La ejecución extrajudicial por Israel del jeque Ahmed Yassin, líder espiritual del grupo radical palestino Hamas, sólo provocará más violencia y terrorismo, coincidieron líderes internacionales, mientras se suman las amenazas de represalia de organizaciones extremistas islámicas.
Hamas (siglas de ”Movimiento de Resistencia Islámica”) prometió llevar la muerte ”a cada ciudad y a cada calle” de Israel, y la red terrorista Al Qaeda pidió a sus miembros que se venguen atacando objetivos de Estados Unidos, aliado del estado judío, en todo el mundo.
También prometieron venganza los grupos radicales palestinos Jihad Islámica y la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, vinculada con el partido Fatah del presidente palestino Yasser Arafat, así como la organización extremista islámica Hizbolá, con sede en Líbano.
”Muerte a Israel” y ”Muerte a Estados Unidos” eran los cánticos de más de 100.000 palestinos participantes del funeral de Yassin, que el lunes fue alcanzado por un misil disparado desde un helicóptero israelí mientras salía de una mezquita en Ciudad de Gaza.
El líder palestino, cuadrapléjico y casi ciego, había fundado Hamas en 1987, una organización que aspira a la destrucción de Israel y su sustitución por un estado islámico. Según Israel, Hamas mató a 377 israelíes e hirió a más de 2.000 en cientos de atentados.
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Este martes, un día después de los funerales, los comercios y escuelas de Franja de Gaza y Cisjordania observaban la segunda de tres jornadas de duelo.
Muchos palestinos, incluso niños y mujeres vestidas de negro de pies a cabeza, portaban rifles Kalashnikov AK-47 y misiles portátiles.
Mientras, Israel se prepara para lo peor. Las fuerzas de seguridad sellaron e ingresaron en localidades palestinas, instalaron puestos de control en Jerusalén y están en alerta máxima en la frontera con Líbano, ante probable ataques de Hizbolá.
Los israelíes, temerosos de atentados suicidas, evitan concurrir a centros comerciales y viajar en autobús.
Sin embargo, el gobierno de Ariel Sharon no cambiará su política de ”asesinatos selectivos” hacia la resistencia palestina a la ocupación.
El ministro de Defensa israelí, Shaoul Mofaz, anunció este martes que hará matar a más líderes de Hamas, mientras el jefe de las Fuerzas Armadas, Moshe Yaalón, sostuvo en un seminario en Tel Aviv que el presidente Arafat y el líder de Hizbolá, Hasán Hasrala, ”ya han entendido que son los siguientes en la lista”.
Para Israel, todos los líderes de la resistencia palestina están en la mira. ”Cualquiera que esté involucrado en el liderazgo de un grupo terrorista en la franja de Gaza o en Cisjordania sabe desde ayer que no hay inmunidad”, declaró este martes el ministro israelí de Seguridad Interna, Tsahi Hanegbi.
Mofaz agregó que Hamas es ”un enemigo estratégico de Israel” y que ”es importantísimo debilitarlo para aplicar el plan de separación” de los palestinos, que incluye la construcción de un muro a lo largo de Cisjordania.
El asesinato selectivo de Yassin provocó una ola de condenas en la comunidad internacional, empezando por el presidente palestino Arafat, que lo calificó de ”otro acto bárbaro de Israel” y solicitó al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que apruebe una resolución de condena al ataque.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, condenó el asesinato, pero no está claro si el Consejo se reunirá para deliberar sobre el asunto. En el pasado, Estados Unidos vetó resoluciones similares.
El presidente estadounidense George W. Bush se abstuvo de condenar el acto de su aliado y en cambio se manifestó ”profundamente consternado” por el asesinato, después que el Departamento de Estado (cancillería) advirtiera que la tensión podía incrementarse en Medio Oriente.
La Unión Europea condenó lisa y llanamente el ”asesinato extrajudicial” del fundador de Hamas.
La ejecución también generó expresiones de rechazo de casi todos los países árabes, muchos de los cuales realizaron en el pasado mediaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Una de las primeras condenas procedió de Egipto, uno de los países más activos en esas mediaciones. Varios líderes de Hamas, incluido el propio Yassin, vivieron en Egipto varios años y tienen estrechos vínculos con el movimiento fundamentalista egipcio Hermandad Musulmana.
Interrogado sobre el futuro del proceso de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, el presidente egipcio Hosni Mubarak respondió: ”¿Qué proceso de paz, si la situación está en llamas? Nadie hubiera imaginado que las cosas llegarían hasta este punto… Las consecuencias son imprevisibles”.
Quizá como forma de protesta, Mubarak canceló la participación de Egipto en las celebraciones del 25 aniversario de los acuerdos de paz de Camp David con Israel.
Pero algunos analistas dudan que el asesinato de Yassin tenga un impacto negativo en países árabes moderados.
”En todo caso, activará los movimientos islámicos contra Israel y Estados Unidos”, predijo Mohamed Seyed Said, director del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de Egipto.
Mohammed Mehdi Akef, el nuevo líder de la Hermandad Musulmana egipcia, consideró que el asesinato de Yassin ”es una vergüenza para los llamados líderes moderados de la región, que al tratar con Israel estimulan ese tipo de ataques”.
La ejecución del líder de Hamas ”demuestra a los líderes árabes que deberían cortar relaciones con el estado sionista y expulsar a todos los judíos de sus territorios”, agregó Akef.
Mientras, el rey Abdulá de Jordania advirtió que ”este crimen provocará más violencia e inestabilidad” en la región y urgió a la comunidad internacional a ”hacer frente a sus responsabilidades y reencauzar el proceso de paz”. La semana pasada, Abdulá se había reunido en secreto con Sharon en Israel.
Turquía, que últimamente mejoró sus relaciones con Israel, para disgusto de algunos de sus socios políticos y comerciales árabes, se limitó a calificar el ataque de ”muy peligroso”.
Arabia Saudita, que durante años financió a la Organización para la Liberación de Palestina de Arafat, condenó el asesinato.
”El reino (saudí) condena enérgicamente este acto criminal que viola todas las normas y leyes internacionales y humanitarias”, declaró el gabinete de gobierno tras su reunión semanal, presidida por el príncipe heredero Abdulá bin Abdul Aziz.
Según el gobierno saudí, la verdadera intención de Israel es ”acabar con los esfuerzos internacionales para revivir el proceso de paz en Medio Oriente”.
Las represalias de grupos radicales islámicos ya están anunciadas.
”La sangre del jeque Yassin no se habrá derramado en vano. Exhortamos a todos los miembros de las Brigadas de Abu Hafs al-Masri a vengarse atacando al tirano del siglo, Estados Unidos, y sus aliados”, dice el sitio web de esa brigada, asociada con la organización Al Qaeda, de Osama bin Laden.
Abu Hafs al-Masri era un líder de Al Qaeda muerto a raíz de los bombardeos de Estados Unidos en Afganistán, en 2001.
El líder de Hizbolá, jeque Hassan Nasralá, dijo que sus combatientes, que protagonizan frecuentes escaramuzas con Israel desde sus bases en el sur de Líbano, llevarán adelante ”la más dura venganza contra este acto estúpido de Israel”.
Mientras, los grupos palestinos Hamas y Jihad Islámica declararon la guerra abierta a Israel y anunciaron que atacarán al propio Sharon.
”La guerra entre ellos y nosotros está declarada”, dijo Abdel Aziz al-Rantissi, líder político de Hamas.
Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, vinculadas con el partido Fatah de Arafat, llamó a la ”guerra, guerra, guerra contra los hijos de Sion”. ”Dios mediante, tendrán una respuesta en horas”, amenazaron.
Representantes de Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU, el ”cuarteto” que promovió el plan de paz palestino-israelí llamado ”hoja de ruta”, había concertado una reunión el lunes en la embajada estadounidense en El Cairo, antes del asesinato de Yassin.
Ante los hechos, los representantes se reunieron sólo por una hora y se fueron sin realizar declaraciones.
