El crédito privado concedido al Sur aumentó en 2003, pero concentrado en un puñado de países de mediano ingreso, mientras la asistencia oficial al desarrollo aumentó ligeramente y la inversión directa retrocedió, informó el Banco Mundial.
El flujo neto de capital privado aumentó de 155.000 millones de dólares en 2002 a 200.000 millones en 2003, según el informe "Flujos mundiales de financiamiento para el desarrollo 2004", difundido por el Banco Mundial este lunes.
Pero la mayoría de ese dinero, en especial producto de la venta de bonos y de préstamos bancarios, se dirigió a países como Brasil, China, Indonesia, México y Rusia,
La mayoría de las organizaciones internacionales especializadas en cuestiones económicas, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), consideran que el flujo de capital extranjero es vital para el desarrollo de los países.
El Banco atribuyó ese aumento del flujo, en parte, a las bajas tasas de interés en el Norte industrial, como reflejo de una mejora de la economía mundial y a las "políticas fiscales adecuadas" y las "reformas estructurales" en muchos países en desarrollo.
Entre esas políticas y reformas, promovidas por el propio Banco Mundial, figuran la privatización, la flotación monetaria y la desregulación del movimiento del capital extranjero.
El Banco informó que la asistencia oficial al desarrollo aumentó apenas de 52.000 millones a 58.000 millones de dólares en 2003. Y la mitad de los 6.000 millones adicionales procedió de alivio de deuda, más que de asistencia fresca al mundo en desarrollo.
Además, 1.000 millones de dólares respondieron a la incrementada ayuda a Afganistán y Pakistán en el marco de la guerra contra el terrorismo declarada por Estados Unidos.
El Banco Mundial consideró alarmante la falta de compromiso de los países ricos en asistir a los pobres.
"El pequeño aumento de la asistencia oficial al desarrollo es un problema", dijo el economista jefe del Banco, François Bourguignon.
El experto advirtió que la ayuda se ubica aún muy por debajo de lo requerido para alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio fijadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre las que figuran reducir a la mitad la población pobre para 2015.
Africa subsahariana, una de las regiones más pobres del planeta junto con Asia meridional, recibió 39,8 por ciento de la asistencia oficial al desarrollo, según el Banco.
En cuanto a la inversión extranjera directa, el informe indica que cayó por segundo año consecutivo, hasta alcanzar 135.000 millones de dólares, 24 por ciento menos que el pico de 2001, que ascendió a 175.000 millones de dólares. El Banco atribuyó buena parte de esta caída a la debilidad de la inversión extranjera directa en servicios como telecomunicaciones y energía, cuya privatización en los años 90 concitó un gran flujo.
Además, se registraron mermas en la inversión a países que recibían otrora gran cantidad de dinero, como Argentina, a causa de crisis económicas.
Los países en desarrollo, como grupo, crecieron 4,8 por ciento en 2003, y se prevé que crezcan 5,4 por ciento en 2004, con lo cual podría romperse el récord de 5,2 por ciento de 2000.
El aumento se debió al aflojamiento de las políticas fiscales y monetarias del Norte, en especial Estados Unidos, y a un aumento de 10 por ciento en el precio de los productos básicos no petroleros, de los que depende el ingreso de divisas de muchos países en desarrollo.
Pero el Banco también advirtió que los avances se ven amenazados por el déficit de los países ricos, agravado desde 2000, y que podría mermar el capital de los países en desarrollo.
El déficit fiscal de los países industrializados aumentó a 3,7 por ciento del producto interno bruto, y el déficit de cuenta de Estados Unidos es hoy de más de cinco por ciento del producto interno bruto.