El tipo de petróleo de referencia estadounidense se vendió este viernes a 38,40 dólares el barril, sólo 34 centavos de dólar menos que el jueves, tras una semana de alzas motivadas principalmente por la llamada prima de guerra, empujada por la intranquilidad en Medio Oriente.
El precio del crudo West Texas Intermediate había retrocedido en el mercado de Nueva York, desde el récord en dos décadas alcanzado el 2 de junio al situarse en 42,45 dólares por barril de 159 litros, hasta niveles cercanos a 36 dólares la semana pasada.
En tanto el tipo Brent del mar del Norte, marcador europeo, se cotizó en Londres este viernes a 35,92 dólares el barril, lo que equivale a una caída de apenas 15 centavos respecto del jueves.
Pero durante la semana los precios se movieron al alza en casi cuatro por ciento, y en ocasiones treparon hasta 1,80 dólares por unidad en sólo una hora.
Los mercados siguen paso a paso la situación de Medio Oriente y los operadores juegan con la prima de guerra, de entre cinco y ocho dólares por barril según expertos venezolanos, la cual reflejó nuevos temores de atentados terroristas al acercarse un nuevo aniversario de la independencia de Estados Unidos, a celebrarse el 4 de julio.
Esta semana se añadió la duda de si la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aumentará su oferta en agosto, después que el ministro petrolero de Arabia Saudita, Alí al-Naimi, se declaró satisfecho con el actual nivel de precios, alrededor de 35 dólares por barril, así como del abastecimiento del mercado.
Creo que los actuales precios son justos, y no hay ninguna razón para tomar medidas, ya sea para incrementar o reducir la producción, dijo el miércoles al-Naimi.
Diez de los 11 socios de la OPEP acordaron elevar desde este julio su producción, de 23,5 a 25,5 millones de barriles por día, y agregar 500.000 unidades a partir del 1 de agosto.
Sobre sus niveles oficiales, la OPEP produce entre 1,5 y dos millones de barriles diarios, e Iraq, socio excluido del sistema de cuotas, extrae otros dos millones de unidades. En total, la Organización atiende entre 36 y 38 por ciento de la demanda mundial de crudo, cifrada en 81 millones de barriles por día.
La OPEP está formada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela. También la integra Iraq, pero está excluida de las decisiones desde 1990 debido a la invasión a Kuwait.
La cesta de siete crudos que utiliza el grupo se cotizó durante la semana a 33,29 dólares por barril, según informó el Ministerio de Energía de Venezuela.
La opinión de al-Naimi hizo que Arabia Saudita, ubicada entre los moderados de la OPEP por los analistas del mercado, pasase al grupo de los firmes defensores de los precios y renuentes a los aumentos de producción, integrado hasta ahora sólo por Irán, Nigeria y Venezuela.
El mercado está suficientemente abastecido. Los precios suben por factores como la situación en Iraq, los problemas de refinación en Estados Unidos y las especulaciones en los mercados a futuro, reiteró Alí Rodríguez, ex secretario general de la OPEP y ahora presidente del consorcio estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Aunque abastecido, el mercado sigue siendo muy sensible a cuanto movimiento denote una mayor o menor perspectiva de aprovisionamiento, y los acontecimientos de esta semana casi fueron un catálogo.
Después que los precios bajaron al reanudarse las exportaciones en el sudoriental puerto iraquí de Basora, interrumpidas durante una semana por reparaciones que siguieron a un atentado, treparon con las declaraciones sauditas y cuando el Departamento de Energía de Estados Unidos reportó una pequeña caída en las reservas comerciales de crudo.
El inventario estadounidense de crudo al 25 de junio era de 304,9 millones de barriles, una merma de 500.000 barriles respecto de una semana antes.
Los precios también se movieron después que las opiniones de al-Naimi fueron interpretadas por algunos operadores, que trabajan con recursos de fondos de pensiones en los mercados de futuros, como menor disponibilidad de petróleo después de agosto, y detuvieron las compras de crudo para adquirir combustible de calefacción.
Este combustible es remanente de la refinación después que al crudo se le extraen gasolinas, naftas y otros derivados livianos, por lo que su disponibilidad y precio se asocia con la operación de las destilerías, que en el caso de Estados Unidos trabajan desde hace año y medio a más de 90 por ciento de su capacidad y deberán hacer pausas escalonadas para reparaciones, en las próximas semanas.
Finalmente, apareció otro foco de inquietud porque la empresa rusa Yukos, que extrae 1,8 millones de barriles diarios, puede verse afectada luego de que el gobierno congelara sus cuentas bancarias, reclamando el pago de impuestos. Las acciones de Yukos en la Bolsa de Moscú cayeron 17 por ciento este viernes.