, y hasta el día de hoy no hemos recibido el dinero ", afirmó.
Parirenyatwa subrayó que Zimbabwe está entre los países con mejor coordinación entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado para la lucha contra el sida, uno de las principales exigencias del Fondo.
El gobierno, con la colaboración de la empresa privada Varichem, está fabricando un medicamento antirretroviral, pero no es suficiente.
La Red de Zimbabwe contra el Sida (ZAN), que agrupa a todas las organizaciones civiles que luchan contra la enfermedad, trabajó codo a codo con el gobierno para presentar la solicitud.
"La ZAN ha colaborado desde siempre, y el último programa de coordinación es sólo una continuación de esa tendencia", dijo a IPS la directora de la red, Kate Mhambi.
El Fondo permite que las organizaciones civiles hagan pedidos independientemente de los gobiernos, pero éstas deben probar que fueron excluidas por parte de las autoridades de los programas coordinados.
"Retener ayuda humanitaria es una medida fuera de lo común, porque si bien suspender la asistencia a regímenes se puede llegar a justificar desde el punto de vista político, suscita dudas sobre asuntos morales", dijo el presidente de la Coalición para la Crisis en Zimbabwe, Brian Kagoro.
Por su parte, el director para VIH/Sida de la organización Action Aid International, Leonard Okello, afirmó que "la lucha mundial contra la epidemia sólo se podrá ganar si los compromisos y la pasión que muestran todas las personas que trabajan en el tema se traduce en acción".
"El principal desafío ahora es ir más allá de la política para luchar contra el VIH, y tomar acciones para que los recursos estén disponibles para todos, incluso para los enemigos. De otra manera, estamos empujando a la muerte a los ciudadanos de estos países", añadió.
Mandi Mawodzwa-Taruvinga, del Fondo de Africa Meridional contra el Sida, creado por organizaciones no gubernamentales, calificó de una "tragedia" el hecho de que millones de personas víctimas de esta enfermedad hayan quedado a un lado debido a la política.
"Yo puedo entender que (el presidente de Estados Unidos, George W.) Bush decida no apoyar a Zimbabwe por temas políticas. Pero estoy asombrada de que iniciativas como el Fondo introduzcan asuntos políticos a expensas de millones de personas", afirmó.
Zimbabwe no está entre los 14 países africanos que se beneficiarán de la asistencia anunciada por Bush de 15.000 millones de dólares para colaborar en los esfuerzos contra el sida del continente.
El semanario zimbabwense Standard, crítico de Mugabe, señaló en su último número que el mundo no puede esperar ganar la lucha contra el VIH si se le priva a algunos países el acceso a los recursos mundiales por culpa de sus líderes políticos.
"Exhortamos a la comunidad internacional a que haga una clara distinción entre el liderazgo político y la población de un país. Las personas no deben sufrir por los pecados de sus líderes. En todo caso, castiguen a los líderes pero salven a los ciudadanos", afirmó en su editorial.
Por su parte, Lynette Mudekunye, de la oficina en Sudáfrica de la organización Save the Children, sostuvo que aislar a Zimbabwe arruinaría todo el trabajo contra el sida hecho en la región.
"No se puede atacar un problema de salud pública aislando al epicentro de la epidemia", afirmó.(FIN/IPS/traen-rp-mj/em/he dv/04)