Abogados y grupos de derechos humanos de Egipto, uno de los principales aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, denunciaron que la policía recurre cada vez más a los métodos de tortura aplicados en la cárcel de Abu Ghraib, en Iraq.
La Policía Egipcia de Seguridad Estatal comenzó a aplicar tácticas usadas en esa prisión iraquí, como la de desnudar a los prisioneros, que antes eran raras en Egipto, aunque ese país tiene vastos antecedentes en materia de tortura y violaciones a los derechos humanos, señalaron a IPS varios abogados y activistas de los derechos humanos, por vía telefónica.
Otras prácticas nuevas incluyen fotografiar a detenidos desnudos o amenazarlos con fotografiarlos, así como vendarles los ojos y esposarlos por largos períodos, lo que además de incomodarlos les impide cumplir sus obligaciones religiosas, como rezar cinco veces al día.
Pero quizá lo más preocupante para los grupos nacionales de derechos humanos es el creciente uso del nombre Abu Ghraib por los policías para amenazar a los detenidos y anunciarles que les aplicarán choques eléctricos en los genitales.
"Está claro que Estados Unidos ha diseminado una cultura de tortura ", afirmó Gamal Tajeldeen Hassan, un abogado que dirige el Centro Sawasya por los Derechos Humanos y contra la Discriminación, con sede en El Cairo.
"Los torturadores parecen haber comparado sus métodos con los usados en Iraq y haber dicho: 'Hay más cosas que debemos probar'. Y ahora prueban los más horrendos tipos de tortura", dijo Hassan.
Las fotos de Abu Ghraib que se filtraron a la prensa y circularon por todo el mundo desde fines de abril muestran a soldados e investigadores privados de las fuerzas de ocupación de Estados Unidos en Iraq torturando y humillando a detenidos iraquíes, e incluso sonriendo junto a cadáveres de prisioneros.
Activistas advirtieron que el caso podría socavar la causa de los derechos humanos en todo el mundo, y los últimos acontecimientos en Egipto parecen confirmar esos temores.
"Hay similitudes sorprendentes", destacó Hany Fawzy, un abogado que trabaja en derechos humanos.
Los abusos en Egipto se conocieron a principios de este mes, luego de que la policía egipcia arrestara a 58 miembros de la Hermandad Musulmana, el mayor grupo opositor de Egipto, cuyo objetivo es establecer un estado islámico en ese país por medios pacíficos.
Días después de los arrestos, el 3 de junio, uno de los detenidos murió en prisión, aparentemente por tortura y falta de atención de sus problemas de salud. Se trataba del ingeniero Akram Zohiri, de 43 años.
Su muerte movió al parlamento a exigir una investigación independiente sobre brutalidad policial. El gobierno de Hosni Mubarak finalmente aprobó una visita de investigación a una prisión.
Abogados, activistas de derechos humanos y legisladores que acompañaron la visita de la fiscalía escucharon testimonios de detenidos, quienes reafirmaron que lo ocurrido en Abu Ghraib inspiró a la policía egipcia.
Hesham Dooh y Mahomd Zein el-Abideen, dos de los detenidos, contaron que fueron desnudados y obligados a desfilar, con los ojos vendados y las manos atadas detrás de la espalda, al menos dos horas al día.
Algunos dijeron que fueron fotografiados desnudos, y otros, que sólo fueron amenazados con ser fotografiados.
Un agente identificado como Ayman Shaheen amenazó a El-Abideen con exhibir su foto en su barrio para humillarlo, como forma de presionarlo a que desistiera de sus ideas políticas y religiosas.
Abogados y grupos de derechos humanos afirmaron que Dooh fue interrogado desnudo tres veces durante tres horas por sesión.
Según una denuncia que un grupo de abogados dio a conocer a IPS y que fue presentada al nuevo Consejo Egipcio sobre Derechos Humanos, Abideen declaró al fiscal que recibió choques eléctricos en distintas partes de su cuerpo, incluidos sus genitales.
El detenido contó que los policías usaban términos como "darle estakoza", que significaba darle choques eléctricos en la cabeza, el pecho y la espalda, y "darle Abu Ghraib", o sea, aplicarle electricidad en el pene y el ano.
"La tortura en Egipto dista de ser algo nuevo. Aquí se han utilizado todos los métodos conocidos", afirmó Mohammed Zaree, director del Centro de Derechos Humanos para la Asistencia a Prisioneros, que fue él mismo víctima de tortura en los años 80.
"Lo que puede ser nuevo aquí y se está poniendo de moda es la alusión a Abu Ghraib en las prisiones. La idea es decirle a las víctimas que no tienen esperanza, que están en la parte más remota del mundo y que nadie sabe ni se preocupa de ellos, igual que sucedió en Abu Ghraib", concluyó.