La propuesta de crear una fuerza militar conjunta para toda Africa se destaca en la agenda de la tercera cumbre anual de la Unión Africana (UA), que se realizará de este martes al jueves en Addis Abeba.
Esa fuerza dependería de un Consejo de Paz y Seguridad de la UA, de 15 integrantes y asesorado por cinco personalidades destacadas del continente.
La creación de ese Consejo, ideada en mayo, debe ser ratificada por la mayoría de los Estados miembros de la UA, creada en 2002, que reúne a todos los países del continente y tiene su sede en Etiopía.
Especialistas en asuntos africanos piensan que ese nuevo organismo puede ser más poderoso y eficaz que otros creados previamente con la intención con la intención de resolver problemas del continente.
El objetivo declarado del Consejo es dar "respuestas oportunas y eficientes a conflictos y otras situaciones críticas", como golpes de Estado, y desastres naturales o humanitarios.
Una de las inquietudes en relación con el proyecto se relaciona con el financiamiento de una fuerza africana permanente de seguridad, pero la experiencia ha mostrado que las operaciones transcontinentales de mantenimiento de la paz son muy costosas y políticamente delicadas, señaló Kondwane Chirambo, del grupo de expertos Instituto para la Democracia en Sudáfrica, con sede en Pretoria.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha respaldado algunas operaciones de ese tipo, que no siempre fueron adecuadas a "la demanda de las situaciones de conflicto, en términos cuantitativos", comentó.
Según Chirambo, un ejemplo de ese tipo de insuficiencia fue la decisión de la ONU de enviar una fuerza de mantenimiento de la paz de 11.000-integrantes a Respública Democrática del Congo (RDC), un país de unos 55 millones de habitantes, cuya superficie de 2,3 millones de kilómetros cuadrados es casi la cuarta parte de la de Estados Unidos, explicó.
En la actualidad hay seis fuerzas de paz de la ONU desplegadas en Africa. La mayor de ellas, con 13.000 integrantes, está en Liberia, y las demás en Burundi, Costa de Marfil, RDC, Sierra Leona, y la región fronteriza entre Eritrea y Etiopía.
Países de Africa han contribuido a la integración de esas fuerzas. La desplegada en Sierra leona, por ejemplo, tiene 12.000 integrantes, de los que un tercio son africanos.
El protocolo de creación del Consejo de Paz y Seguridad establece que se creará un Fondo de Paz para financiar eventuales intervenciones en el continente, con fondos del presupuesto de la UA a las que se podrán sumar otras voluntarias de sus Estados miembros y "otras fuentes", por ejemplo empresariales o individuales.
Pero Chirambo señaló que la mayoría de los Estados africanos están escasos de fondos, para fundamentar que la iniciativa es "elogiable en teoría", pero "no debería crear ilusiones de que será una fácil aventura, porque las operaciones de seguridad y construcción de paz son extremadamente costosas".
El resultado puede ser que Africa recurra una vez más a países ricos del Norte industrializado, para pedir dinero con miras a la compra de aviones de transporte de tropas, helicópteros de combate y pago a soldados, y "los africanos nunca progresarán si dependen de limosnas de Occidente", dijo a IPS el analista político zimbabwense Thomas Deve.
El mes pasado, en la reunión del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos realizada en una isla del sudoriental estado estadounidense de Georgia, el presidente anfitrión George W. Bush propuso que esa organización entrenara a unos 75.000 africanos para formar una fuerza de mantenimiento de la paz que esté lista para desplegarse en 2010.
Bush se comprometió pedir al Congreso de su país 660 millones de dólares para financiar esa iniciativa.
Integran el G-8 Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
Una fuerza de seguridad africana debería lidiar con el grave problema de la pandemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en el continente, cuya incidencia en soldados es alta, debido en gran medida a contagio durante misiones internacionales.
Por otra parte, la iniciativa ha perdido brillo desde que se alega que no procede del continente, sino presión occidental para que Africa asuma el costo de resolver sus propios conflictos.
Pese a todos los problemas, hay esperanzas de que la creación del Consejo de Paz y Seguridad marque el comienzo de una nueva era en la resolución de conflictos africanos, diferenciando a la UA de su antecesora, la Organización de la Unidad Africana OUA, que no pudo detener el genocidio ruandés de 1994, en el que murieron unas 800.000 personas.
Eso dependerá de que "la UA se aparte de la posición de la OUA sobre no-interferencia en asuntos de los Estados miembros", apuntó el profesor de ciencia política y estudios africano-estadounidenses Horace Campbell, de la estadounidense Universidad de Syracuse.
Un antecedente de operación africana de mantenimiento de la paz fue la intervención de fuerzas de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental en Liberia en 1989, tras el estallido en ese país de una guerra civil.
La misión observadora de la ONU en Liberia fue establecida cuatro años después, y constituyó la primera de su tipo emprendida en un marco de cooperación con fuerzas desplegadas previamente por otro organismo internacional.
Por otra parte, el esfuerzo de varios países encabezados por Sudáfrica para pacificar Burundi, desde febrero de 2002, "no ha sido completamente exitoso, pero evitó lo que pudo ser un genocidio", sostuvo Campbell.