El gobierno de Francia sufrió una importante derrota en la primera ronda de elecciones regionales, que la oposición consideró una protesta popular a las políticas sociales, económicas y educativas de la administración de Jacques Chirac.
La gobernante Unión para una Mayoría Popular (UMP), de derecha, perdió el domingo la primera vuelta electoral en 19 de las 22 regiones del país, entre ellas ocho que gobernaba hasta ahora.
En la decisiva segunda ronda del próximo domingo, la UMP enfrentará a la coalición de izquierda encabezada por el Partido Socialista y al ultranacionalista Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, que pasó a la segunda vuelta en casi todas las regiones, al superar el mínimo exigido de 10 por ciento de los votos.
Francia está dividida en 22 regiones administrativas, cuyos gobiernos se ocupan de cuestiones ambientales, de infraestructura y política industrial, entre otras.
La UMP y la Unión por la Democracia de Francia (UDF), ambas de centro-derecha, ganaron en total 33 por ciento de los votos.
El Frente Nacional logró 17 por ciento de los sufragios, pero no parece tener posibilidades de ganar en ninguna región en la segunda vuelta. A lo sumo, puede bloquear la recuperación de la UMP en 19 regiones, y así ayudar a la coalición de izquierda a consolidar su triunfo.
François Hollande, líder del Partido Socialista, consideró que los votantes castigaron al gobierno por sus fracasadas políticas de trabajo, salud, educación e investigación.
Por ejemplo, los votantes de las distintas regiones se han dado cuenta de que este gobierno redujo la contratación de maestros y profesores en 40 por ciento, señaló.
Yves Crochet, del Partido Verde, opinó que las elecciones regionales son una especie de referendo contra el gobierno de Jacques Chirac.
Por otra parte, Philip Douste Blazy, secretario general de la UMP, admitió que las políticas gubernamentales pueden haber causado cierto descontento, pero aclaró que eso se debe a que su gobierno está trabajando para modernizar el Estado.
Mientras, el primer ministro Jean-Pierre Raffarin declaró que captó el mensaje y que lo tomará en cuenta para la determinación de políticas futuras. Eso, siempre y cuando conserve su cargo. Adiós, Raffarin, fue el título de la nota editorial del diario Liberation este lunes.
El actual gobierno enfrentó las mayores protestas públicas de los últimos años. Las últimas se debieron a las políticas gubernamentales de investigación.
A principios de enero, un grupo de científicos publicó una carta abierta en la que urgía a las autoridades nacionales a revisar los recortes en el presupuesto de investigación, que ascendían hasta 50 por ciento.
Cientos de científicos que trabajan en instituciones públicas suspendieron hace dos semanas sus tareas administrativas. Su portavoz, Alain Trautmann, dijo a IPS que el actual gobierno es responsable de la fuga de cerebros que sufre Francia.
¿Por qué los jóvenes investigadores y científicos deberían quedarse en Francia, donde no obtienen ni un salario mínimo, si pueden encontrar excelentes condiciones de trabajo en el exterior, en especial en Estados Unidos?, preguntó.
Tras encuestas que revelaron un apoyo público de 90 por ciento a los científicos, el gobierno anunció un incremento en el presupuesto de investigación. Los científicos temen que se transforme en otra promesa incumplida.
