La tensión que ha dominado la confrontación política desde 2001 en Venezuela dio paso, este viernes, a una tranquila jornada de reparación (ratificación o retiro) de firmas presentadas por la oposición para pedir un referendo que puede revocar el mandato del presidente Hugo Chávez.
El proceso avanza de manera satisfactoria. Prácticamente la totalidad de las mesas funciona con normalidad y tenemos una gran esperanza de que siga evolucionando de esta manera para que el país alcance la solución pacífica, constitucional y electoral que está buscando, dijo al llegar al país el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria.
Acudí a hacer valer mi firma, aunque caminé bajo la lluvia y aguanté casi dos horas en una cola, pero vale la pena para salir de este presidente que ha empobrecido al país, dijo a IPS María Díaz, un ama de casa de 43 años, en El Paraíso, una zona de clase media al suroeste de Caracas.
Desde Mérida, en los Andes del suroeste, Raúl Rondón, un maestro jubilado, opinó en cambio que varios nos arrepentimos de haber firmado contra el presidente, que tanto ha hecho por la alfabetización y por los pobres, y vamos camino al centro de reparo para que nos borren de esa lista.
En muchas mesas de Caracas y otras ciudades del interior pudo apreciarse a más adultos y personas de la tercera edad que a jóvenes en las filas de electores. En los centros de urbanizaciones de clase media la asistencia era continua, pero algunos de zonas populares permanecían casi vacíos durante horas.
Tras los reparos, que pueden realizarse en tres jornadas hasta este domingo, el Consejo Nacional Electoral dictaminará la próxima semana si hay firmas suficientes para convocar el referendo.
La coalición opositora Coordinadora Democrática alega que presentó 3,4 millones de firmas para solicitar el referendo sobre la permanencia en el gobierno de Chávez, cuyo mandato terminará en enero de 2007 si no es revocado.
El Consejo declaró que 1,9 millones de firmas son válidas, y de ese lote los ciudadanos pueden excluirse si lo desean. Unas 370.000 firmas se desecharon por inválidas y 1,2 millones quedaron en observación por dudas y defectos. Las rúbricas y datos del tercer grupo pueden ser ratificadas por los electores en 2.607 centros diseminados por todo el país.
Para convocar el referendo se necesita que avalen la solicitud 20 por ciento de los registrados en el padrón electoral, es decir 2.436.083 ciudadanos, según la Constitución de 1999 que incluyó este procedimiento previamente inédito en América Latina, a instancias del propio Chávez.
En estos tres días se sabrá si la oposición logra que se ratifiquen las cerca de 600.000 rúbricas (una de cada dos dudosas) que necesita para que se convoque al referéndum. El oficialismo sostiene que decenas de miles de ciudadanos se retirarán del listado de peticionarios.
La batalla se libra firma por firma. La Coordinadora instaló centenares de centros de ayuda a los electores y asegura que 200.000 activistas de la oposición se movilizan para ubicar a los solicitantes y trasladarlos hasta los centros de reparo.
Los centros están bajo custodia de la Fuerza Armada, que desplegó a 45.000 de sus integrantes en todo el país para garantizar el orden. Ninguna restricción fue impuesta a los ciudadanos, que acudieron normalmente a sus centros de labor y estudio, y ni siquiera está prohibido el expendio de bebidas alcohólicas.
Pero Enrique Mendoza, principal líder de la Coordinadora, dijo que durante la jornada recibieron más de 300 denuncias sobre extralimitaciones de integrantes de la Fuerza Armada, que habrían exigido documentos a personas que llegaban hasta los centros de reparo, pero no hay informe de incidente violento alguno.
Darío Vivas, dirigente del oficialista Movimiento V República, dijo a su vez desde Maracaibo, capital del occidente petrolero, que se ha detectado a grupos opositores que falsificaron documentos de identidad para intentar validar firmas de modo irregular.
En Caracas, fuerzas de seguridad allanaron un centro de información telefónica del partido opositor Primero Justicia, con la presunción declarada de que allí se urdían delitos electorales. El líder de ese partido, Julio Borges, protestó por el acto que, en su opinión, muestra el nerviosismo del gobierno, y reclamó la presencia de observadores de la OEA.
Misiones de la OEA y del estadounidense Centro Carter para la Paz siguen paso a paso el proceso desde hace meses, y sus portavoces reiteraron este viernes confianza en la pulcritud del procedimiento y en que el Consejo Electoral producirá un veredicto limpio.
A veces los tiempos electorales agitan las mentes de los actores políticos, pero esperamos que las dificultades y tropiezos serán menores que los de la fase de recolección de firmas, en noviembre y diciembre de 2003, comentó Gaviria.
Chávez reiteró en México, donde asiste a la tercera Cumbre de mandatarios de la Unión Europea y América Latina y el Caribe, que acatará y respetará el veredicto del Consejo Electoral, y su vicepresidente José Vicente Rangel ratificó esa posición este viernes en Caracas.
Respetaremos el resultado, primero porque somos demócratas y, segundo, porque la figura del referendo revocatorio es una creación nuestra, del chavismo, y no podríamos cometer una suerte de filicidio contra ese derecho constitucional, alegó.
En Washington, hace dos días, el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Roger Noriega, dijo que su gobierno tienen la convicción de que hay firmas suficientes para el referendo, y advirtió que el gobierno estadounidense no se quedará de brazos cruzados si el pedido de consulta popular es rechazado.
Los poderes públicos de Venezuela reaccionaron airadamente contra Noriega, visto por analistas locales como expresión de un ala dura estadounidense que busca entorpecer el proceso de referendo para favorecer una salida de fuerza en el país.
También este viernes, el aspirante del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, John Kerry, criticó a Chávez porque ha tratado a sus adversarios como enemigos en vez de procurar sanar las divisiones que han plagado a Venezuela y ha socavado la Constitución y utilizado sus Círculos Bolivarianos para reprimir la disidencia pacífica.
Según Kerry, el presidente estadounidense George W. Bush, del Partido Republicano, lamentablemente ha escogido no desempeñar un verdadero papel de liderazgo que genere presión internacional sobre el presidente Chávez para que permita que el referéndum avance sin interferencia.
Su apoyo tácito (de Bush) al fracasado golpe militar contra Chávez en abril de 2002 ha socavado su capacidad de desempeñar ese papel, opinó el candidato demócrata.
Chávez acusa al gobierno de Bush de apoyar e incentivar el golpe que lo apartó de la presidencia durante dos días de abril de 2002, y asegura que Washington aun financia a grupos opositores venezolanos, entre ellos algunos que integran la Coordinadora Democrática.
El secretario de Estado (ministro de Relaciones Exteriores) de Estados Unidos, Colin Powell, pareció tratar de que las aguas volvieran a su cauce este viernes al declarar: No interferimos en el proceso de reparos. Todo lo que queremos es garantizar que no se le niegue al pueblo de Venezuela ejercer su derecho constitucional.
Cuando culmine el proceso, señaló Powell, se verá si hay un número suficiente de firmas para el referendo revocatorio, o no lo hay.