CINE-BRASIL: Cazuza no para

La película ”Cazuza, el tiempo no para” ya conmovió a más de un millón de espectadores en sus cuatro semanas en las pantallas de Brasil, reviviendo al poeta del rock rebelde de los años 80, con sus ”excesos” de sexo, droga y anhelos fuertes, aunque poco definidos.

”Es el primer gran filme musical brasileño”, por ”tener la música como tema” y no buscar sobreponerse a ella, sentenció Caetano Veloso, con la autoridad de ser un compositor y cantante reconocido mundialmente que también se aventuró a dirigir un largometraje, ”Cinema falado” (Cine hablado), en 1986.

Es también ”uno de los más arrebatadores retratos de un personaje romántico” en el cine, escribió Veloso en un comentario para el diario Jornal do Brasil.

Cazuza, nacido Agenor de Miranda Araujo Neto, presentó de hecho muchos rasgos de héroe romántico de los años 80. Homosexual promiscuo y consumidor permanente de drogas, principalmente marihuana y alcohol, murió a los 32 años en 1990 a causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

Fue de las primeras celebridades en divulgar que tenía esa enfermedad, exponiéndose a ser víctima de prejuicios, discriminación e hipocresías.

Simbolizó una juventud rebelde de clase media que enfrentó, con un fuerte deseo de vivir, las incertidumbres de la llamada ”década perdida”, que en Brasil coincidió con el periodo de redemocratización tras una dictadura militar que duró de 1964 a 1985.

Cantante que decía no hacerlo bien, y que le gustaba ”más gritar que cantar”, formó parte del grupo ”Barao Vermelho” (Barón Rojo) y luego compuso algunas canciones que marcaron su época.

”Ideología”, ”Exagerado”, ”Burguesía” y ”Mayor abandonado”, son algunas de sus canciones y de los títulos de los ocho discos (tres de ellos con Barao Vermelho) en los que participó de 1982 a 1990.

”Brasil, muestra tu cara (…)/ ¿cuál es tu negocio?/ ¿el nombre de tu socio?/ (…)/ no me sobornaron / ¿Será mi fin?”, son algunos de sus versos para la canción ”Brasil”, y de los que más quedaron en la memoria de los brasileños, porque esa canción sonaba en la presentación de los capítulos de una telenovela muy popular, ”Vale todo”, que destacó el cinismo vigente en el país.

El filme, biográfico pero sin pretender fidelidad absoluta a los sucesos de su vida, trató de atenuar la cuestión sexual, según los críticos, para evitar una clasificación no recomendable para adolescentes, que habría afectado la taquilla. Se omitió, por ejemplo, la importante relación que tuvo Cazuza con otro cantante de más edad, Ney Matogrosso.

La dirección de la película fue compartida por Sandra Werneck, una cineasta destacada del grupo que ha dado un nuevo empuje a ese arte en los últimos 10 años, y Walter Carvalho, considerado actualmente el mejor fotógrafo del cine brasileño.

El ritmo vertiginoso de cámara en mano, la imagen granulada y los espectáculos multitudinarios del ”Rock in Rio” retratan bien el espíritu de los años 80 y de las numerosas bandas de rock surgidas en esa época en Brasil.

Pero es sobre todo el desempeño de Daniel de Oliveira, que interpreta a Cazuza de modo impresionante, lo que ha determinado el éxito del filme. El actor tuvo que perder mucho peso para representar al cantante en los años finales de su vida, de deterioro físico provocado por el sida.

El guión del filme se basa en el libro titulado ”Sólo las madres son felices”, como una de las canciones de Cazuza, escrito por su madre, Lucinha Araújo.

Con ”Cazuza, el tiempo no para”, el cine brasileño prosigue la búsqueda de una fórmula para unir música y cine. Brasil vive la frustración de no haber logrado hasta ahora llevar a la pantalla grande, con el dramatismo adecuado, dos de las actividades en que el país más se destaca, la música y el fútbol.

En el pasado, hace cuatro o cinco décadas, fue muy popular en el país un tipo de musical vinculado con las canciones del carnaval, llamado despectivamente ”chanchada”.

Una alternativa que se desarrolla últimamente son los documentales sobre músicos conocidos. Así, el año pasado se exhibieron dos largometrajes bien acogidos, uno sobre el pianista de música culta Nelson Freire y otro sobre Paulinho da Viola, cantante y compositor de samba típico de Río de Janeiro.

A ellos se añade ahora, con éxito, el filme biográfico musical.

En relación con el fútbol, se preparan algunas películas sobre antiguos jugadores de brillo en las canchas y tragedias personales. Por ahora los aficionados se satisfacen con ”Pelé eterno”, documental sobre la vida y el arte del mayor futbolista brasileño, en exhibición desde hace dos semanas.

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