DESARROLLO: Migajas del G-8 para los países más pobres

«Infructífera», llamaron grupos de la sociedad civil a la última cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados, que no acordó ningún alivio significativo para los países pobres endeudados ni nuevos fondos para la lucha contra el VIH/sida.

Durante los dos días que duró la cumbre, celebrada en una isla del estado de Georgia, Estados Unidos, los activistas alentaron la esperanza de que los líderes del G-8 podrían llegar a condonar el total de la deuda de los países más pobres del mundo con agencias financieras multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Trascendió que el primer ministro británico Tony Blair propuso la cancelación total de la deuda, pero en cambio el G-8 (integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Japón y Rusia) se limitó a anunciar una extensión por dos años de la Iniciativa para Países Pobres Muy Endeudados.

La iniciativa, llamada HIPC por sus siglas en inglés, fue lanzada por el Banco Mundial y el FMI en 1997, y su vencimiento estaba previsto para este año. El programa sólo prevé el perdón de parte de la deuda de los países más pobres e incluye un paquete de precondiciones de liberalización económica que esos países deben aceptar para poder beneficiarse de la reducción de la deuda.

Después de siete años de lanzada la HIPC, la iniciativa no ha resuelto la crisis de la deuda en los países en desarrollo.

Organizaciones de la sociedad civil criticaron la extensión del programa, y señalaron que la única medida que significaría un avance sería la moratoria inmediata y un inventario de la deuda de los países en desarrollo.

Los grupos contrarios a la deuda argumentan que los países pobres enfrentan la mayor crisis de salud pública y educación de nuestro tiempo, y que sin el perdón completo de la deuda, epidemias como el VIH/sida, combinadas con falta de servicios sociales, continuarán matando a millones de personas en esos países.

"En este momento crítico, cuando cada minuto muere de sida un niño africano, la comunidad internacional precisa la cancelación de 100 por ciento de la deuda multilateral", recalcó Marie Clarke, coordinadora nacional de la coalición contra la deuda Jubileo/Estados Unidos.

"Al desaprovechar esta oportunidad, el G-8 eligió dar pasos de bebé en lugar de tomar medidas audaces", agregó.

Los activistas consideraron que la extensión de la HIPC es un mero cambio cosmético, debido a las condiciones vinculadas al programa.

El Movimiento Mundial por el Desarrollo (WDM) cree que esa iniciativa es "otro instrumento con el que el FMI y el Banco Mundial ejercen su influencia sobre las economías" de los países pobres y endeudados.

A cambio del alivio de la deuda, las instituciones de Bretton Woods realizan intervenciones políticas en materia de desregulación, privatización, despidos, congelamiento de salarios y reducción del apoyo gubernamental al sector agrícola. Esas políticas han sido hasta ahora "un rotundo fracaso", afirmó el WDM.

Los grupos de la sociedad civil anunciaron que intensificarán sus reclamos durante la campaña electoral en Estados Unidos, el mayor accionista en las dos instituciones de Bretton Woods. Las elecciones están previstas para noviembre.

"Llevaremos nuestro reclamo de una cancelación de 100 por ciento de la deuda a púlpitos de todo el país, a las calles y al Congreso, con la ley de jubileo", anunció Clarke.

La llamada ley de jubileo, presentada este mes en el Congreso legislativo estadounidense, requeriría un trabajo conjunto del Tesoro estadounidense con prestamistas multilaterales para alcanzar la cancelación del total de la deuda de 50 países, casi todos africanos, latinoamericanos y asiáticos, con el FMI.

Según el proyecto, el Fondo debería financiar la deuda a partir de sus propios recursos, sin imponer condiciones adicionales a los países deudores.

En el último día de la cumbre, el jueves, los líderes del G-8 anunciaron también una Iniciativa Mundial para la Vacuna contra el VIH/sida que coordinará investigaciones científicas, pero no comprometieron nuevos fondos para luchar contra esa epidemia.

Casi 30 millones de africanos viven con VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) o sida, de los cuales sólo dos por ciento tienen acceso al tratamiento antirretroviral. Unas 8.000 personas, 6.000 de ellas africanas, mueren cada día de sida (síndrome de inmuno deficiencia adquirida).

Hace tres años, la Organización de las Naciones Unidas creó el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Hasta ahora, el fondo recibió promesas de 4.700 millones de dólares hasta 2008, pero funcionarios del foro mundial estimaron que esa cantidad es sólo la mitad de la necesaria hasta 2005.

El G-8 ha sido criticado por no comprometer suficientes recursos para el fondo.

El grupo humanitario ActionAid consideró que el anuncio del programa de la vacuna por el G-8 es "una distracción cínica de las necesidades reales de los africanos y de las obligaciones reales de los países más ricos del mundo".

"La crisis del sida en Africa y la carga de la deuda en ese continente son dos asuntos de vida o muerte, pero el G-8 no ofreció nada nuevo ni concreto sobre ninguno de ambos problemas", lamentó Salih Booker, de la organización AfricaAction.

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