La inesperada dimisión del jefe de la CIA, George Tenet, parece el preanuncio de otras renuncias dirigidas a aceitar la campaña por la reelección del presidente estadounidense George W. Bush.
Observadores de la campaña consideran que Bush necesita chivos expiatorios a quienes endilgar errores en Iraq, en especial los maltratos en la cárcel de Abu Ghraib y los informes de que el iraquí favorito de Washington, Ahmed Chalabi, entregó información crítica a Irán.
La pregunta del día es si Tenet fue obligado a renunciar o tomó la decisión por sí solo. ¿Y por qué ahora, cuando faltan cinco meses para las elecciones presidenciales?
En un discurso a funcionarios de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) en sus oficinas de las afueras de Washington, Tenet insistió este jueves en que su decisión se debe solo a razones de salud y por el bienestar de mi maravillosa familia, ni más ni menos.
Unos minutos después de una sesión fotográfica con el visitante primer ministro australiano John Howard, Bush reapareció ante los reporteros acreditados en la Casa Blanca para decirles que Tenet le había informado su decisión de renunciar el miércoles de tarde.
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Le dije que sentía que nos abandonara, dijo Bush, quien tenía una cálida relación con el funcionario y resistió las presiones derechistas para cesarlo.
Tenet ha sido un líder fuerte en la guerra contra el terror, y lo extrañaré, agregó el presidente, quien, como es su costumbre, se retiró del recinto sin atender siquiera las preguntas de los periodistas.
Para algunos observadores, esta renuncia podría no haber sido voluntaria, y se trataría de la primera de una serie de ceses de altos funcionarios. La intención: hacer que los votantes se olviden de los problemas en Iraq.
Creo que (a Tenet) lo empujaron. El presidente (Bush) siente que debe tener alguien a quien acusar, dijo el ex director de la CIA Stansfield Turner entrevistado por la cadena televisiva de noticias CNN.
Quieren usarlo de chivo expiatorio para todos los fracasos, dijo a IPS un funcionario político del Congreso legislativo. Pero no creo que eso funcione. La CIA, obviamente, cometió grandes errores, pero todos saben que el Pentágono estuvo en el centro de todo este lío.
De hecho, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, policía federal) comenzó a interrogar a altos funcionarios civiles del Pentágono relacionados con Chalabi, en ocasiones con detectores de mentiras.
Los agentes del FBI procuran determinar quién le dijo al líder iraquí que la inteligencia estadounidense había logrado desvelar los códigos que Teherán usaba para comunicarse con sus espías en el exterior.
El miércoles, el diario The New York Times indicó que Chalabi había informado eso al jefe de los espías iraníes en Bagdad.
Se trataba de una gran brecha en la seguridad estadounidense, en momentos en que Washington muestra preocupación por el programa nuclear iraní ye esfuerza por estabilizar Iraq.
Hace dos semanas, policías iraquíes y agentes estadounidenses registraron la vivienda y las oficinas de Chalabi en Bagdad, pocos días después de que Washington suspendiera el subsidio de 340.000 dólares mensuales asignado a su partido, el Congreso Nacional Iraquí.
Mientras, Chalabi niega las acusaciones y las atribuyó a la CIA, que en los años 90 le había entregado millones de dólares en concepto de asistencia encubierta. Los dardos del líder iraquí apuntaban contra Tenet, con nombre y apellido.
La ayuda de la agencia fue suspendida cuando Chalabi abortó un golpe de Estado encabezado por su rival de la oposición a Saddam Hussein en el exilio, Iyad Allawi, quien desde el fin de semana es el nuevo primer minmistro.
El ascenso de Allawi fue percibido como una victoria decisiva de la CIA y del Departamento de Estado (cancillería) sobre sus rivales neoconservadores en filas civiles del Pentágono y en torno del vicepresidente Dick Cheney, que apoyan a Chalabi desde 1998.
Chalabi repitió en los últimos días que el papel de la CIA en Iraq no ha sido de ayuda, para decir lo menos, y que Tenet suministró información errónea sobre armas de destrucción masiva al presidente Bush.
Esta última acusación suena paradójica, pues en el gobierno y en el Congreso predomina la percepción de que Chalabi y sus colaboradores fueron la principal fuente de información errónea sobre los arsenales de Saddam Hussein que sirvieron como argumento para invadir Iraq.
En cierto sentido, Chalabi tiene razón. Tenet era considerado una de las figuras que contenía a Bush en su camino hacia la invasión de Iraq, al menos hasta la salida del libro Plan of Attack (Plan de ataque), del periodista Bob Woodward.
En una reunión reseñada por Woodward, Bush expresó dudas en cuanto a la permeabilidad del público estadounidense a los argumentos según los cuales el régimen de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.
Desde uno de los sillones en la Oficina Oval, Tenet se levantó y elevó sus brazos. '¡Es un slam-dunk!', dijo. La expresión slam-dunk se refiere a las anotaciones de los basquetbolistas cuando hunden la pelota en la cesta
El jefe de la CIA repitió esa expresión cuando Bush le preguntó si confiaba en la evidencia. La escena fue perjudicial para la imagen de Tenet como influencia moderada del presidente.
De hecho, la pérdida de respaldo que sufrió entre los críticos de la guerra y los escándalos por las técnicas de interrogatorio violatorias de los derechos humanos utilizadas por la CIA —y que ocasionaron al menos una muerte— pudieron haber sido elementos de peso para que Tenet decidiera renunciar.
Los legisladores, por otra parte, están molestos por el retraso de Tenet en entregarles un informe sobre la falta de previsión en los organismos de inteligencia estadounidense de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington.
Para colmo, congresistas de la derecha del Partido Republicano y neoconservadores exigen hace mucho tiempo su cese, en parte porque es el más alto funcionario que se mantiene desde el gobierno de Bill Clinton (1993-2001).
Al irse ahora, Tenet los dejará sin un blanco de alta visibilidad, dijo el funcionario del Congreso. Estoy seguro de que los (funcionarios) de la CIA apreciarán el gesto, pues a ellos no les gusta estar en el medio de un debate tan cargado de política.
La renuncia de Tenet no será efectiva hasta el 1 de julio, séptimo aniversario de su investidura. El dato parece sugerir que se retira en sus propios términos. Bush aún no anunció quién será su sucesor, lo que indica, para muchos, que la decisión lo tomó por sorpresa.