Los gobiernos que participan en México en la III Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea (UE) suscribieron este viernes una declaración en la que prometen integrarse más y mejor y se dicen horrorizados por las torturas cometidas a prisioneros iraquíes por la ocupación estadounidense.
Los gobernantes y delegados de los gobiernos presentes en la reunión, que se realiza en la central ciudad mexicana de Guadalajara, se comprometieron a luchar contra la pobreza, el crimen y la corrupción y estrechar sus lazos comerciales, pero desistieron de condenar a Estados Unidos por el embargo contra Cuba, como propuso la delegación del gobierno de Fidel Castro.
La declaración, en la cual se anuncia que la próxima cumbre se llevará a cabo en mayo de 2006 en Viena, fue producto de una dura negociación en los temas que tocaron a Estados Unidos, lo que no ocurrió al momento de concertar las promesas de trabajo conjunto, solidaridad y apoyo al multilateralismo.
Mientras los gobernantes presentaban su documento, por las calles de Guadalajara, donde viven cerca de seis millones de personas, marchaban miles de activistas sociales y militantes de grupos políticos de izquierda coreando consignas contra el modelo de integración propuesto por la UE.
Entre los manifestantes, hubo quienes gritaron consignas a favor de Cuba, cuyo presidente Castro decidió no acudir a la cumbre por considerar que se trata de una cita carente de contenido y puramente ceremonial..
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Los europeos vinieron por nuestros recursos naturales y por eso nos manifestamos y hacemos de conocimiento público que la Unión Europea, al igual que Estados Unidos, antepone sus intereses económicos al bienestar de la población, dijo la activista mexicana Mayela Delgadillo.
A través de un comunicado emitido este viernes, el gobierno de Castro acusó a la UE de bloquear la posibilidad de condenar el embargo en la declaración de la cumbre, y señaló que sus miembros son corderos que siguen los intereses de Estados Unidos.
Por su parte, el canciller cubano Felipe Pérez Roque lamentó la incapacidad de la clase política del viejo continente (Europa) de hacer un pronunciamiento con independencia de los intereses de Estados Unidos y de expresarse en favor de un mundo libre de guerras y del derecho de todos los pueblos del mundo al desarrollo.
El tema cubano y la situación en las cárceles de la ocupada Iraq, que salió a la luz luego de la difusión de videos donde se observa a soldados estadounidenses torturando y vejando a detenidos, insumieron horas de negociaciones, que según testigos provocaron discusiones poco diplomáticas.
Al final, la posición de los países latinoamericanos que pedían una dura declaración contra Washington por el tema de las torturas a prisioneros iraquíes fueron derrotadas, pues se borró la mención directa a ese país y otras expresiones.
En su lugar, los mandatarios condenaron de forma genérica todas las formas de abuso, tortura y otros tratos crueles inhumanos y degradantes contra las personas, incluyendo los prisioneros de guerra en cualquier lugar que ocurran.
Nos declaramos horrorizados ante las recientes evidencias de malos tratos a los prisioneros en cárceles iraquíes. Estos abusos son contrarios al derecho internacional, incluidas las Convenciones de Ginebra, señalaron.
La declaración agregó que los gobiernos de América Latina, el Caribe y de la Unión Europea respaldan al idea de llevar ante la justicia a todos los individuos responsables de estos actos relacionados con el abuso de los detenidos iraquíes.
De su lado, los activistas sociales, que se autodenominan altermundistas, presentaron el documento Enlazando Alternativas en el que presentan severas críticas a la globalización y a Estados Unidos.
Los activistas exigen en su texto que los gobiernos de América Latina, el Caribe y de la UE hagan un pronunciamiento claro y enérgico contra las acciones bélicas y políticas unilaterales en Medio Oriente.
Asimismo, demandan condenar la tortura a los prisioneros de guerra en Iraq y piden presionar a Estados Unidos para levantar el bloqueo económico contra Cuba.
En otros materias, el documento plantea la necesidad de adoptar medidas para acabar con la discriminación, el racismo y la xenofobia hacia los inmigrantes y otras minorías.
Que los países receptores de inmigrantes reconozcan a plenitud sus derechos individuales y colectivos, se respete su dignidad y aportación cultural, agrega el texto.
Además, llamaron a impedir la ocupación militar en América Latina y el Caribe y demandaron a los países industrializados a cumplir el compromiso de destinar al menos el 0,7 por ciento de su producto interno bruto a la cooperación para el desarrollo.
