La incertidumbre sobre un eventual recorte de producción de la OPEP a partir del 1 de abril sostuvo los precios internacionales del crudo, mientras en el principal mercado, Estados Unidos, el valor de la gasolina llegaba a cifras récord.
La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) reunirá a sus ministros de Energía este miércoles en Viena y ha previsto dar luz verde a un recorte de un millón de barriles diarios en su oferta, oficialmente cifrada en 24,5 millones de unidades.
En Nueva York, el West Texas Intermediate (WTI, crudo dulce ligero y marcador estadounidense) se vendió este viernes a 35,20 dólares el barril (de 159 litros), un descenso franco pues su promedio durante la semana fue 36,91 dólares, según informó el Ministerio de Energía de Venezuela.
En Londres, el crudo Brent, referencia europea, se transó a 31,43 dólares el barril, también en caída respecto de su promedio semanal de 33,94 dólares la unidad.
La cesta de siete crudos de la OPEP se vendió durante la semana a 32,54 dólares por barril, y su promedio en lo que va de año es de 30,70 dólares por barril.
La OPEP está integrada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela.
Hace cuatro años la OPEP decidió sostener para su canasta un precio de 22 a 28 dólares por barril, lo que ha logrado con éxito apelando a recortes o aumentos de producción, según el precio internacional se ubique por debajo o por encima de esa banda.
Desde diciembre de 2003 el precio está por encima de 28 dólares.
El recorte de abril fue previsto por la OPEP porque calculaba que habría menor demanda de crudo en los países consumidores industrializados, debido a la llegada de la primavera boreal, pero la duda asalta a sus ministros ante los altos precios y las compras sostenidas.
No queremos precios demasiado altos, con ellos no estamos felices, dijo el ministro indonesio y presidente de la OPEP, Purnomo Yusgiantoro, en atención al argumento de que los precios elevados serán como un bumerán, pues desaniman el crecimiento económico y estimulan a otros proveedores de energía.
La más reciente advertencia la formuló el ministro de Economía de Perú, Pedro Pablo Kuczynski: El crecimiento de la economía mundial puede frenarse este año si continúa en aumento el precio del barril, y América Latina no alcanzaría la meta de crecer cuatro por ciento. Creo que los miembros de la OPEP están conscientes de eso.
Yusgiantoro dijo que los socios de la OPEP tienen tres opciones para la reunión de este miércoles: Incrementar la producción, cortarla, o mantenerla hasta que nos reunamos nuevamente en junio.
Rafael Ramírez, ministro de Energía de Venezuela, el tercer productor de la OPEP (después de Arabia Saudita e Irán) insistió en cambio en que el recorte sigue firme, y señaló que Venezuela cree que es fundamental para mantener niveles de precios adecuados.
Nigeria ha apoyado la posición de Venezuela, pero Edmund Daukoru, asesor petrolero del presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, opinó que la oportunidad para un impacto práctico se ha ido ya que hay demora en el recorte, es decir, en las medidas concretas para que los taladros en cada país productor extraigan menos crudo del subsuelo.
Arabia Saudita guarda su tradicional silencio previo a las conferencias, a la espera de señales del mercado y manifestaciones de los productores más pequeños. Pero Issa al-Aoun, viceministro de Kuwait, que suele seguir la línea saudita, dijo que su país propondrá aplazar la cuestión del recorte para junio.
La conferencia de junio sería una mejor ocasión para decidir los cortes, porque estará más claro lo que pasará con Iraq después que Estados Unidos traspase los poderes a un nuevo gobierno en Bagdad, dijo al-Aoun. Iraq produce más de dos millones de barriles diarios pero no participa en la distribución de cuotas de producción de los otros 10 socios.
El secretario de Energía de Estados Unidos, Spencer Abraham, dijo el martes que su despacho mantiene discusiones privadas con la OPEP, a varios niveles, ante reclamos de senadores de su país como Edward Kennedy, del opositor Partido Demócrata, que le exigen persuadir a la OPEP para que aumente la producción.
Abraham le respondió a Kennedy: No mendigaremos petróleo a la OPEP.
En Estados Unidos, mercado que devora uno de cada cuatro de los 79 millones de barriles que diariamente consume el mundo, la gasolina alcanza precios sin precedentes, y este viernes el galón (3,8 litros) se cotizó a un promedio de un dólar, 74 centavos y seis décimos (1,746 dólares), cuatro décimas más que el día anterior.
Cuando se avecina la campaña para las elecciones estadounidenses de noviembre, el galón de gasolina está 7,5 centavos más caro que hace un año.
En el estado de Carolina del Sur, al sudeste de Estados Unidos, se expende a 1,62 dólares por galón, pero en California, al sudoeste, cuesta 2,13 dólares, y se prevé que los precios subirán en el venidero agosto, como suele ocurrir debido al inicio de una temporada de vacaciones.
Sin embargo, un análisis del diario financiero The Wall Street Journal ubica el origen de las alzas del precio de la gasolina en los cuellos de botella de la industria, en las áreas de transporte y refinación, más que en la merma de la oferta de crudo por parte de la OPEP.
Las refinerías en China y otras plazas de Asia compran más petróleo, especialmente el liviano de los productores de Africa, y los socios de la OPEP tampoco pueden suministrar todo el crudo de ese tipo que demandan las destilerías en América del Norte. La capacidad de producción cerrada y que pueden abrir de inmediato es sobre todo de crudos más pesados, y por ello más difíciles y caros de transportar y refinar.
De allí que los precios del crudo hayan bajado durante la semana, después de que el Departamento de Energía de Estados Unidos informó que en ese país se incrementaron las reservas comerciales de petróleo bruto, pero en cambio han descendido las existencias de gasolina.
