Quienes paseaban el último domingo de julio por la feria de artesanos del Parque Farropilha de Porto Alegre, encontraron un modo diferente de hacerse oír en el ruidoso vecindario céntrico de esta ciudad brasileña.
Un grupo de jóvenes activistas instalaron en el parque un equipo sencillo sobre una mesa —un micrófono, una consola y una antena hecha a mano— para "dar voz a la gente", explicó Chico Caminati, de la organización Sub Midia.
Rute vendía sus dulces caseros cerca de la improvisada estación de radio. "Les agradezco a estos muchachos por la iniciativa. Nunca antes había visto funcionar una radio", dijo a IPS.
"Tener la oportunidad de ser oídos es muy importante para nosotros. La democracia en las comunicaciones no existe en Brasil, y los políticos se interesan en nosotros sólo antes de las elecciones", apuntó Jorge, de 40 años, cuando tomó el micrófono por unos minutos.
Un día antes, los activistas habían "amplificado" la vida de Restinga, un vecindario pobre en el sur de la ciudad, conectando el micrófono a la emisora local del mismo nombre, algo ilegal según las normas vigentes.
La iniciativa se convirtió en fiesta callejera para todo el barrio. Los niños entrevistaban a los adultos, y un grupo local de percusionistas emitió sus temas por la radio.
"Necesitamos transferir tecnología de los pocos privilegiados que la retienen a la gente común. Queremos dar a las personas la posibilidad de expresarse y manifestar sus necesidades", dijo Caminati en una entrevista.
"Vamos a buscar a la gente a la calle porque creemos que la espontaneidad está en el corazón del proceso creativo radial: miramos lo que está ocurriendo y circulando en las calles, lo cual de otro modo jamás llega a los medios. Prestamos voz a la gente que usualmente no tiene acceso a las comunicaciones", agregó Tatiana Wells, de la organización mediatactica.org.
Wells, Caminati y otros 80 activistas participaron en el Polymedia Lab (laboratorio de medios), un proyecto para probar formar alternativas de comunicación, que formó parte del programa de la cuarta conferencia anual NuestrosMedios, entre el jueves 22 y el domingo 25 de julio.
NuestrosMedios es una red de investigadores, activistas y comunicadores de todo el mundo que trabajan en medios alternativos y comunitarios.
Creada en 2000 por los investigadores John Downing y Clemencia Rodríguez, cuenta ahora con más de 300 miembros de universidades, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y representantes de medios de comunicación ciudadana del Sur y del Norte.
Unas 200 personas de cinco continentes asistieron a la conferencia, celebrada en la Pontificia Universidad Católica de Porto Alegre. Durante cuatro días, participantes de América Latina, Europa y Estados Unidos exhibieron sus técnicas en el Polymedia Lab, realizando talleres y creando vídeos colectivamente.
Dos radioemisoras y un canal de televisión, instalados en dos grandes recintos de la Universidad, transmitieron en vivo desde la conferencia y llegaron a todo el mundo a través de Internet.
"La idea fue contar con un laboratorio en el que todas las personas que crean medios alternativos y radicales pudieran reunirse e intercambiar experiencias y habilidades en forma cooperativa. Desde investigadores a aficionados y practicantes, Polymedia fue un espacio para conectar a las universidades con el mundo del activismo", dijo su organizador, Pablo Ortellado.
El laboratorio fue concebido por medios de comunicación radicales de Brasil, integrantes de Indymedia, una red internacional de medios ciudadanos, y Radiolivre.org, un rizoma de estaciones de radio, como gusta definirse.
Pero la agenda diaria de talleres y muestras de vídeo fue creada entre todos los participantes, en ese clima de colaboración, espontaneidad y superación colectiva.
El grupo Media Sana, de la norteña ciudad brasileña de Recife, ejecutó lo que llama el "reciclaje de medios" y luego enseñó la técnica a otros. "Reeditamos vídeos tomados de la televisión y los mezclamos con música conectando computadoras e instrumentos musicales", explicó Gabriel Furtado, integrante de la organización.
"Queremos devolver la comunicación a la gente, reconstruir los discursos de los medios de una manera crítica, desde el punto de vista de los derechos ciudadanos", agregó.
"Haga su propio medio" fue el mantra de Polymedia, en el que cada uno podía aprender a hacer su propia (e ilegal) estación de radio o TV. En la mayoría de países del mundo las radios comunitarias o de corto alcance no están contempladas por las normas de radiodifusión.
"Las leyes no son el problema, porque ellas deben adaptarse a nuestras prácticas. La libertad de expresión es un derecho humano fundamental", sostuvo Caminati.
"Hay que cambiar la manera en que los ciudadanos conciben sus relaciones con los medios. Deberíamos recuperar el sentido de la comunicación como sujetos activos y dejar de ser oyentes pasivos", recomendó Juliana Vergueiro, de Radio Muda.