DESARROLLO: Donantes amnésicos

La comunidad internacional, acusada de olvidar su compromiso de combatir la pobreza y la degradación ambiental, está bajo fuego en la décimosegunda sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible.

”El mundo debe duplicar con creces su gasto —de los actuales 16.000 millones de dólares a 33.000 millones— para alcanzar su meta de reducir a la mitad para 2015 la proporción de personas que no tienen acceso a agua potable ni saneamiento”, subrayó José Antonio Ocampo, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

”Una mayor voluntad política e instituciones más eficaces, cruciales para el progreso, deben acompañarse de recursos financieros adicionales”, dijo Ocampo a los delegados.

Pero la mayoría de los donantes occidentales, lejos de incrementar su asistencia financiera, han recortado progresivamente sus presupuestos de cooperación para el desarrollo en los últimos años.

La décimosegunda sesión de la Comisión sobre Desarrollo Sostenible (llamada ”CDS-12”) tiene lugar del 14 al 30 de este mes en la sede de la ONU, en Nueva York, para evaluar los progresos alcanzados sobre agua, saneamiento y asentamientos humanos desde la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo, Sudáfrica, en 2002.

Ambientalistas y diplomáticos del Sur en desarrollo señalan que no se han cumplido las promesas de Johannesburgo, relativas al aumento de recursos, la transferencia de tecnología y la reconstrucción de infraestructura ambiental en los países más pobres del mundo.

”Aunque el agua, el saneamiento y los asentamientos humanos son una cuestión de vida o muerte en muchas partes del mundo, (…) no son de prioridad para los grandes actores”, lamentó Saradha Iyer, de la Red del Tercer Mundo, en declaraciones a IPS.

La Red del Tercer Mundo, con sede en Malasia, es una de las numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG) que participan en la CDS-12.

Según Iyer, la CDS-12 es una ronda no negociadora, porque ”los ricos no quieren hablar sobre cuestiones financieras ni que se les pida que cumplan su parte del pacto mundial”.

El pacto mundial incluye la promesa de los donantes occidentales de aumentar la ayuda oficial para el desarrollo, que actualmente se estima en 56.000 millones de dólares anuales.

En la década de 1990, la asistencia para el agua y el saneamiento siguió cayendo, dijo a la prensa Borge Brende, presidente de la Comisión y ministro de Ambiente de Noruega.

La inversión total en agua y saneamiento en el mundo en desarrollo asciende a unos 15.000 millones de dólares por año, de los cuales 5.000 millones proceden de la ayuda oficial para el desarrollo. El resto se obtiene de fuentes nacionales, dijo.

”Los pobres pagan mucho por el agua potable. Definitivamente, algo anda mal cuando los pobres de los asentamientos pagan más por agua envasada que por gasolina”, señaló Brende.

El funcionario destacó que entre tres y cuatro millones de personas mueren cada año de enfermedades transmitidas por el agua, y que ”más de la mitad de las camas de hospital del mundo están ocupadas por personas con enfermedades relacionadas con el agua contaminada”.

Las estadísticas presentadas en la CDS-12 son aterradoras. Unos 2.400 millones de personas, o casi dos tercios del mundo en desarrollo, carecen de acceso a saneamiento básico. Sólo en India, casi 700 millones de personas defecan al aire libre, y cerca de 700.000 niños mueren cada año de diarrea y deshidratación.

Al mismo tiempo, casi 1.000 millones de personas, o 32 por ciento de la población mundial, viven en asentamientos precarios. Se prevé que esta cifra aumentará a 2.000 millones para 2030.

”Es muy claro que los países en desarrollo enfrentan inmensos desafíos”, dijo a IPS el embajador Nasser Abdulaziz Al-Nasser, de Qatar, en representación de los 133 países que constituyen el llamado Grupo de los 77.

”Para que los países en desarrollo avancen, la comunidad internacional debe cumplir sus compromisos de aumentar los fondos, transferir tecnología y crear capacidad”, urgió.

En respuesta a las críticas, Gilbert Parent, de Canadá, dijo que organizaciones bilaterales y multilaterales cumplen una función clave en la ayuda a países a desarrollo para que alcancen los objetivos acordados en Johannesburgo.

”Para cumplir esos objetivos, sin embargo, la comunidad internacional necesita sistemas eficaces de vigilancia mundial”, agregó.

Estados Unidos, por su parte, sostiene que los países del Sur deben promover asociaciones público-privadas para lograr las metas de desarrollo.

El grave desequilibrio en el gasto mundial quedó en evidencia una vez más la semana pasada, durante una conferencia de prensa del presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn.

Wolfensohn destacó que los gobiernos invierten actualmente 900.000 millones de dólares en gastos militares, 300.000 millones en subsidios agrícolas, y sólo 56.000 millones en ayuda para el desarrollo.

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