MIGRACIONES-AMERICA LATINA: Ahora el llamado viene de Europa

Las migraciones de latinoamericanos y caribeños hacia Europa aumentarán con probabilidad a corto plazo, más allá del crecimiento vertiginoso que ya tuvieron en la última década, señala un estudio divulgado este martes por la OIM.

La existencia de importantes comunidades de la antigua diáspora europea contribuirá a incrementar esa corriente de personas, evaluó Adela Pellegrino, la experta de la estatal Universidad de la República de Uruguay y autora del informe de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones).

El desplazamiento de emigrantes, que durante siglos circuló desde Europa hacia los países del continente americano, cambió de orientación en las décadas del 80 y 90, al extremo de que el número de originarios de América Latina y el Caribe ha aumentado de manera espectacular en España e Italia.

Por ejemplo, la población de latinoamericanos y caribeños pasó en España de 92.642 personas en 1995 a 514.485 en 2003. La mayor proporción de esos nuevos inmigrantes arribó en los últimos tres años y las cifras pueden ser aun superiores si se toman en cuenta las personas con doble nacionalidad y aquellos sin los documentos requeridos para su radicación.

Los incrementos se han registrado también en otros países europeos, en especial en Italia y Portugal. También se ha elevado el número de ingresos de caribeños a Gran Bretaña, señala el informe "Migración desde América Latina hacia Europa: Tendencias y Desafíos Políticos", dado a conocer este martes en su versión en inglés por la OIM en su oficina de Ginebra.

Entre los factores que han precipitado el fenómeno, la autora menciona la crisis económica en América Latina y el endurecimiento de los controles migratorios y del régimen de visas de ingreso de Estados Unidos a partir de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Esas circunstancias transformaron a Europa en un destino más apetecido. Por otra parte, la información en poder de Pellegrino indica que las migraciones de latinoamericanos y caribeños a Europa continuarán creciendo en los próximos años.

Los trabajos que más demandan inmigrantes en Europa se ubican en los sectores de los servicios personal y doméstico, hoteles y restaurantes, así como en la construcción

La académica uruguaya expuso las teorías que atribuyen a la demanda y a las políticas que atienden esos requerimientos, de suma importancia en el reciente proceso de incremento de las migraciones en España.

Sin ignorar que en 2002 empeoraron las condiciones de vida en Argentina y en Colombia, y tampoco mejoraron en Ecuador y Perú, han sido el factor de la demanda y en particular el mercado de trabajo español lo que atrajo a los inmigrantes, dijo el investigador hispano Antonio Izquierdo, citado en el informe de la OIM.

El estudio menciona por otra parte que las relaciones entre los estados crean un vínculo que predispone el comienzo de los flujos migratorios. Esas relaciones pueden ser económicas o políticas y dependen también del contexto internacional y los equilibrios de poder entre los estados.

En ese sentido, las relaciones de Estados Unidos con los países de América Latina constituyen un ejemplo perfecto de la influencia de las relaciones de poder y del peso de la hegemonía de Washington sobre esos países, como se refleja en la migración, opinó Pellegrino.

Respecto de Europa, su influencia en América Latina es mucho menor. Sin embargo, los vínculos históricos están muy presentes y adquieren relevancia cuando se adoptan decisiones políticas y económicas, dedujo el informe.

La autora estimó que la estrategia de los países europeos ha consistido en esforzarse por restablecer y profundizar los vínculos con América Latina. Esa tendencia se ha hecho más evidente con la actual fase de liberalización y con la competencia por ganar mercados y reclutar mano de obra especializada, insistió.

El trabajo de Pellegrino concede suma importancia a las remesas que envían los emigrantes a sus familias y allegados en sus países de origen. También la OIM otorga significación a ese flujo y pretende, junto con otras instituciones multilaterales, que esos fondos se puedan orientar hacia el desarrollo, apunto Niurka Piñeiro, portavoz de la agencia.

El monto promedio de las remesas individuales originadas en Europa supera a las que parten de Estados Unidos. Sin embargo, en volumen total son inferiores pues es mucho más populosa la comunidad de latinoamericanos y caribeños radicada en Estados Unidos.

En todo el mundo, la cantidad de emigrantes varió de 75 millones en 1965 a 175 millones en 2002. En tanto, las remesas globales sumaban 43.000 millones de dólares en 1980, mientras que superaron los 80.000 millones el año pasado.

Las organizaciones intergubernamentales procuran reducir el precio que pagan los emigrantes por el envío del dinero a sus países de origen, que puede ascender a 10 o 20 dólares por una remesa de 200 a 300 dólares. En Hong Kong, la competencia entre empresas financieras ocasionó una disminución de los costos, que llegaron hasta apenas 2,5 dólares por operación.

Eso aumenta los fondos que van a parar a los países en desarrollo, explicó Piñeiro.

De todas maneras, América Latina y el Caribe recibió la mayor tajada, unos 38.000 millones de dólares, del total de remesas enviadas por los emigrantes de todo el mundo en 2003. De esa suma, unos 30.000 millones de dólares partieron de Estados Unidos.

El informe de Pellegrino consignó cifras de 2002, que muestran envíos de remesas por 2.500 millones de dólares desde Japón, 1.000 millones desde España, una cifra similar desde Canadá y unos 1.500 millones más que pasan de un país a otro en la misma región receptora de América Latina y el Caribe.

La autora resalta un rasgo distintivo de los flujos migratorios de América Latina, que es la feminización. Ese aspecto se advierte con mayor notoriedad en los flujos de población que parten de República Dominicana y de Colombia, y en menor medida de Ecuador y de los países del Cono Sur de la región.

La feminización coincide con la participación creciente de la mujer en el mercado de trabajo. La migración de la mujer es en gran parte autónoma, pues ya no se caracteriza más como "acompañante del esposo o de la familia", sino en la búsqueda de trabajo y de estrategias para incrementar los ingresos del hogar.

En todos los países de la región el número de mujeres emigrantes supera 50 por ciento del total y en algunos casos, como la República Dominicana, llega a 68 por ciento, citó Piñeiro. ***** + OIM, en inglés (http://www.iom.ch)

(FIN/IPS/gc/dm/pr ip/04) (FIN/2004)

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