El Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin) exhorta a incluir educación sobre el tabaquismo en los programas escolares de Bolivia, tras descubrir que más de 49 por ciento de adolescentes entre 13 y 15 años fumó alguna vez, según una encuesta realizada en las principales ciudades de este país.
"Las tareas de prevención deben considerar al adolescente en sus actividades escolares y en su comunidad. Sin ello, ningún plan tendrá éxito", dijo a IPS el director e investigador del Celin, Franklin Alcaraz Del Castillo.
La curiosidad, la presión del grupo de amigos y la imitación promueven el consumo de tabaco a temprana edad en la ciudad central de Cochabamba, donde la encuesta reveló que 68,2 por ciento de adolescentes varones fumó alguna vez un cigarrillo. El porcentaje entre las mujeres desciende a 46,8 por ciento.
En opinión de la directora de Salud Mental, Prevención y Rehabilitación del estatal Servicio Departamental de Salud, Tatiana Salinas de Vacaflores, la definición de Cochabamba como la ciudad de mayor consumo adolescente de tabaco es un fenómeno extraño, pues contrasta con el bajo tabaquismo de los adultos.
Salinas de Vacaflores se manifestó preocupada por el aumento del tabaquismo entre las jóvenes, pero no encuentra relación directa con la conducta de fumadoras adultas, quienes atribuyen al estrés la causa de su adicción.
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Según la Organización Mundial de Salud (OMS), cada día cerca de 100.000 jóvenes comienzan a fumar tabaco, y más de 80 por ciento de ellos lo hacen en países en desarrollo.
El tabaquismo aún mata a 4,9 millones de personas por año, según la OMS. El 84 por ciento de los 1.300 millones de fumadores viven en el mundo en desarrollo, destacó la OMS, y ese desequilibrio tiende a aumentar.
En Brasil, las familias gastan en la compra de cigarrillos casi el doble de lo que destinan a libros y periódicos.
En Bolivia, una cajetilla de cigarrillos cuesta menos de 50 centavos de dólar y su precio puede bajar por los grandes volúmenes introducidos en el país por vía del contrabando. El salario mínimo nacional equivale a 50 dólares.
Salinas de Vacaflores clasifica a los fumadores jóvenes en tres grupos. Los "experienciales" se aproximan al cigarrillo por curiosidad, mientras un segundo grupo responde a las presiones del círculo de amigos al que desea pertenecer.
Los adolescentes ingresan al mundo del tabaco también por imitación, al observar que sus ídolos musicales, artistas de cine y personajes de moda se exhiben fumando.
En la encuesta del Celin, 80,2 por ciento de los jóvenes fumadores entrevistados observaron mensajes publicitarios en periódicos y revistas a favor del consumo de tabaco y sólo 33,4 por ciento recibió información sobre los peligros para la salud que conlleva el hábito de fumar.
En Bolivia, con 8,7 millones de habitantes, existe presión social a favor del tabaquismo a diferencia de la tendencia que se observa en otros países para evitar el mal hábito, explicó Alcaraz.
Las campañas educativas se basan sobre la información acerca de los peligros que entraña el tabaquismo, indicó Salinas de Vacaflores.
El humo en los pulmones provoca enfermedades respiratorias que se manifiestan en edad adulta como el efisema pulmonar. Pero la campaña educativa sugerida apunta a la apariencia física de los adolescentes, cuando se les advierte sobre el envejecimiento de la piel y cabellos, y la coloración amarillenta en la dentadura y las uñas.
El fácil acceso al cigarrillo estimula el crecimiento de la población juvenil consumidora. La encuesta del Celin indica que 70 por ciento de los estudiantes fumadores de las ciudades centrales de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz no fueron rechazados en tiendas de sus barrios en las que adquirieron tabaco.
Lo sorprendente del resultado fue el interés de 60 por ciento de los encuestados en las tres ciudades por dejar de fumar a las edades tempranas de 13 a 15 años.
Dos años atrás, las autoridades de salud, padres y estudiantes de Cochabamba unieron esfuerzos para iniciar acciones preventivas.
El 31 de mayo, en oportunidad de celebrarse el Día Mundial sin Tabaco, los estudiantes de último grado de la enseñanza media realizaron un encuentro departamental encaminado a debatir sobre usos y peligros del tabaco.
Los jóvenes salieron a la calle en una singular campaña consistente en cambiar a los fumadores una flor por un cigarrillo. La actividad tuvo el respaldo de los medios de comunicación y de la población.
La cruzada antitabaco culminó con la elección de El y Ella entre los estudiantes de los establecimientos educativos.
Las bases del concurso exigen que los elegidos sean fieles exponentes de buena conducta, practicantes de una cultura contra el alcohol y el cigarrillo, destacados en su desempeño estudiantil y poseedores de liderazgo.
Paola Unzueta, de 16 años, ganó el certamen y está convencida de que la elección ayudó a crear conciencia entre sus compañeros para cultivar una juventud libre de adicciones.
La campaña influye en los adolescentes porque se convencen de que no es necesario consumir tabaco para sentirse aceptados en un grupo. Pueden ser admirados sin necesidad de alcohol o drogas, dijo Unzueta a IPS.
Alcaraz respaldó la iniciativa de acercarse a los estudiantes y consideró oportuno incluir a madres y padres en las tareas de prevención en los establecimientos escolares.
La Convención Marco para el Control del Tabaco, aprobada en la Asamblea Mundial de Salud el año pasado, sólo ha sido ratificada por 16 de los 30 países necesarios para su plena vigencia.
La convención compromete a los gobiernos con varias medidas para reducir el consumo de tabaco, entre ellas elevación de sus precios, así como mayores restricciones a la publicidad y a la posibilidad de fumar en lugares públicos.