Al pronunciar su discurso en la XV Conferencia Internacional sobre Sida en la capital de Tailandia, el principal delegado de Estados Unidos, Randall Tobias, tenía frente suyo carteles con la frase Está mintiendo.
Fue una protesta más silenciosa que la que rodeó en 2002 al funcionario Tommy Thompson en la anterior conferencia, en Barcelona. Su discurso apenas se escuchó entonces, a causa de los gritos.
La protesta de unos 60 activistas en la conferencia de Bangkok, que concluirá este viernes, es la más reciente muestra de hostilidad hacia el gobierno de Estados Unidos.
Se trató de una actividad planificada y prevista por los organizadores, pero nada pudo impedir que Tobias debiera permanecer en silencio por unos minutos mientras numerosos activistas gritaban Bush miente, la gente muerte, ¡medicinas genéricas para el sida ahora!.
Los activistas estaban demandando medicamentos genéricos para portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) y condones para todos, y no solo para los trabajadores sexuales que concentran la atención de las campañas preventivas.
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También se oponían al plan quinquenal al que el gobierno de George W. Bush asignó 15.000 millones de dólares, porque impulsa el enfoque ABC —abstente, sé fiel o usa condones (Abstain, Be faithful or use Condoms)— para el sexo seguro.
Cuando los organizadores de la conferencia solicitaron al público que tomara asiento, los activistas accedieron, pero se sentaron frente a Tobias y con sus carteles en alto.
Tobias, ex presidente y ex gerente general de la compañía farmacéutica Eli Lilly, de Indianapolis, sólo pudo empezar a hablar entonces.
Interrupciones más breves se repitieron mientras el funcionario estadounidense leía su discurso de 12 páginas. Entre los organizadores de la protesta figuraban las organizaciones tailandesas Información para la Juventud y Red de Usuarios de Drogas.
El VIH/sida es el verdadero enemigo. La negación, el estigma y la complacencia que alimentan el VIH/sida también son enemigos reales. Es un imperativo moral dirigir nuestras energías contra esos enemigos, no contra otros, sostuvo Tobias.
El funcionario defendió el plan de Bush, el cual, según aseguró, no puede ser reducido a las descripciones simplistas de los críticos.
Tobias afirmó que el plan se adapta a las necesidades de diferentes naciones y de sus habitantes, así como a las diversas tendencias de la epidemia.
Pero también sostuvo que Washington había definido cómo quiere afrontar los aspectos conductuales de la pandemia, enfoque al que muchos críticos en la conferencia consideran conservador.
Según esos críticas, el gobierno de Bush ignora necesidades reales del público y adopta una posición ideológica, de derecha religiosa, cuando lo que se requiere para combatir la enfermedad es ciencia, pragmatismo y recursos.
Muchos delegados sostuvieron en diversas instancias que les ha resultado difícil hasta usar la palabra condón —la c del enfoque ABC— en propuestas sanitarias relacionadas con el VIH/sida.
Además, apuntaron a las reducidas dimensiones de la delegación estadounidense —apenas 50 personas— como señal de la falta de compromiso de Washington.
El director general de la Federación Internacional de Paternidad Planificada, Steven Sinding, dijo que el gobierno de Bush afronta enorme presión de su ala derecha para evitar la promoción del condón.
El gobierno estadounidense ha establecido que 30 por ciento de sus fondos para la lucha contra el sida se asignará a organizaciones religiosas. Esto significa que hasta 30 por ciento del dinero se dirigirá a organizaciones que denigran activamente los preservativos, o que no los defienden, dijo Sinding.
El enfoque ABC no es opción para las niñas obligadas a mantener relaciones sexuales, advirtió Thoraya Obaid, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP). La fidelidad tampoco protege. Es necesario reformular el enfoque ABC, dijo Obaid.
Pero Tobias indicó que el gobierno de Estados Unidos se opone a la prostitución y a las actividades relacionadas.
Es importante observar que la ley y el plan de emergencia presidencial permite el suministro de tratamiento, medios de prevención y atención a las víctimas de prostitución y tráfico sexual, indicó.
Tobias aplaudió al presidente ugandés Yoweri Museveni, quien apoyó planes basados sobre la abstinencia. Debemos aprender de su liderazgo en el combate contra el sida. La abstinencia funciona, ser fiel funciona, los condones funcionan. Cada uno tiene su espacio, dijo.
No hay una única respuesta de prevención, agregó.
El plan de emergencia de Bush, lanzado el año pasado, garantiza tratamiento antirretroviral para dos millones de personas en 15 países y establece la meta de impedir siete millones de nuevos casos de VIH.