El Foro Social Mundial (FSM), que volverá a Brasil para su quinta versión del 24 al 29 de enero de 2005, introducirá profundos cambios en las formas de participación, para no despilfarrar las experiencias de los críticos de la globalización neoliberal en busca de un mundo alternativo.
Así lo anticipó este jueves en Quito el periodista Antonio Martins, miembro de la comisión organizadora del FSM y dirigente de la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (ATTAC), quien asiste al I Foro Social de las Américas, que finalizará este viernes.
Los cambios se relacionarán tanto con la planificación temática como con el formato de los debates y reflexiones y comprenderán igualmente modificaciones en la sede del foro y un fortalecimiento de la generación de información sobre esta cita mundial de la sociedad civil, dijo Martins a IPS.
El primer FSM se realizó en enero de 2001 en la misma meridional ciudad brasileña de Porto Alegre, que también fue sede de las dos ediciones siguientes, mientras que la versión 2004 se trasladó a la occidental ciudad india de Mumbay.
Martins elogió este primer foro de la sociedad civil americano, al cual asisten 10.000 personas de la región e invitados especiales de otros continentes totalizando unos 45 países, según sus organizadores.
El periodista brasileño dijo que la realización de este encuentro en la capital de Ecuador puso con mayor fuerza en la esfera del Foro Social Mundial al movimiento indígena de los países andinos, en una dimensión de redescubrimiento de las identidades, nacionalidades y ciudadanías cuando se debilitan los Estados nacionales.
Este encuentro es también un alerta contra los riesgos de recolonización de América Latina, a través de la imposición de un modelo de globalización neoliberal con los tratados de comercio en esa dirección y la instalación de bases militares estadounidenses en la región dominada por la cordillera de los Andes, agregó.
Desde Quito surgirán, asimismo, nuevas ideas para la construcción de teorías para la articulación de ideas de un mundo nuevo, en que debemos combinar igualdad y diversidad al mismo ritmo.
Este Foro Social de las Américas introdujo igualmente, a juicio de Martins, métodos más adecuados para una mayor participación del público, en una mayor interlocución con los animadores de paneles y seminarios, lo cual es también un aporte a considerar para el FSM de Porto Alegre en enero próximo.
En agosto se reunirá en Sao Paulo la comisión organizadora del FSM para definir aspectos específicos del foro, que en muchos casos constituirán recomendaciones para encauzar aportes preliminares de organizaciones de todo el mundo.
Así, existe la idea de avanzar hasta diciembre en la recepción de propuestas temáticas posibilitando a la vez un diálogo entre los grupos de la sociedad civil con intereses en asuntos similares, para que ellos mismos posibiliten tratamientos más adecuados.
Por ejemplo, es un hecho la preocupación en América Latina por los tratados bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, pero también Washington está promoviendo acuerdos comerciales en Asia. Entonces, ¿por qué no pensar también en debates y reflexiones transversales sobre el comercio Sur-Sur?, planteó Martins.
El dirigente subrayó que el FSM tiene que preservar su diversidad, pero a la vez superar su falta de articulación en reflexiones y propuestas para no seguir cayendo en un despilfarro de la experiencia.
En lo que respecta al espacio físico del foro mundial, Martins adelantó que existe la idea de trasladarlo desde la Universidad Católica, sede de los encuentros anteriores, a instalaciones especiales a lo largo de dos kilómetros en la ribera del río Guaida, que pasa por Porto Alegre.
El recinto universitario sirvió muy bien para los foros anteriores, pero su capacidad física se torna ya insuficiente, además de que su ubicación es demasiado lejana del centro de la ciudad, señaló el periodista.
Algunas de las instalaciones que se habilitarán en la orilla del río tendrán carácter permanente y serán luego donadas a la ciudad, en tanto otras serán desmontables, pero en todas ellas se intentará dar expresión a los valores que inspiran al FSM.
Habrá un conjunto de prácticas en sintonía con un mundo nuevo, como el abastecimiento alimenticio a través de redes de agricultura familiar, así como iniciativas de sustentabilidad, como 'basura cero' y reciclaje de desechos, explicó Martins.
La cultura tendrá un lugar no solo como espectáculo, sino también como otra forma de expresión, donde será muy importante la presencia de los grupos étnicos, agregó.
También existe conversaciones con el Movimiento del Software Libre para que todos los programas y soportes informáticos que se utilicen sean de las plataformas que maneja esta organización, opuesta al monopolio que a su juicio ejerce en esta ámbito la empresa transnacional Microsoft.
En materia de información se buscará igualmente una ampliación hacia la radio y la televisión de Ciranda, la estructura de banco de materiales periodísticos que ha funcionado en los foros anteriores, orientada sobre todo a la prensa escrita.
Para estos efectos, en Quito hubo ya contactos con la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), que se extenderán a otras redes de información independientes o gestionadas por la sociedad civil.
La periodista chilena María Pía Matta, presidenta de Amarc para América Latina y el Caribe, señaló al respecto a IPS la necesidad de unir esfuerzos informativos.
Amarc ha realizado transmisiones en otros foros. En esta oportunidad habría que instalar la idea de una radio para el FSM, incorporando a otras organizaciones, como Ciranda e IPS, y otras redes, como ALER (Asociación Latinoamericana de Escuelas de Radiodifusión Rural), para hacer transmisiones que tengan soporte compartido, señaló.