El recelo hacia Estados Unidos aumentó en forma constante en Europa en los últimos 10 años, mientras el sentimiento anti-estadounidense domina al mundo árabe, reveló un estudio de opinión pública en nueve países.
Grandes mayorías de los ocho países extranjeros estudiados (Estados Unidos es el noveno) creen que Washington no presta atención a sus intereses nacionales al tomar decisiones de política exterior, afirmó el Centro de Investigaciones Pew para la Población y la Prensa, un grupo independiente de estudios de opinión pública con sede en la capital estadounidense.
El nuevo informe forma parte del Proyecto de Actitudes Globales (GAP, por sus siglas en inglés) de Pew.
La mayoría de cinco países europeos también considera que su continente debería establecer un camino más independiente de política exterior, mientras al menos dos tercios de los encuestados en esos países, excepto Gran Bretaña, coincidieron en que sería buena cosa que el poder de la Unión Europea aumentara para contrarrestar al de Estados Unidos.
Mientras, en los cuatro países de mayoría musulmana abarcados por el estudio, la furia hacia Estados Unidos decreció levemente desde el pasado mayo, mes de la anterior encuesta de GAP, pero el líder del grupo extremista islámico Al Qaeda, Osama bin Laden, sigue siendo muy popular.
Hay un abismo entre el mundo musulmán y nosotros, afirmó Madeleine Albright, quien fuera secretaria de Estado (canciller) estadounidense bajo el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), en declaraciones a la prensa el martes.
Para salvar ese abismo, necesitamos la unidad del mundo no islámico, y no la tenemos, dijo Albright, actual presidenta del GAP y su junta asesora internacional.
Kurt Campbell, ex secretario adjunto de Defensa de Estados Unidos, consideró que el informe ofrece pocos datos tranquilizadores, y muchos datos preocupantes.
Existen señales de que la brecha entre Estados Unidos y sus aliados europeos podría ser estructural, opinó Campbell, director del programa de seguridad internacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.
La nueva encuesta de GAP fue realizada entre mediados de febrero y principios de marzo en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia, Turquía, Jordania, Marruecos y Pakistán. Las preguntas se refirieron al gobierno de George W. Bush, a la guerra contra el terrorismo, el conflicto en Iraq y cuestiones relacionadas.
Pew había realizado encuestas en esos mismos países en abril de 2002, en la víspera de la invasión de Iraq (marzo de 2003) y dos meses después, en mayo de 2003.
El informe fue publicado días después de los atentados del pasado jueves en Madrid, que dejaron 201 muertos y más de 1.400 heridos y fueron reivindicados por grupos vinculados con Al Qaeda.
Las elecciones en España, tres días después de los ataques, dieron la victoria al Partido Socialista Obrero Español, que tiene una visión muy crítica de la política exterior estadounidense, en contraste con el gobernante Partido Popular del presidente José María Aznar, uno de los más estrechos aliados de Bush.
Algunos analistas sugirieron que los atentados de Madrid, los primeros reivindicados por Al Qaeda en Europa, podría acercar la opinión pública de los europeos a la administración de Bush.
De hecho, los países abarcados en el estudio de GAP que sufrieron ataques terroristas en los últimos meses (Rusia, Turquía y Marruecos) fueron los únicos que experimentaron aumentos significativos en el nivel de apoyo a la campaña antiterrorista de Bush desde mayo de 2003.
Pero esa sería la única buena noticia que ofrece la encuesta de GAP al gobierno de Bush.
El estudio encontró pocos cambios en la opinión sobre la guerra en Iraq desde el pasado mayo, cuando la desaprobación en siete países que no participaron de la invasión rondaba el 85 por ciento.
La única excepción a esa estabilidad fue Gran Bretaña, donde el porcentaje de personas que creen que el primer ministro Tony Blair tomó la decisión correcta al aliarse a Washington contra Iraq cayó de 61 a 43 por ciento.
Las dudas sobre los motivos de los esfuerzos militares de Estados Unidos están extendidas en los países europeos y musulmanes estudiados.
La mayoría de los encuestados en todos los países abarcados por el estudio, salvo Estados Unidos y Gran Bretaña (33 por ciento), cree que el principal interés de Bush es controlar el petróleo de Medio Oriente, mientras la mayoría de cinco de los países, incluido Francia, considera que los objetivos de Bush incluyen dominar al mundo.
Mayorías virtuales o contundentes en los países islámicos señalaron que otro objetivo de Washington al lanzar la guerra contra Iraq era proteger a Israel.
Además, mayorías significativas en Francia (82 por ciento), Alemania y Jordania (69 por ciento), Turquía (66 por ciento) y Rusia y Pakistán (61 por ciento) creen que Bush y Blair mintieron en forma deliberada al afirmar que el derrocado régimen iraquí de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, y no que esa afirmación, que se usó para justificar la guerra, fue producto de un error de inteligencia.
En Gran Bretaña, 41 por ciento cree que ambos mandatarios mintieron, y en Estados Unidos, el porcentaje asciende a 31 por ciento.
La credibilidad de Estados Unidos se está hundiendo, advirtió Albright.
El informe revela un creciente distanciamiento en la opinión pública de los estadounidenses respectos de los otros ocho países.
Andrew Kohut, director del Centro Pew, advirtió que esa brecha tiende a ampliarse.