Miles de activistas protestarán este fin de semana en Washington contra el Banco Mundial y el FMI, que cumplen 60 años, además de apoyar las reivindicaciones de grupos feministas, bailar por el ambiente y tomar agua de caños en nombre de la paz en Medio Oriente.
Diversión aparte, los manifestantes focalizarán sus protestas en las reuniones semestrales del Banco y el FMI (Fondo Monetario Internacional), a los que acusan de trabajar para beneficio de las grandes empresas del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos y consolidar la dominación mundial del Norte industrial.
Las reuniones coincidirán con el 60 aniversario de ambas instituciones de Bretton Woods, así llamadas por el lugar de la conferencia donde fueron creadas, en el estado de New Hampshire, Estados Unidos, tras la segunda guerra mundial.
A diferencia de mediados de los años 90, cuando nació el movimiento altermundista, los manifestantes contra las políticas del Banco Mundial y el FMI se unen ahora a grupos de derechos humanos y organizaciones pacifistas, entre otras.
Los críticos de las instituciones financieras internacionales sostienen que éstas se han desviado de su propósito original en los últimos 60 años, adoptando un fundamentalismo de mercado que sólo considera el lucro de las potencias del Norte y es ciego a los costos humanos de sus políticas.
El mandato original del FMI era promover la cooperación monetaria internacional y supervisar un complejo sistema de intercambio monetario basado en el patrón oro, mientras el Banco Mundial, originalmente llamado Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), debía incentivar el desarrollo y combatir la pobreza.
No sorprende entonces que una de las actividades de protesta planificadas sea una fiesta de cumpleaños infeliz en el centro de Washington que destacará el problema de la deuda de los países pobres, en gran parte creado por las políticas de las instituciones de Bretton Woods, según los críticos.
Los activistas proyectan distribuir invitaciones y cortar un pastel de cumpleaños infeliz.
El grupo Jubileo/Estados Unidos, que organiza la fiesta, señaló que el Banco Mundial y el FMI continúan demorando acciones para la cancelación de la deuda, y en cambio aplican un programa limitado y condicionado de alivio de la deuda.
Miles de habitantes de los países más pobres del mundo mueren cada día de enfermedades que podrían prevenirse, como el sida, porque el dinero que podría invertirse en atención de la salud se destina a pagar los intereses de la deuda externa, afirmó Jubileo.
Los grupos altermundistas sostienen que el nuevo plan del Banco y el Fondo para revisar la deuda de los países más pobres es sólo una estrategia para evitar la cancelación completa de la deuda.
El nuevo plan parece otra forma de burocratización del proceso, no un avance, expresó Soren Ambrose, de la red 50 Años es Suficiente, creada hace 10 años para denunciar las políticas de ambas instituciones en el Sur en desarrollo.
Un grupo de activistas de países en desarrollo, entre ellos India, Zimbabwe y Paraguay, ayunarán desde el viernes y hasta el domingo frente a las sede del Banco Mundial en protesta por sus políticas de reubicación forzosa de las personas que viven en lugares de futuros proyectos financiados por la institución, por ejemplo represas.
Los críticos sostienen que se debería mejorar el nivel de vida de las personas que pierden su vivienda y su medio de vida como resultado de esos desplazamientos, pero que en la práctica sus condiciones de vida empeoran.
Grupos de derechos humanos, ambientalistas, religiosos e indígenas también protestarán contra el uso que las instituciones de Bretton Woods hacen de fondos públicos en proyectos que, entre otros impactos negativos, dañan el ambiente y conducen a violaciones a los derechos humanos, además de no reducir la pobreza.
El Banco Mundial ha sido criticado por financiar proyectos polémicos como el gasoducto Baku-Ceyhan, que atravesará Azerbaiyán, Georgia y Turquía, y en el proceso financiar a petroleras multinacionales como Shell y BP.
El Banco Mundial ofrece millones de dólares de los contribuyentes a multinacionales como Shell por proyectos que provocan el cambio climático, perjudican el ambiente y provocan violaciones a los derechos humanos, lamentó Hannah Ellis, del grupo ambientalista Amigos de la Tierra.
Los activistas también exigirán una respuesta positiva a las recomendaciones de un estudio encargado por el Banco que urge a la institución a dejar de apoyar a las industrias extractivas de recursos naturales como el gas y el petróleo y redirigir sus recursos hacia fuentes de energía renovables.
Antes las constantes críticas, funcionarios del Banco y el FMI sostienen que sus créditos y recomendaciones apuntan a asegurar la estabilidad y el crecimiento económico tanto de países pobres como ricos.
Este fin de semana, ambas instituciones realizarán una revisión del estado de la economía mundial y los esfuerzos de prevención de crisis del FMI. También se discutirá la elección del próximo director gerente del Fondo, en un proceso acusado de falta de transparencia.
Ministros de finanzas y presidentes de los bancos centrales del G7, integrado por Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, también se reunirán en Washington el próximo sábado.