La tensión aumenta en Paraguay ante el posible regreso este mes del ex general Lino César Oviedo, acusado de la muerte en 1999 del entonces vicepresidente Luis María Argaña, mientras crecen los pedidos de reabrir la investigación del caso.
El regreso de quien es prófugo de la justicia paraguaya y acusado además de organizar un golpe de Estado en abril de 1996, despertará fantasmas que cada tanto rondan la política local.
Oviedo vive ahora en la meridional ciudad brasileña fronteriza de Foz de Iguazú en calidad de refugiado. Anunció su retorno a Asunción para el 28 de este mes con el fin de presentarse ante la Corte Suprema de Justicia y pedir que se revise su caso.
Sus seguidores confían en que el máximo tribunal, renovado por el presidente Nicanor Duarte Frutos, habilite su regreso a la política, pero sus opositores esperan que acabe tras las rejas.
El jefe de las Fuerzas Armadas de Paraguay, José Key Kanasawa, ordenó redoblar los controles en la frontera ante el posible ingreso de Oviedo, mientras éste pedía al gobierno brasileño que interviniera para garantizarle una llegada segura a Asunción.
Oviedo ”es un cobarde, un charlatán y un mentiroso”, dijo a IPS el ex presidente paraguayo Juan Carlos Wasmosy (1994-1998), principal enemigo político del ex general.
Wasmosy, senador vitalicio, opinó que el anuncio podría ser sólo una farsa para desestabilizar al país.
HISTORIAL DE OVIEDO
Apenas se retiró como comandante en jefe del Ejército en abril de 1996, Oviedo fue acusado de haber liderado una frustrada sublevación contra el gobierno de Wasmosy.
Un tribunal militar extraordinario lo condenó a 10 años de prisión, sentencia confirmada por la Corte Suprema en 1998.
Inhabilitado para participar de las elecciones de ese año, su lista en el oficialista y favorito Partido Colorado triunfó sobre el sector de Wasmosy, y su ex compañero de fórmula, Raúl Cubas, se convirtió en el nuevo presidente de Paraguay, secundado por Argaña, de un sector rival dentro del coloradismo.
Cubas se enfrentó una y otra vez a la Corte Suprema para impedir que Oviedo fuera a prisión. En ese tenso escenario, el 23 de marzo de 1999 fue asesinado a balazos en su automóvil el vicepresidente Argaña.
Al día siguiente, la Cámara de Diputados pidió un juicio político a Cubas por amparar a Oviedo, a quien se señalaba como autor intelectual del magnicidio. El 26 la situación se agravó con la muerte de ocho de los manifestantes que protestaban contra el gobierno en Asunción.
Cubas renunció y asumió como jefe de Estado el presidente del Senado, Luis González Macchi, del sector de Argaña.
Mientras, Oviedo escapaba a Argentina y luego a Brasil, donde obtuvo asilo al igual que Cubas. En diciembre de 2001, el gobierno brasileño rechazó un pedido de extradición de la justicia paraguaya para juzgar al ex militar.
El líder de la bancada oviedista en la Cámara de Diputados, Gustavo Mussi, dijo a IPS que si Oviedo es absuelto ”será el próximo presidente de la República, sin ninguna duda”.
Mussi, de la Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), señaló que Paraguay se encuentra en un momento muy importante, ”luego de que se produjera un cambio en la integración de la Corte Suprema”.
”Oviedo viene con un espíritu amplio, con el objetivo de ponerse a disposición de la justicia, para que ésta le diga qué es lo que tiene que hacer”, añadió.
La noticia del posible regreso llegó a oídos de los paraguayos mientras circulaban nuevas versiones sobre la muerte de Argaña.
MUERTO DOS VECES
La revista brasileña Istoé publicó entrevistas a Raúl Barrios Rey y a Luis Recansens Molinas, chofer y secretario de Argaña respectivamente, quienes aseguraron que éste ya estaba muerto cuando su automóvil fue interceptado por un grupo de sicarios que lo atacaron a balazos.
Según estos nuevos testimonios, Argaña murió en la madrugada del 23 de marzo de 1999 en el apartamento de una amante. Recansens Molinas aseguró que él y un guardaespaldas trasladaron el cadáver hasta la residencia de los Argaña.
Allí fueron convocados familiares y líderes políticos argañistas, entre ellos uno de los hijos del vicepresidente, el actual senador Nelson Argaña, y el ahora presidente Duarte Frutos.
Recansens Molinas relató a Istoé que Nelson Argaña le ordenó a él y al guardaespaldas que esperaran en una oficina. Luego escucharon dos disparos, detonados al parecer en la habitación donde estaba el cuerpo del vicepresidente.
Recansens Molinas y Barrios Rey dieron a entender que la familia Argaña y otros líderes políticos fraguaron la apariencia de un atentado para evitar la vergüenza de la infidelidad del vicepresidente y, a la vez, librarse de su principal rival: Oviedo.
”Están diciendo que nueve hijos, 40 nietos, 25 médicos, 10 fiscales y 10 jueces nos pusimos de acuerdo para matar a un cadáver. Podemos discutir sobre muchas cosas, pero hablar de esto no tiene sentido. Es una barbaridad”, dijo a IPS Argaña, quien fungió como ministro de Defensa en el gobierno de González Macchi (1999-2003).
Cinco personas fueron condenadas como autoras materiales del crimen, mientras Oviedo y el entonces senador Víctor Galeano Perrone fueron acusados de autoría intelectual. El segundo está prófugo y reside en Uruguay.
”Según la legislación vigente no se puede elevar a una etapa plenaria un caso mientras el inculpado esté prófugo, así que estamos haciendo las oraciones correspondientes para que Oviedo cumpla con su promesa y venga. Ojalá se presente”, dijo Argaña.
El senador rechazó asimismo declaraciones de uno de los condenados, Luis Alberto Rojas, quien lo acusa de haber pagado a otro de los convictos para que se declarara culpable.
Mientras, el ex chofer Barrios Rey, quien sobrevivió de milagro al atentado, acusó al actual fiscal general del Estado, Oscar Latorre, ex abogado de los Argaña, de haberlo presionado en 1999 para que ocultara información sobre la muerte y reconociera a cuatro detenidos por la policía como perpetradores del ataque.
El ex chofer ”es un farsante. Miente cuando dice que yo lo presioné, pues cuando él prestó declaración por primera vez yo todavía no era el abogado de la familia Argaña”, dijo Latorre a IPS.
”Esto es parte de un plan sin mucho arte. No resiste el menor análisis.. Argaña fue asesinado de forma cobarde y los homicidas fueron identificados plenamente. Están recurriendo a todo tipo de argucias para cambiar la historia”, añadió.
Latorre dijo no tener ”la menor duda” de que se trata de un plan de Oviedo para desprestigiar al gobierno de Duarte Frutos y preparar así su regreso a Paraguay.
La nueva versión de Barrios Rey surge en momentos en que opositores en el Congreso legislativo reclaman un juicio político al fiscal Latorre, acusado de corrupción.
También Wasmosy dijo a IPS que las versiones sobre la muerte de Argaña fueron difundidos por testigos pagados por Oviedo.
”Todos están pagados. Habría que preguntarle a Oviedo de dónde saca la plata para moverse, porque todo eso no es gratis”, señaló el ex jefe de Estado, y sugirió vínculos con el narcotráfico.
POR UNA INVESTIGACION DEFINITIVA
Mientras, el abogado del condenado Rojas, Benjamín Riveros, dijo a IPS que ”estamos analizando reiterar el pedido de que intervengan investigadores” del FBI (Oficina Federal de Investigaciones), de Estados Unidos, la Scotland Yard, de Gran Bretaña, o el Mossad, de Israel.
El abogado presentará ante la Cámara de Apelaciones un pedido de ”reapertura a prueba” del caso, ante la divulgación de nuevas evidencias, como las declaraciones de Recansens Molinas y Barrios Rey.
Para el activista de derechos humanos Martín Almada, ganador del Premio Nobel Alternativo, el regreso de Oviedo a Paraguay debería ayudar a que se vuelva a investigar la muerte de Argaña, pues eso redundará ”en bien de la democracia”.
”Hay muchas cosas que no cierran. Es extraño que los familiares de Argaña, que luego del asesinato tomaron el poder, no hicieran nada para aclararlo. Yo creo que por la salud de la democracia se debe realizar una investigación completa. Soy partidario de que se exhume el cadáver”, dijo Almada a IPS.
Por su parte, el oviedista Galeano Perrone dijo a IPS que también planifica volver a Paraguay en los próximos días para presentarse ante la justicia, y señaló que la acusación en su contra es ”totalmente absurda”.
”Lo que menos nos convenía era la muerte de Argaña. Yo lo apreciaba mucho”, aseguró.
Según el dirigente, huyó a Uruguay para evadir ”la persecución brutal” de que eran víctimas legisladores oviedistas, algunos de los cuales fueron ”torturados” por las fuerzas de seguridad, como el actual presidente de la Unace, Enrique González Quintana, aseveró.
”Este regreso, que no va ser clandestino sino de conocimiento público, marcará el comienzo para la reinserción de Oviedo en la política paraguaya”, afirmó.