Las enfermedades de origen animal susceptibles de infectar a las personas (zoonosis) representan en la actualidad una amenaza imprevisible y han aumento de tal modo que preocupa a los expertos de salud pública y animal en todo el mundo.
Francoise-Xavier Meslin, coordinador para control de la zoonosis en la Organización Mundial de la Salud (OMS), describió a esas dolencias como un problema de importancia creciente que afecta a todas las regiones y que motivó un encuentro de expertos esta semana en Ginebra.
La actual tendencia se mantendrá con probabilidad, lo cual significa una continuidad de lo que hemos visto en los últimos 15 años, insistió..
El especialista de la OMS aludió entre otros a los brotes de neumonía atípica y de gripe aviar registrados principalmente en Asia, aunque también mencionó la letal fiebre de Ebola en Africa, la llamada fiebre del Valle del Rift o virus Hanta (hepatitis enzoótica), el virus de Nipah y la encefalopatía espongiforme bovina, conocida como el mal de las vacas locas.
Meslin aclaró que la neumonía atípica, también conocida como síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), es considerada una enfermedad zoonótica potencial pues aun no se ha probado el papel del gato de algalia o civeta en la transmisión de la enfermedad a los humanos.
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El brote de SRAS golpeó duramente en 2003 a China, Vietnam, Hong Kong y en menor medida a otros países asiáticos, aunque también causó víctimas en Canadá.
Las autoridades de la OMS aseguraron que los casos registrados el 22 de abril en Beijing se encuentran controlados, pues el origen se ubica en el Instituto Nacional de Virología de la capital china, donde se infectaron algunos investigadores de la enfermedad.
La gripe aviar es otro problema que persiste en Asia sin que todavía se haya resuelto, dijo Dewan Sibartie, de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE), con sede en París.
Esa enfermedad circula a un ritmo menor, pero se informa cotidianamente de nuevos casos de aves infectadas, precisó Dewan.
El primer brote de gripe aviar o del pollo se verificó en Kong Kong, en 1997. La enfermedad contagió a 18 personas, de las cuales seis murieron.
La epidemia de 2003 fue más intensa, ya que abarcó a nueve países asiáticos. Desde diciembre de ese año, unos 100 millones de pollos murieron por la enfermedad o fueron sacrificados para evitar el contagio.
Tailandia informó de 12 casos, de los cuales ocho fueron fatales, Vietnam tuvo 23 enfermos, con 15 decesos.
Dewan dijo que la OIE prepara directrices sanitarias para regular el comercio de aves en el mundo.
Especialistas de la OIE, de la OMS y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), examinaron esta semana en Ginebra las enfermedades zoonóticas que se expanden en un número muy, pero muy grande, dijo Meslin.
El caso se ha convertido en un problema de salud pública que afecta a países industrializados y en desarrollo con un crecimiento continuo, insistió.
Los expertos de las tres instituciones identificaron los principales factores causantes de la aparición de las enfermedades. Una de esas causas es la degradación ambiental, vinculada con las prácticas de la agricultura y con la urbanización.
Otro factor es la globalización de los movimientos de personas y de bienes, incluidos animales, que pueden favorecer la diseminación de las enfermedades.
Jan Slingenbergh, representante de la FAO, comentó a IPS que, entre las causas de la expansión de esas enfermedades, el factor de las prácticas agrícolas es uno de los pocos que puede ser reformado para contribuir a la lucha contra el mal.
No ocurre lo mismo, dijo, con otros factores como la globalización o el cambio climático, que requieren de procesos complicados con participación de múltiples sectores para arribar a cambios que reduzcan la expansión de las enfermedades transmitidas por los animales a los humanos.
Los expertos reconocieron que las actividades y las conductas de los hombres precipitan la aparición de las zoonosis. Entre otros ejemplos, mencionaron la tenencia y el desplazamiento de animales domésticos, los viajes aéreos, las preferencias alimentarias, el tipo de desarrollo económico y el incumplimiento de las medidas de prevención recomendadas.
Las tres instituciones reconocieron las dificultades que se afrontan para identificar futuras enfermedades zoonóticas a causa de la evolución constante de los factores de riesgo.
Una de las recomendaciones de los expertos propicia una mayor coordinación en las respuestas de médicos y veterinarios ante la aparición de nuevas enfermedades.
El próximo paso de las organizaciones involucradas se orientará a formar conciencia y apoyo políticos para la puesta en funcionamiento de una infraestructura de salud pública y animal.