MUJERES: Nada para celebrar ante el sida

El llamado a la emancipación de las mujeres no es nuevo, pero el sida lo ha convertido en una cuestión aun más urgente, dijo Musimbi Kanyoro, secretaria general de la Asociación Cristiana Femenina Mundial (YWCA, por sus siglas en inglés).

La activista reclamó que mujeres y hombres se movilicen para detener el avance de la epidemia que a fines de 2003 había contagiado a unos 40 millones de personas en todo el mundo, según estimaciones de agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Más de la mitad de los adultos con VIH/SIDA en Africa subsahariana son mujeres, recordó el secretario de la ONU, Kofi Annan, en su mensaje con motivo del Día Internacional de la Mujer, celebrado este lunes.

La celebración fue establecida por la ONU en 1977 para brindar una oportunidad de reflexión sobre los progresos en la igualdad de la mujer y también sobre los desafíos que se oponen, precisó Kanyoro.

Y uno de esos retos, apuntó, es el VIH/sida, el virus de inmudeficiencia humana y su derivación, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

La YWCA y el Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/Sida (Onusida) presentaron con la ocasión la película documental ”Son mujeres” (”Women are”), que describe las aflicciones del género a causa de la amenaza creciente del sida.

La ONU estimó que en 2003 se atravesó un umbral significativo en la epidemia, pues por primera vez la mitad de las personas contagiadas fueron mujeres.

Pero la película, producida por la organización Mondofragilis, muestra casos concretos de mujeres que superaron los obstáculos y obtuvieron autonomía para enfrentar la enfermedad.

Kanyoro, una de las entrevistadas en el documental, resaltó la importancia de los programas de la YWCA dedicados a la emancipación de la mujeres adultas y jóvenes para crear condiciones que les permitan actuar según su criterio y su voluntad.

Los expertos pusieron el acento en la educación desde edad temprana con el propósito de crear una generación libre del VIH, dijo Kanyoro durante la presentación del filme en Ginebra.

El ambiente educativo equivale ”a una vacuna social” contra el sida, definió Marika Fahlen, directora de movilización social e información de Onusida.

En ese terreno, las más perjudicadas son también las mujeres, insistió. Las estadísticas de la ONU elevan a 104 millones el número de niños privados de enseñanza primaria en el mundo. De ese total, 57 por ciento son niñas, aclaró Fahlen.

Una de las causas de ese fenómeno se encuentra en las matrículas y los demás costos de la enseñanza, observó la funcionaria.

La educación de las niñas es una de las fórmulas más eficaces para otorgarles la autonomía que necesitarán para afrontar la vida mejor pertrechadas e informadas, expone el documental.

Además de los conocimientos inadecuados sobre el sida, la vulnerabilidad de las mujeres ante la enfermedad se origina también en la insuficiencia de los servicios de prevención, en su incapacidad para lograr una relación sexual segura y en la carencia de métodos preventivos controlados por la mujer.

Uno de los aspectos subrayados en el documental es la violencia contra la mujer como factor de propagación de la epidemia. En particular, la violencia doméstica es una de las más insidiosas.

Entre 10 y 50 por ciento de las mujeres de todos los países declaran haber sido víctimas de violencia física de su pareja sexual por lo menos una vez en su vida.

Fahlen remarcó que la violación sexual durante conflictos armados constituye un delito tipificado por el Estatuto de Roma, tratado constitutivo de la Corte Penal Internacional contra crímenes de guerra y casos de genocidio. En cambio, cuando se la perpetra en tiempos de paz suele ser ignorada, sostuvo.

La dependencia financiera y económica respecto de los hombres también conspira contra la salud de las mujeres frente a la epidemia.

Cuestiones como el dominio, el acceso y el control de la tierra, la vivienda y otras propiedades adquieren suma importancia en caso de mujeres infectadas, de viudas o de niños huérfanos por el sida.

La funcionaria de Onusida mencionó que solamente dos por ciento de la propiedad de la tierra se encuentra bajo dominio de mujeres.

Pero a pesar de ese cuadro, el documental resume el mensaje de que ”las mujeres cuentan” y proporciona una esperanza a millones de personas que se sienten desprotegidas ante las estadísticas alarmantes y las tasas de contagio en aumento, dijo Kanyoro.

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