La pandemia del sida desvía la atención de otras enfermedades mortales, advirtió el representante del secretario general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Derek Yach.
La mitad de las muertes son atribuibles a diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares y respiratorias, pero sólo se destina una pequeña parte del presupuesto de salud a la lucha contra esos males, explicó Yach a IPS.
La propia OMS asigna entre cinco y seis por ciento de su presupuesto a combatir tales enfermedades. Las campañas contra el sida, la tuberculosis y la malaria dejan fuera de foco la diarrea y las infecciones respiratorias, sostuvo el experto.
Yach figuró entre un grupo de expertos reunidos en Londres para el lanzamiento de la revista Development, dedicada a políticas de salud.
El acceso al tratamiento del VIH, la malaria y la tuberculosis está en la vanguardia, pero la diabetes, la hipertensión y el cáncer pueden ser, igual que el sida, una sentencia de muerte. Algunos diabéticos morirán si no obtienen insulina, dijo Yach.
Pero también se las considera enfermedades de la riqueza, y que, por lo tanto, no afectan particularmente a los países en desarrollo. Arrojemos datos sobre la mesa: la cuarta parte del presupuesto de salud de algunos países del Pacífico occidental corresponde a la lucha contra la diabetes, añadió.
Y el tratamiento de complicaciones de la diabetes conducen a tratamientos permanentes caros, como la diálisis.
Cada año mueren en China unos 2,5 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, un millón a causa del tabaco, agregó Yach. India tiene casi la misma cantidad de muertes por fallas cardiovasculares, 700.000 por el hábito de fumar.
En ambos países, los más poblados del mundo, el nivel de diabetes es alto y crece en las ciudades, y comienza a edades muy tempranas, afectando a personas de veinte y treinta años, sostuvo Yach.
En China, la obesidad se triplicó en los últimos años. El tabaco, la dieta y la inactividad física pueden afectar la salud del corazón y el sistema respiratorio, así como incidir en el cáncer y en la diabetes, agregó.
Parte del problema es de percepción, pues estas enfermedades son vistas como un asunto de fragilidad individual, y por lo tanto de responsabilidad individual y no de política gubernamental.
Pero enfermedades como la diabetes y las cardiovasculares son dejadas de lado en los programas oficiales dados los enormes intereses creados de las industrias alimenticia y tabacalera, que se han tornado en intereses políticos, según Yach.
Los malos hábitos alimenticios empeoran estas condiciones, dijo Yach. Hubo una explosión de publicidad de alimentos dirigida a niños pequeños, lo cual no ha contribuido a crear un ambiente favorable para tratar enfermedades crónicas, sostuvo el experto.
Las organizaciones no gubernamentales serán imprescindibles para llevar adelante una campaña para combatir las malas prácticas de las industrias tabacalera y alimenticia, dijo Yach.
Una alianza de unas 200 organizaciones lanzó una iniciativa a través de la red informática Internet para hacerse oír por los gobiernos. Todavía no hemos visto una campaña similar en materia de dieta, nutrición o actividad física, sostuvo el funcionario internacional.
Yach figura entre los expertos que contribuyeron a un debate sobre políticas de salud en Development. Algunos afirmaron que, al ritmo actual, no se cumplirán las Metas de Desarrollo del Milenio de la ONU relativas a la salud no se cumplirán en 2015, el plazo establecido.
Kelley Lee, de la Escuela de Higiene y Enfermedades Tropicales de Londres, sostuvo que las metas se cumplirán en 2165, lo que consideró escandaloso.
Las tendencias actuales estiman en mil millones las muertes causadas por el tabaco en el presente siglo, según Lee. (