Las negociaciones de esta semana en la OMC sobre comercio agrícola reflejaron una actitud de compromiso pero las diferencias son aún marcadas, resumió un representante de un país en desarrollo. En este contexto, la reunión de ministros que comenzará el día 13 en Brasil adquiere vital importancia.
La próxima discusión sobre agricultura se realizará en Ginebra a fines de este mes, pero el presidente de la sesión especial del comité de agricultura de la OMC (Organización Mundial del Comercio), el neozelandés Tim Groser, confía en que el clima de las negociaciones mejore después de los encuentros de ministros que tendrán lugar en Sao Paulo.
Esa ciudad del suroeste de Brasil acogerá del 13 al 18 de junio a ministros que asistirán a la undécima sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Una alta fuente de la OMC manifestó entusiasmo porque los 147 miembros del sistema multilateral evidencian "una actitud de compromiso" para llegar al acuerdo que debería concretarse a fines de julio.
En esa fecha vence el plazo establecido para convenir un acuerdo marco sobre la negociación agrícola que permitiría avanzar en el resto de los temas de la Ronda de Doha, como se denomina el programa de liberalización del comercio lanzado en la capital de Qatar en noviembre de 2001.
Un fracaso en la trabajosa negociación agrícola daría por tierra con las esperanzas de concertar también a fines del 2004 un entendimiento en las demás cuestiones de Doha, que incluyen aranceles industriales, servicios, trato especial y diferenciado para países en desarrollo y otros temas.
La reunión de la UNCTAD permitirá que los ministros asistentes discutan por separado temas específicos relacionados también con el comercio y el desarrollo.
El representante de Brasil ante las organizaciones internacionales de Ginebra, Luiz Felipe de Seixas Correa, adelantó que una de esas reuniones congregará a los miembros del P-5 (Cinco Partes), también llamado Grupo de los cinco interesados.
Esa agrupación integra a los países líderes de los distintos bloques que negocian en la OMC. Sus miembros son Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil e India, en representación del Grupo de los 20 (G-20), y Australia, que coordina al Grupo de Cairns.
El P-5 se reunirá el próximo fin de semana antes de la inauguración de la UNCTAD XI. De inmediato sesionará también en Sao Paulo el G-20, que fue creado unas semanas antes del estrepitoso fracaso de la última conferencia ministerial de la OMC celebrada en el balneario mexicano de Cancún, en septiembre pasado.
Los 19 países integrantes del G-20 son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Cuba, Egipto, Filipinas, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Sudáfrica, Tailandia, Tanzania, Venezuela y Zimbabwe.
En los debates de esta semana sobre agricultura, en Ginebra, los participantes discutieron un documento presentado por el G-20 sobre la cuestión del acceso a los mercados para los productos agrícolas, que se refiere a los aranceles y cuotas que obstaculizan las importaciones de esos bienes.
La propuesta del G-20 adquirió suma importancia y guió las discusiones durante toda la semana, estimó el negociador de Argentina, Alfredo Chiaradía. Con ese aporte, ese bloque de países en desarrollo demostró que "tiene mucha capacidad de maniobra" en las negociaciones, comentó el diplomático a IPS.
En los otros dos temas de la negociación agrícola, los subsidios a las exportaciones y el apoyo interno, no hubo muchos avances, precisó la fuente.
Estados Unidos y la Unión Europea, las dos potencias agrícolas que monopolizan el empleo de las subvenciones a sus exportaciones en el sector, se han declarado dispuestos a la eliminación de esas formas de proteccionismo, pero difieren en los procedimientos para concretarla.
Las dificultades surgen a la hora de identificar el paralelismo existente entre las distintas formas de subvenciones, que incluyen modalidades variadas como créditos, garantías y seguros a las exportaciones, además de la ayuda alimentaria al exterior.
En la cuestión de apoyo interno, los países industrializados pretenden incluir nuevas formas de sostén en el régimen del denominado "compartimento azul", uno de los eufemismos creado por el acuerdo de agricultura de la Ronda Uruguay, vigente desde 1995, para continuar el proteccionismo en el negocio agrícola.
Esas pretensiones determinan que muchos países "tengamos grandes dificultades para avanzar" en las negociaciones de apoyo interno, previno Chiaradía.
En las negociaciones de esta semana tuvieron también activa participación otros dos bloques de países, el G-10, integrado por importadores agrícolas con alto nivel de proteccionismo, y el G-33, que nuclea a países en desarrollo también importadores.
El G-10, que reclama apoyo a la multifuncionalidad de la agricultura para proteger el paisaje y las tradiciones rurales, está integrado por Bulgaria, Corea del Sur, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Suiza y Taiwan.
El G-33 aspira a que los acuerdos sobre agricultura presten consideración a ciertos ôproductos especiales que resultan vitales para las economías de sus miembros.
Ese grupo está integrado por Barbados, Botswana, Congo, Corea del Sur, Costa de Marfil, Cuba, República Dominicana, Filipinas, Haití, Honduras, Indonesia, Jamaica, Kenia, Mauricio, Mongolia, Mozambique, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Panamá, Perú, Senegal, Sri Lanka, Tanzania, Trinidad y Tabago, Turquía, Uganda, Venezuela, Zambia y Zimbabwe.
El director general de la OMC, el tailandés Supachai Panitchpakdi, que también asistirá a las sesiones de la UNCTAD XI, urgió a los países miembros a ôno escatimar esfuerzos para alcanzar un compromiso en las pocas semanas que nos quedan.
Supachai estimó que la buena disposición de los gobiernos ha aumentado enormemente las perspectivas de éxito. "Pero todavía no estamos a esa altura", previno.