Los precios del petróleo bajaron este viernes tras conocerse que Estados Unidos estudia flexibilizar normas ambientales sobre la gasolina, anuncio que tuvo más fuerza que el nuevo recorte de oferta de la OPEP, concretado sin atender un pedido en contrario de Washington.
El crudo tipo West Texas Intermediate (WTI), el marcador estadounidense, cerró a 33,81 dólares el barril de 159 litros en el mercado de Nueva York, 46 centavos de dólar menos por unidad que en la apertura, tras descensos de 1,49 dólares el jueves y 49 centavos el miércoles.
En Londres, el barril de Brent del Mar del Norte, la referencia europea, retrocedió 1,45 dólares, después de perder un dólar el jueves, y se transó a un promedio de 30,10 dólares la unidad.
El mayor impulso para la baja de los precios vino del gobierno estadounidense, que en este año electoral soporta la presión de altos precios de la gasolina para el consumidor final, y el tema es objeto de debates entre los comandos de campaña del presidente George W. Bush, quien busca la reelección por el Partido Republicano, y su rival John Kerry, del opositor Partido Demócrata.
Los estados de California, Nueva York y Connecticut pidieron a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) que suspenda durante el próximo verano boreal la aplicación de normas ambientales para mezclas especiales de gasolina.
Esas normas cuantifican los aditivos como MTBE (Metil-Terbutil-Éter) o etanol que deben acompañar las mezclas para que el combustible arda completamente dentro de los motores y genere menor polución.
La gasolina en Estados Unidos se expende a un promedio de 1,76 dólares por galón (de 3,8 litros), pero en California alcanza los 2,13 dólares por galón y en Nueva York 1,87 dólares, y esos precios pueden trepar en agosto, cuando millones de automovilistas en vacaciones toman por asalto las carreteras y autopistas de ese país.
Estados Unidos es el mayor mercado petrolero mundial, y devora uno de cada cuatro de los 79 millones de barriles que cada día consume el mundo.
El secretario de Energía estadounidense, Spencer Abraham, dijo que la EPA está considerando seriamente el requerimiento de los estados más afectados por los altos precios y cuellos de botella en sus refinerías, lo que incide en costos y volúmenes de la gasolina que destilan.
El costo de la gasolina en Estados Unidos no tiene qué ver con el precio del petróleo crudo, sino con su limitada capacidad de refinación, comentó desde Viena, donde asistió a la reunión de la OPEP, el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez.
El segundo factor para la declinación de los precios fue un informe divulgado el miércoles por el Departamento de Energía de Estados Unidos, según el cual los inventarios comerciales de crudo en ese país se han recuperado y alcanzan a 294,3 millones de barriles, 13,6 millones de unidades más que hace un año.
Las bajas existencias de crudo impulsaron los precios al alza en febrero y comienzos de marzo, cuando el stock comercial disponible en Estados Unidos bajó del umbral que sus autoridades juzgan adecuado, de 270 millones de barriles, es decir el consumo durante dos semanas.
Estados Unidos tiene también una reserva estratégica, de 640 millones de barriles depositados a cielo abierto en los desiertos del sudoeste, y el gobierno mantiene un programa de compras para ubicar ese volumen en 700 millones de barriles.
El Departamento de Energía entregó su informe de inventarios el mismo día que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), decidiera en Viena recortar en un millón de barriles diarios su oferta de crudo, fijándola oficialmente en 23,5 millones de barriles.
La OPEP está integrada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela. Iraq, invadida por Estados Unidos y que produce dos millones de barriles diarios, es también miembro pleno del grupo pero no participa de los acuerdos de producción ni en el reparto de la misma mediante un sistema de cuotas.
La reacción de los mercados, con bajas en vez de alzas ante el anuncio de menor oferta, pareció acompañar el estimado de la OPEP según el cual al ceder el invierno en el hemisferio norte habrá una contracción de la demanda, y por eso disminuyó su producción, para que no se inunde el mercado y decaigan los precios.
También ocurre que los socios de la OPEP se exceden en sus cuotas, y cuando en febrero previeron el recorte de este abril se plantearon primero cesar en la sobreproducción. Aparentemente el mercado evalúa que no habrá una rígida disciplina al observar los límites en las cuotas.
Operadores de mercado mantienen un ojo sobre los programas de despachos de buques cisterna desde las terminales en los países de la OPEP, y sobre esa base evalúan que en las primeras semanas de abril apenas se recortaría un tercio de lo anunciado.
El propósito de la OPEP es mantener el precio de su cesta de siete crudos en una banda que va de 22 a 28 dólares por barril, pero durante cuatro meses se han beneficiado de precios por encima del tope.
Algunos socios, como Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos, favorecieron un aplazamiento del recorte, pero Arabia Saudita, el mayor productor de la OPEP con extracciones de ocho millones de barriles diarios, se alineó con los radicales como Argelia y Venezuela.
La OPEP perdería credibilidad si anuncia un recorte y luego no lo ejecuta, había advertido el ministro petrolero de Argelia, Chakib Jelil, y su homólogo venezolano insistió en que los precios se resienten por la depreciación del dólar y por la especulación.
El ministro saudita, Ali al-Naimi, estimó que enviar más petróleo ahora al mercado lo llenará de tal modo que los precios colapsarán. No queremos eso, sería destructivo para todos, por lo que apoyó el recorte que entró en vigor el 1 de abril.
La decisión del grupo contrarió las presiones de Estados Unidos. El presiente Bush llamó personalmente a varios líderes de la OPEP para pedirles que dejaran sin efecto el previsto recorte de un millón de barriles diarios, según dijo Abraham.
Sé que el presidente tuvo conversaciones con la mayoría de los dirigentes de la OPEP y puedo asegurarles que el mensaje fue claro, informó Abraham al Congreso.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClelan, dijo que Bush insistirá en que es importante que los productores no tomen acciones que lastimen nuestra economía. Creemos que los precios del petróleo deberían ser fijados por las fuerzas del mercado para asegurar que tengamos disponible una oferta adecuada.
Seguimos discutiendo activamente con nuestros amigos de la OPEP y los productores que no integran la OPEP, agregó McClelan.
México, uno de esos productores ajenos al grupo petrolero y uno de los cuatro grandes abastecedores de Estados Unidos, indicó en cambio su disposición de colaborar con la Organización.
Hemos estado hablando con los ministros de la OPEP y seguiremos colaborando en la medida de las posibilidades de México para evitar la sobreoferta de crudo, indicó el ministro mexicano del ramo, Felipe Calderón.
