DESARROLLO: Holanda y Dinamarca, los más cooperadores

Holanda y Dinamarca ocuparon por segundo año consecutivo los puestos de privilegio del Indice de Compromiso con el Desarrollo (CDI), que mide año a año la política de ayuda de los países ricos con los pueblos más pobres del mundo.

Un cambio en la metodología de medición del CDI derivó en el salto de Estados Unidos del puesto 20 al siete, en especial por la ponderación de su política migratoria, relativamente abierta en comparación con otros países industriales, y la inclusión de las contribuciones privadas en la ayuda total.

Gran Bretaña, en el cuarto lugar, se ubicó al frente del Grupo de los Siete (G-7) países más poderosos del mundo, seguido por Canadá, Alemania y Francia, quien compartió con Estados Unidos el séptimo puesto.

Al igual que el año pasado, Japón terminó último entre los 21 países considerados, a pesar de que se trata del segundo donante mundial en términos absolutos. Luego, en orden ascendente, se ubicaron España, Suiza, Irlanda, Grecia y Nueva Zelanda.

El Indice, publicado el martes por la revista Foreign Policy de Washington y el Center for Global Development (CGD), se basa en siete diferentes políticas nacionales que influyen sobre el bienestar de los países pobres: asistencia, inversión, migración, ambiente, seguridad, tecnología y comercio.

Los países considerados, en el orden en que figuran en el Indice, fueron Dinamarca, Holanda, Suecia, Australia, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Noruega, Estados Unidos, Finlandia, Austria, Bélgica, Italia, Portugal, Nueva Zelanda, Grecia, Irlanda, Suiza, España y Japón.

El mayor peso del Indice es el grado de protección de los países donantes a sus mercados ante los productos del Sur a través de aranceles, cuotas y subsidios. También pondera las importaciones desde los países pobres.

En este rubro, Estados Unidos encabezó la lista por segundo año consecutivo, mientras Noruega, por sus altos aranceles a la producción agrícola, se ubicó en el último lugar.

Los autores del Indice calcularon el apoyo de los gobiernos a la investigación y el desarrollo como porcentaje del producto interno bruto, si bien descontaron la mitad de lo insumido por el rubro de defensa en ese aspecto.

Según ese cálculo, Austria y Canadá invirtieron en investigación y desarrollo 0,9 por ciento del producto interno bruto, y, en el extremo opuesto, Grecia e Irlanda, 0,3 por ciento. Estados Unidos se ubicó octavo en la lista.

En el Indice también se acreditaron puntos por la participación en operaciones de mantenimiento de la paz e intervenciones humanitarias autorizadas por entidades multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de 1993 a 2000.

Noruega se ubicó en la cúspide de la lista, seguida de cerca por Gran Bretaña y Australia, esta última debido, en buena medida, a su intervención en Timor Oriental en 1999.

Japón y Suiza se ubicaron últimos en esta categoría. Estados Unidos, a pesar de haber asignado más de 50.000 soldados a intervenciones en Haití, Somalia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, figuró en una posición intermedia.

En cuanto al rubro ambiental, dos tercios del puntaje se atribuyeron al daño ocasionado por cada país, a través, por ejemplo, de la emisión de gases invernadero, bajos impuestos al combustible y subsidios a la pesca.

El tercio restante se refirió a la contribución a iniciativas ambientales internacionales, como la ratificación de tratados y las donaciones a fondos mundiales.

De acuerdo con esta metodología, Suiza se ubicó primera por segundo año consecutivo, y Estados Unidos figuró en el último lugar. Australia y Canadá también tuvieron bajo puntaje, mientras Alemania y Austria fueron los primeros países de la Unión Europea.

El flujo neto de personas de los países pobres a los ricos entre 1995 y 2000 representó casi dos tercios del rubro migratorio del Indice, y el resto se determinó por el monto de la ayuda de los gobiernos a refugiados y solicitantes de asilo, así como el porcentaje de estudiantes de países en desarrollo dentro del total del estudiantado extranjero.

En ese rubro, Canadá se ubicó primero, seguido por Estados Unidos y Australia. En el extremo figuró Japón, seguido por España, Bélgica y Finlandia.

En cuanto a la inversión, Holanda, Alemania y Australia figuraron en los primeros puestos, e Irlanda y Nueva Zelanda en los últimos. Al medir la asistencia, Suecia fue la principal donante, seguida de cerca por Dinamarca, Holanda y Noruega, y los peor ubicados fueron Nueva Zelanda, Grecia, Estados Unidos, España, Portugal, Japón y Australia.

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