Primer día perdido, evaluó este martes el delegado de un país en desarrollo tras frustrarse, a poco de andar, la sesión inaugural de la fase decisiva de la negociación de la Ronda de Doha prevista para que se resuelva esta semana en la OMC.
La única reunión negociadora sostenida en la jornada en la OMC (la Organización Mundial del Comercio) fue sobre el tema de facilitación del comercio, que versa sobre la mejora de la infraestructura aduanera, y mostró que persisten los criterios dispares, abundó la fuente.
La ausencia de progresos en la cuestión de facilitación del comercio evidencia que el estancamiento se mantiene en el asunto crucial de la llamada Ronda de Doha, que es la agricultura, dedujo el negociador, quien pidió reserva de su identidad.
Con ese balance, el primer día de sesiones del Consejo General de la OMC arroja un saldo desfavorable. El organismo, que en sólo cuatro días debe destrabar una parálisis de casi tres años de la Ronda de Doha, abrió sus deliberaciones formales y luego de un breve trámite las suspendió hasta un momento más propicio.
Las autoridades de la OMC se proponen presentar este miércoles un nuevo borrador del acuerdo marco concebido para establecer las directrices de la segunda fase de la ronda, que debe concluir el 1 de enero de 2005.
Los redactores de ese texto confían en que lograrán superar las divergencias suscitadas por la primera versión del documento, distribuida el 16 de julio pasado.
Los países en desarrollo, de manera casi unánime, rechazaron el contenido de ese proyecto porque lo consideraron desequilibrado a favor de las naciones industrializadas, en particular de Estados Unidos y de la Unión Europea en el tema agropecuario.
El ministro de Comercio de India, Kamal Nath, uno de los aproximadamente 35 funcionarios de ese nivel que vienen a Ginebra para la sesión del Consejo General de la OMC, recordó este martes la decepción provocada por ese texto original.
A India le preocupa sobremanera la cuestión de agricultura, reconoció Nath. Uno de los aspectos más inquietantes es el tipo de relación que se pretende establecer entre los tres pilares del comercio agrícola, que son la ayuda interna, la competencia de las exportaciones y el acceso a los mercados.
Los países industrializados alegan que India tiene dificultades para abrir su mercado a los productos agropecuarios extranjeros, mediante reducciones de cuotas y de aranceles, porque debe proteger a cientos de millones de campesinos pobres que practican una agricultura de supervivencia.
Pero Nath advirtió que, antes de discutir las mejoras substanciales del acceso a los mercados, acordadas en la Ronda de Doha, el sistema multilateral debe ocuparse de los dos pilares que más distorsionan el comercio agrícola, la competencia de las exportaciones y la ayuda interna.
En el caso de la competencia de las exportaciones, que alude a las subvenciones al comercio exterior, los créditos, la ayuda alimentaria y las empresas comerciales del Estado exportadoras, el programa de Doha se compromete a reducirlas con miras a su remoción progresiva.
Una receta parecida de reducciones substanciales aplica a la ayuda interna causante de distorsión del comercio, precisamente la declaración aprobada por los ministros de la OMC en la capital de Qatar, en noviembre de 2001.
El funcionario indio objetó que no se puede pedir acceso a los mercados para productos beneficiados previamente por alguna de las formas de subvenciones a las exportaciones o de ayuda interna
El nuevo borrador del acuerdo marco deberá atender las objeciones detalladas que los países en desarrollo han levantado a los distintos capítulos del programa de Doha, que abarca también servicios, facilitación del comercio, acceso a los mercados para productos no agrícolas que equivale a aranceles industriales, propiedad intelectual, trato especial y diferenciado para países en desarrollo, y otros temas.
En el debate sobre facilitación del comercio de este martes, un grupo numeroso de países en desarrollo reclamó definiciones sobre el compromiso de las naciones del Norte para compartir el financiamiento de las mejoras que se deberán introducir a las infraestructuras aduaneras si se adopta el acuerdo.
Pero la respuesta de las naciones industrializadas no ha sido satisfactoria para los países en desarrollo, por lo cual la sesión se cerró sin progresos.
Otro tanto ocurrió el lunes en la discusión sobre aranceles industriales, cuando los países en desarrollo fueron presionados para que aceptaran una propuesta profundamente injusta, que les exigiría una apertura de mercados mucho mayor que a los países ricos, observó Phil Blomer, de la organización británica Oxfam.
El activista paquistaní Aftab Alam Khan, de la organización ActionAid, coincidió en que, durante la primera jornada de la reunión del Consejo General de la OMC, los países pobres soportaron presiones intensas de estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
El futuro del comercio mundial se está decidiendo en reuniones secretas, sostuvo Ziaul Hoque Mukta, de ActionAid Bangladesh.
Cómo puede proclamar la OMC que representa a todos sus miembros si ellos son excluidos de las reuniones fundamentales de la negociación, preguntó Mukta.
Las conversaciones entre los grupos de países se han sucedido este martes, con encuentros del Grupo de los 20 (G-20) de países en desarrollo, el bloque liderado por Brasil e India, y luego del P-5 (las cinco partes interesadas), que integran también Brasil e India, Australia por el Grupo de Cairns (exportadores agrícolas eficientes), Estados Unidos y la Unión Europea.
Blomer especuló que los miembros del P-5 recibirían en la noche de este martes un adelanto del nuevo texto sobre agricultura. El activista de Oxfam opinó que de esa reunión del P-5 surgirá la respuesta al documento sobre agricultura y definirá el tono de la reunión que debe cerrarse el viernes próximo.