Marchas callejeras de indígenas y de otras organizaciones sociales y políticas reprimidas por la policía con gases lacrimógenos marcaron este lunes el segundo día de sesiones de la XXXIV Asamblea General de la OEA, que se realiza en la capital ecuatoriana.
Unos 1.500 manifestantes fueron dispersados por fuerzas de seguridad cuando intentaban llegar a la sede de la reunión anual de la OEA (Organización de Estados Americanos), en un céntrico hotel de Quito, donde también se detuvo a periodistas que cubrían la protesta y se les exigió a algunos la entrega de cámaras fotográficas.
Es que este lunes, en coincidencia con la asamblea de tres días de la OEA, fue elegido por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) para convocar al levantamiento contra el gobierno de Lucio Gutiérrez, que incluye el bloqueo de carreteras en distintos puntos de Ecuador.
El tránsito de la ruta Panamericana, que atraviesa la región de la Sierra desde Perú al sur y sigue por Colombia al norte, fue interrumpido en diversos puntos, una acción que crecerá en las próximas horas, informaron dirigentes indígenas.
Humberto Cholango, presidente de Ecuarunari, la organización que reúne a todos los pueblos de la etnia kichwa y que es la más importante de las integrantes de la Conaie, indicó que el levantamiento indígena será progresivo en todo el país y se prevé también el traslado de manifestantes hacia Quito.
Pondremos en evidencia la desigualdad, la pobreza y la crisis social y política que enfrenta el país, argumentó Cholango, quien explicó que, si el pueblo se levanta y destituye al presidente Gutiérrez por su traición, sus mentiras e incapacidad de gobernar, no es responsabilidad del movimiento indígena.
El movimiento indígena y otras organizaciones sociales campesinas y urbanas, como algunos partidos de izquierda y de centroizquierda, que ayudaron al triunfo en las elecciones de 2002 de Gutiérrez, lo acusan de haber traicionado el programa original de gobierno una vez asumido el cargo en enero del año siguiente.
Gutiérrez, a poco de andar en la presidencia, se apoyó en partidos de derecha para encarar un plan económico de corte neoliberal y, consecuentemente, se distanció del movimiento indígena y de otros sectores con los cuales incluso integró el gabinete, llevando la alianza electoral a una ruptura en julio del mismo 2003. Los opositores también señalan al gobierno por corrupción.
El mandatario traicionó y asumió las exigencias del Fondo Monetario Internacional al destinar el 40 por ciento del presupuesto para pagar la deuda, se involucra en el conflicto (armado interno) colombiano a través del Plan Colombia y va contra los productores nacionales al querer firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, añadió Cholango.
Precisamente, el asunto central de esta asamblea de la OEA es el combate contra la corrupción, que fuera propuesto por el propio gobierno ecuatoriano en su calidad de anfitrión de la reunión que finalizará este martes.
En el discurso inaugural de la Asamblea el domingo, Gutiérrez afirmó que la corrupción es una patología social que afecta a todos y, como elemento perturbador, menoscaba el desarrollo social y la democracia.
Este es tema central propuesto por Ecuador para este encuentro hemisférico que pretende enfocar a la corrupción como el más grave mal que afecta a la especie humana, manifestó en el acto de apertura que contó con la asistencia de los cancilleres de los 34 países miembros activos de la OEA, todos los de América excepto Cuba, suspendida desde comienzos de los años 60.
Para Napoleón Saltos, dirigente de la Coordinadora de Movimientos Sociales, y uno de los participantes en la marcha de este lunes, resulta paradójico que Gutiérrez elija la lucha contra la corrupción como propuesta cuando en su gobierno se han registrado varios casos que son investigados.
Existen acusaciones fundadas de haber recibido dinero de narcotraficantes para la campaña electoral (de Gutiérrez), se han destapado casos de corrupción de sus allegados en la administración de diversas empresas del Estado y se han dado decenas de casos escandalosos de nepotismo, aseguró Saltos.
En cambio, Gutiérrez sostiene que su gobierno ha declarando la lucha contra la corrupción como política de estado.
Pero la OEA no sólo abordó la cuestión de la corrupción en la Asamblea General. Otro asunto fue el de la democracia en la región.
La asamblea también eligió este lunes al ex presidente costarricense Miguel Angel Rodríguez (1998-2002) como nuevo secretario general de la OEA, en reemplazo del colombiano César Gaviria.
De este modo sigue los pasos del también colombiano Alberto Lleras Camargo, desde la creación del foro en 1948 a 1954, del chileno Carlos Dávila hasta 1955, del uruguayo José Mora hasta 1968, del ecuatoriano Galo Plaza hasta 1975, del argentino Alejandro Orfila hasta 1984 y del brasileño Joao Clemente Baena Soares hasta 1994.
Cuando le tocó el turno para hablar en la sesión inaugural al saliente Gaviria, éste dijo que su gestión había dado prioridad a fortalecer la democracia en la región, e hizo votos para que los actores de la política en Ecuador tomen sus decisiones sin sacrificar la gobernabilidad, comprometida tantas veces en tiempos recientes.
El colombiano Gaviria, tras admitir que Haití ha demostrado ser un caso demasiado difícil para la OEA, giró la vista hacia Venezuela para felicitar a su presidente Chávez, por aceptar la convocatoria al referéndum revocatorio de su mandato de seis años iniciado en 2000.
Al respecto, según pudo confirmar IPS con varios cancilleres, la intención que tenía Estados Unidos de pedir la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Venezuela se diluyó luego que se supiera que había suficientes firmas para habilitar el referéndum revocatorio del mandato presidencial de Hugo Chávez.
La Carta Democrática establece que queda fuera del foro todo aquel país cuyo gobierno democrático sea derribado por un golpe de Estado, situación que no se había dado en Venezuela.
La manera cómo el presidente (Chávez) aceptó el resultado (para la realización del referéndum) significa que se va a vivir un período de intensa competencia democrática y de respeto al estado de derecho, auguró Gaviria,
En tanto, el Parlamento Indígena de América (PIA), que reúne a legisladores aborígenes de todos los países del continente, se reunió en Quito para presentar propuestas a la OEA sobre variados asuntos y entre los cuales pidió la aprobación de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Queremos que definitivamente sea aprobaba en la OEA la declaración interamericana sobre los derechos de los pueblos indígenas, que se viene discutiendo desde hace muchos años, señaló a IPS el presidente del PIA y líder indígena ecuatoriano, Ricardo Ulcuango.
Venimos a decir que los problemas sociales que vive la región sean analizados con mucha responsabilidad y que se adopten medidas pertinentes que los resuelvan, afirmó Ulcuango ante los cancilleres en la sesión inaugural.
El PIA también se pronunció contra el Plan Colombia, de lucha antidrogas y contra la guerrilla, la intervención de Estados Unidos en América Latina y la creación del Area de Libre Comercio de las Américas, además de resaltar la necesidad de promover una democracia intercultural en la que se respete la diversidad de la región.
Por su parte, Alexis Ponce, portavoz de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Ecuador y que participó como uno de los representantes de la sociedad civil de diversos países, cuestionó duramente el papel de la OEA a lo largo de su historia.
Sus malogradas intervenciones, su silencio ante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 en Venezuela, la censura de su secretario general saliente a los levantamientos sociales sucesivos en Ecuador y Bolivia, y su anomia total ante el golpe de Estado en Haití, pusieron en evidencia el patético anacronismo en que la OEA se encuentra sumergida, afirmó Ponce.
Durante sus palabras se pudo observar que tanto Gaviria como el canciller ecuatoriano, Patricio Zuquilanda, bajaron la cabeza.
Ponce dijo temer que la OEA siga siendo un organismo manejado por el país innombrable (Estados Unidos), en el que no se deja tocar el tema Haití, que no se abre cauces concretos a la petición de Bolivia y su justa salida al mar, que se sigue atacando al gobierno de Venezuela, que se apoye el discurso de fuerza en Colombia y se trabe la digna posición de Buenos Aires, Brasilia y Caracas en los temas integración desde el Sur.
También rechazó el hecho de que ese organismo siga condenando a Cuba mientras se aluden timoratas referencias a la patética tortura en Iraq y al derecho a la intervención en cualquier lugar oscuro del planeta, incluida América Latina, que tiene Estados Unidos.