El gobierno de Grecia solicitó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que despliegue un vasto operativo de seguridad durante los Juegos Olímpicos previstos para agosto en Atenas.
El pedido fue forumulado luego de los devastadores atentados terroristas del 11 de este mes en Madrid, en los que murieron 200 personas y más de 1.400 resultaron heridas.
La seguridad del torneo deportivo ya no es solo preocupación del gobierno griego, sino de todo el mundo.
Los Juegos Olímpicos Atenas 2004 serán el mayor acontecimiento deportivo internacional desde que Estados Unidos lanzó su campaña mundial antiterrorista luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Grecia espera que la OTAN se encargue de la ”vigilancia aérea y marítima, y de la protección ante posibles incidentes químicos, biológicos o nucleares”, señaló un funcionario gubernamental.
El patrullaje del mar Mediterráneo es de especial importancia para el gobierno de Grecia, un país con cientos de islas que pueden ser usadas como puerta de entrada para terroristas.
Pero el pedido a la OTAN también tiene una dimensión política, señaló el periódico Kathimerini en su editorial.
”La cooperación con los servicios de inteligencia extranjeros es muy importante, pero la responsabilidad de un eventual atentado sería siempre de Grecia. Ahora, si se pide la ayuda de la OTAN, la responsabilidad será compartida”, sostuvo el diario.
El gobierno de Grecia participa actualmente de un ejercicio militar conjunto con Estados Unidos llamado Escudo Hércules 2004. Estos ensayos incluyen simulacros de ataques terroristas con secuestros.
Pero Grecia también cuenta con la colaboración del resto de los países de la Unión Europea, que formaron un equipo de expertos destinado a estudiar medidas para impedir atentados durante los Juegos.
Los costos de seguridad para este encuentro deportivo internacional ascenderán a unos 800 millones de dólares, tres veces más que en los últimos Juegos, realizados hace cuatro años en Sydney.
Los Juegos Olímpicos ya han sido objeto de atentados en el pasado: en Munich 1972, un grupo terrorista palestino llamado Septiembre Negro tomó como rehenes a 11 atletas israelíes, que murieron en medio de un tiroteo cuando las fuerzas de seguridad alemanas intentaron rescatarlos.
En 1996, una persona murió al estallar un artefacto explosivo en un estadio de Atlanta, Estados Unidos. Al acusado por esta acción también se le atribuyen otros atentados contra clínicas donde se practicaban abortos.
Entre el 13 y el 29 de agosto, Atenas recibirá a más de 10.000 deportistas de 199 países, que competirán en 28 especialidades. Se espera la llegada de casi 1,5 millones de espectadores y más de 20.000 periodistas.
El primer ministro griego Costas Karamanlis informó que el personal de seguridad estará integrado por 50.000 efectivos, entre ellos 10.000 militares, para garantizar que los de agosto sean los ”juegos más seguros y mejor organizados de la historia”.
Las instalaciones contarán con un total de 1.400 cámaras de seguridad, así como micrófonos, vigilancia con helicópteros y con aviones.
El éxito de los Juegos se ha convertido en la prioridad del gobierno, a tal punto que Karamanlis se autodesignó ”ministro encargado de los Juegos”, o ”ministro olímpico”.
Pero mientras Karamanlis se esfuerza por garantizar la seguridad, también lucha contrarreloj para que todas las instalaciones estén preparadas para el inicio. Sólo 15 de los 38 centros deportivos están completos hasta ahora.
El alcalde de Atenas, Dora Bakoyianni, aseguró que las autoridades están haciendo ”todo lo humanamente posible” para garantizar la seguridad de los Juegos, y subrayó que no hay datos de que la red terrorista islámica Al Qaeda tenga algún contacto en Grecia.
Pero ”el hecho de que no haya pasado nada antes en Grecia no significa que no pueda ocurrir”, dijo el profesor de crimonología de la Academía de Policía Griega, Theodoros Kallitsis.
La única amenaza que se presentó hasta ahora para los organizadores fueron algunas manifestaciones durante la visita a Atenas de representantes del Comité Olímpico Internacional.
Los manifestantes condenaban las severas medidas de seguridad impuestas en las calles de la capital griega, así como la estrecha cooperación de Grecia con Estados Unidos y la OTAN.
Pero el temor a un atentado terrorista ha tenido otras consecuencias.
La oficina en Atenas de la organización Amnistía Internacional (AI) criticó al gobierno de Grecia por tratar a las personas que buscan asilo en su territorio ”como potenciales terroristas, y no como personas que en realidad están huyendo del terror”.
El porcentaje de pedidos de asilo aceptados por el gobierno griego cayó de 11,2 por ciento en 2001 a 0,3 por ciento en 2002 y a 0,1 por ciento en 2003, señaló la organización.
”El asilo político está siendo abandonado en nombre de la guerra contra el terrorismo, y los Juegos Olímpicos serán usados como pretexto para violar los derechos internacionales de los refugiados”, advirtió el activista Costis Papaioannou, de AI.