Un año después de la invasión encabezada por Estados Unidos y Gran Bretaña contra Iraq, los precios del crudo en Nueva York y Londres llegaron a su nivel más alto desde la guerra del Golfo de 1991.
Expertos afirman que uno de los objetivos del conflicto fue desmantelar la capacidad de maniobra de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) mediante el control de los ricos campos iraquíes. Pero lo cierto en este año el grupo ha logrado apuntalar los precios y sus ingresos.
Cuando se informó el jueves que tropas paquistaníes habían acorralado al número dos de la red islámica Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, los precios retrocedieron ante una perspectiva de mayor seguridad en la región, pero este viernes retomaron el camino alcista.
El West Texas Intermediate (WTI), crudo ligero estadounidense, ganó 37 centavos de dólar por barril de 159 litros este viernes y se vendió en Nueva York a 38,30 dólares, su nivel más alto desde la primera guerra del Golfo.
El Brent, crudo de referencia del mar del Norte, aumentó 14 centavos y el barril se cotizó a 33,27 dólares. El avance fue de cinco por ciento en una semana.
La canasta de siete crudos marcadores de la OPEP se vendió durante la semana a 32,66 dólares, un alza de 55 centavos respecto de la semana precedente, informó el Ministerio de Energía de Venezuela.
La OPEP está integrada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela.
La organización ha defendido desde 2002 un precio para su cesta de crudos de entre 22 y 28 dólares por barril, y dispuso por eso el cierre de grifos si el mercado se inunda y la cotización cae, o los abre si la demanda crece y el precio se eleva sobre el techo de la banda durante más de 20 días comerciales continuos.
Pero los precios han estado sobre los 28 dólares por barril desde diciembre y la OPEP se ha negado a incrementar su producción. Al contrario, la ha reducido y se dispone a establecer un nuevo recorte a partir de abril.
Esa política limita la reconstrucción de reservas petroleras en los países consumidores industrializados y anima la demanda de las refinerías, lo que eleva el precio del crudo y se traduce en alza de las gasolinas y otros derivados.
A mediados de este mes, el precio promedio de la gasolina al por menor en Estados Unidos era de 1,73 dólares el galón (3,8 litros), 30 centavos por encima de su valor cuando hace un año se inició la invasión a Iraq.
La OPEP, que cubre un tercio de la demanda mundial de 79 millones de barriles diarios, debate si en su reunión del 31 de marzo en Viena sostendrá o no la decisión adoptada en febrero, de retirar del mercado un millón de barriles por día.
La organización consideró en su reporte de mercado de marzo último que la demanda mundial diaria en el segundo trimestre de 2004 será de 77,8 millones de barriles, una vez que comience la primavera boreal, a diferencia de los 80,1 millones del trimestre en curso.
Esa perspectiva anima el debate dentro de la OPEP acerca de la posibilidad de recortar más su producción o sostenerla y aún incrementarla para que los altos precios no desestimulen la actividad industrial y la demanda de hidrocarburos en el Norte industrializado.
Los actuales precios del petróleo no beneficiarán al mundo. Estamos preocupados por eso, dijo el presidente de la OPEP y ministro de Energía de Indonesia, Purnomo Yusgiantoro.
Pero su homólogo de Venezuela, Rafael Ramírez, reiteró este viernes: Estamos comprometidos en mantener el precio del petróleo en niveles justos. A la reunión del día 31 vamos con la misma política: si es necesario que Venezuela apoye otro recorte, lo vamos a hacer.
Más aún, recordó que los actuales precios del petróleo se traducen en ingresos en dólares depreciados frente a otras divisas, por lo que Caracas cree que más bien es posible revisar al alza la banda de precios de entre 22 y 28 dólares convenida por el grupo.
Nigeria habría expresado apoyo a esta tesis venezolana.
La OPEP, excluido Iraq, produce oficialmente 24,5 millones de barriles diarios de crudo y antes de adoptar un nuevo recorte en abril ha tratado de que los socios —que siguen un sistema de cuotas— recojan la sobreproducción con la que exceden sus asignaciones, y que se estima en 1,3 millones de barriles por día.