Los ataques contra civiles extranjeros en Iraq y la violencia insurgente contra la ocupación militar estadounidense amenazan los planes de la ONU para estabilizar el país y celebrar elecciones en todo su territorio.
La situación en Iraq está empeorando a tal grado que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se niega por razones de seguridad a brindar información sobre las actividades del equipo del foro mundial allí, comandado por Lakdhar Brahimi.
El grupo de Brahimi realiza consultas a académicos, activistas de derechos humanos, líderes religiosos, sindicalistas y miembros del Consejo de Gobierno Iraquí designado por Estados Unidos sobre una propuesta de elecciones generales previstas para enero próximo.
El equipo no dará detalles sobre sus reuniones por adelantado, dijo este jueves el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
La situación de seguridad es preocupante, pero Brahimi pudo, de todos modos, realizar reuniones con una amplia gama de iraquíes, agregó Dujarric.
Luego de una reunión este jueves con dirigentes de la sociedad civil en Bagdad, Brahimi dijo: La ONU vislumbra la devolución de la soberanía a Iraq como el primer paso para salir del túnel oscuro en el que el país entró hace mucho tiempo.
Los combates de los últimos siete días se cobraron la vida de más de 100 civiles iraquíes y más de 40 soldados estadounidenses. El miércoles, el bombardeo estadounidense contra una mezquita en Faluja mató a 40 iraquíes.
Debemos mencionar, con gran dolor y pena, los sangrientos acontecimientos que estamos presenciando en varias partes de Iraq, dijo Brahimi este jueves.
Estados Unidos califica a los insurgentes de terroristas y matones. Informes procedentes de Iraq indican que en la rebelión están involucrados iraquíes de todas las extracciones étnicas y religiosas.
Integrantes de la mayoritaria corriente religosa del Islam chiita y de la minoritaria sunita lanzan ataques coordinados contra la potencia ocupante. El único refugio seguro de las fuerzas estadounidenses es, al parecer, la región autónoma kurda, en el norte, cerca del vecino Irán.
Un alto funcionario de la ONU que pidió reserva de su identidad admitió que los planes de la ONU de celebrar elecciones en enero están aún prendidos con alfileres. Pero debemos trabajar bajo el supuesto de que las cosas mejorarán hasta enero, sostuvo.
El ex portavoz del foro mundial en Iraq, Salim Lone, declaró a IPS: No creo que ningún funcionario de la ONU deba estar ahora en Iraq. Lone resultó herido en el atentado de agosto pasado en que murió el subsecretario general de la ONU, Sergio Vieira de Mello.
Los funcionarios extranjeros de la organización se retiraron entonces de Iraq. Para Lone, sería un horrible error que los trabajadores del foro mundial regresaran a Iraq cuando la situación de seguridad es infinitamente peor de lo que era en agosto.
Además, agregó, aparecen ahora críticas públicas a la ONU aun de figuras públicas iraquíes, como el ayatolá Alí al-Sistani, uno de los más poderosos clérigos chiitas.
Sistani manifestó desilusión ante la negativa de la ONU a apoyar su propuesta de celebración de elecciones nacionales a fines de junio. Un equipo de expertos de la ONU en materia electoral que visitaron Iraq el mes pasado concluyeron que la propuesta no era logísticamente factible.
El equipo encabezado por Carina Perelli preparará en Nueva York un plan de acción hacia las elecciones, que incluirá la cantidad de funcionarios necesarios para realizarlas.
Antes del atentado en agosto, la ONU contaba con más de 650 funcionarios extranjeros en Iraq, los cuales fueron reinstalados en Jordania y Chipre. Hoy, las operaciones del foro mundial son desarrollados por unos 2.000 funcionarios iraquíes.
Los iraquíes también suelen manifestar resentimiento frente a la ONU por los 13 años de sanciones económicas dispuestas por el Consejo de Seguridad tras la invasión de Kuwait en agosto de 1990 y tras la guerra del Golfo de 1991.
La incapacidad de la ONU de jugar un papel aunque sea pequeño como mediador para reducir la espiral de violencia refleja la aguda crisis de la política del foro mundial hacia Iraq, dijo Lone.
Somos percibidos como alineados con la Autoridad Provisional de la Coalición (encabezada por Estados Unidos) y el Consejo de Gobierno Iraquí, vistos por la mayoría de los iraquíes como parte del problema, agregó..
Al rechazar la propusta de Sistani, la ONU fue vista como acompañante de Estados Unidos, que advirtió que el próximo gobierno soberano de Iraq no podría constituirse sobre la base de elecciones porque no había tiempo suficiente para realizarlas antes del 30 de junio, un plazo que se había impuesto el propio Washington.
Pero Estados Unidos aún no ha decidido quién tomará las riendas de Iraq una vez que la Autoridad Provisional de la Coalición encabezada por el embajador Paul Bremer se retire del país árabe el 30 de junio.
Varios senadores estadounidenses advirtieron que una retirada en esa fecha sería prematura dada la frágil situación de seguridad y la posibilidad de una guerra civil. Pero el presidente George W. Bush teme que no cumplir con el plazo establecido lo perjudique frente al electorado en los comicios de noviembre, según observadores.