Los gobiernos de América Latina y el Caribe deben invertir mejor sus recursos para luchar contra la pobreza, que afecta a 44 por ciento de sus casi 550 millones de habitantes, aconsejó este jueves el BID, mientras la Cepal demandó diseñar políticas que miren «constante y sistemáticamente» hacia el largo plazo.
El presidente del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), Enrique Iglesias, advirtió que invertir más en programas sociales no es garantía de nada, para luego precisar que en la década del 90 el gasto social en la región subió 50 por ciento, pero no logró hacer retroceder a la pobreza ni mejorar la distribución de la riqueza.
El poco impacto del gasto estaría ligado a situaciones como la corrupción, dijo Iglesias, quien participa en las sesiones previas a la III Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea, que se realizará este viernes y el sábado en la central ciudad mexicana de Guadalajara.
En ese marco, portavoces de la Unión Europea (UE) anunciaron que en los próximos cinco años invertirán unos 36 millones de dólares para ayudar a América Latina y el Caribe a elaborar y aplicar políticas sociales que contribuyan a reducir las diferencias entre ricos y pobres.
Esos recursos se volcarán en esquemas de participación y desarrollo institucional y académico, así como en apoyo a organizaciones no gubernamentales, explicó el Comisario de Relaciones Exteriores de la UE, Chris Patten, quien aclaró que la responsabilidad de mejorar el gasto social en América Latina y el Caribe es exclusiva de sus gobiernos.
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Según un estudio del Banco Mundial difundido el 11 de este mes, los elevados índices de desigualdad en América Latina y el Caribe, que son encabezados por Brasil y Guatemala, impiden que el desarrollo económico reduzca con efectividad esa inequidad en la distribución del ingreso.
"El 10 por ciento más rico de los individuos recibe entre 40 y 47 por ciento del ingreso total en la mayor parte de las sociedades latinoamericanas, mientras que el 20 por ciento más pobre sólo recibe entre dos y cuatro por ciento de los ingresos, indica la investigación.
"El país latinoamericano más equitativo en el ingreso, es más desigual que el país más desigual de Europa, Europa del este, y sólo comparable con algunos países de Africa y los estados de la ex Unión Soviética, añade.
El presidente del BID informó que cuenta con un fondo anual de 9.000 millones de dólares, que podrán ser utilizados en la estrategia de cooperación social que presentó la UE para América Latina y el Caribe. Iglesias indicó que 52 por ciento de los recursos del BID se destinan a sectores sociales.
Un documento preparado por organizaciones sociales a propósito de la cumbre de Guadalajara, bajo el título "Declaración de México", señala que la integración que podría tener América Latina con la UE está seriamente amenazada por su pobreza y desigualdad social.
Pero no sólo eso, también advierte que esos problemas sociales "representan una amenaza potencial para la democracia, la paz y el desarrollo económico" regional. Al sumarse a la línea de diagnósticos y consejos, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), que también se hizo presente en Guadalajara, recomendó a los países de la región ajustar las políticas sociales con una visión de largo plazo.
"Las políticas diseñadas para reducir la vulnerabilidad social deben mirar constante y sistemáticamente un horizonte de largo plazo si quieren ser efectivas", declaró Ana Sojo, autora del estudio Vulnerabilidad social y políticas públicas, auspiciado por esta agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas.
Esa investigación indica que los sectores vulnerables a los problemas económicos no se limitan a los más pobres, sino también los considerados por encima de la línea de pobreza.
Los sectores medios bajos de las zonas urbanas, que representan 30 por ciento de los hogares de la región, han visto caer su participación en el ingreso total a lo largo del decenio de 1990, a veces en proporciones semejantes a las sufridas por los más pobres, precisó Sojo.
La vulnerabilidad de las clases medias está asociada a la alta concentración del ingreso, característica propia de los países de la región, añadió.
Según un comunicado de la Cepal difundido en Guadalajara, "es necesario diseñar políticas para disminuir la multidimensionalidad de la vulnerabilidad social, de manera que no ensanchen las oportunidades de un segmento de la población en detrimento de otro.
Para ellos se "requiere un crecimiento económico sostenido, generación de empleos de calidad e inversión en recursos humanos calificados.
"Existe una fuerte relación inversa entre empleos formales y la pobreza: a medida que aumenta la proporción de ocupados formales, desciende la incidencia de la pobreza en la población, añadió el estudio de la Cepal.
"En las políticas de combate a la pobreza es prioritario velar por una inserción laboral más exitosa de la mujer y por crear las condiciones necesarias para que esto se lleve a cabo, dijo.
Además, señaló que "combatir la pobreza en sus raíces implica que la generación de empleos formales supere a la de los empleos informales y agropecuarios de baja productividad.
