España reforzará sus medidas de seguridad porque cree posible que haya nuevos ataques terroristas, informó este miércoles el ministro del Interior del gobierno saliente, Angel Acebes, quien aclaró que la decisión fue tomada de común acuerdo con el futuro jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Según Acebes, las nuevas medidas serán similares a las adoptadas por la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) tras el atentado en Madrid del jueves 11, y se aplicarán paulatinamente en los próximos días.
Participarán en operativos de seguridad las fuerzas armadas, con el cometido de proteger fronteras y espacios aéreos y marítimos, así como las fuerzas policiales del Estado central, las de las comunidades autónomas y las locales.
El objetivo de esos operativos será reforzar la protección y el control de lugares de afluencia masiva de personas, como estaciones de trenes, aeropuertos y escenarios de espectáculos deportivos, y de sitios con importancia estratégica como centros de telecomunicaciones y energía, señaló el ministro.
Los esfuerzos se harán en función del daño que se pueda causar, explicó.
También se prepararán medidas de reacción ante ataques, y aumentarán las exigencias a los servicios de información e inteligencia, apuntó Acebes, quien adelantó que este viernes el Consejo de Ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea (UE) analizará en Bruselas medidas nacionales e internacionales contra la amenaza terrorista, destacó Acebes.
Sobre las pistas de los terroristas que atentaron en Madrid contra la red de trenes del Corredor de Henares, dejando un saldo de 201 muertos y 1.600 heridos, informó que la policía continúa investigaciones para determinar la autoría de esos ataques, reservadas porque las autoridades judiciales han decretado el secreto de sumario.
Ultimas informaciones trascendidas de fuentes judiciales precisaron que el explosivo y los detonadores usados en los ataques se fabricó en febrero, en la septentrional provincia española de Burgos, y que una de las pistas más firmes de la policía gira en torno al marroquí Jamal Zougam, uno de los tres sospechosos detenidos en Madrid el sábado.
Según la policía de Noruega, Zougam viajó en varias ocasiones a dicho país para entrevistarse con el mulá Krekar, fundador del grupo terrorista islámico kurdo Ansar al Islam y residente en Oslo desde 1991.
El sospechoso, que no ocultaba sus opiniones extremistas, solía reunirse con otras personas en una pequeña mezquita ubicada en el céntrico barrio madrileño de Lavapiés, para practicar artes marciales y escuchar cintas que llamaban a la Jihad (guerra santa), según dijo un vecino al diario español ABC.
En total, la policía busca en España a 20 sospechosos que los servicios marroquíes han vinculado con el atentado realizado el 16 de mayo del año pasado en Casablanca, causante de la muerte de 41 personas en la Casa de España de esa ciudad cercana a la capital de Marruecos.
Tales sospechosos podrían estar relacionados con los detenidos el sábado en Madrid, quienes se encontrarían de manera ilegal en España y también serían miembros de la célula Al Oysoud Ak Kha Khalidine (Los Leones Eternos), según fuentes policiales.
Esas mismas fuentes han informado de que dos de los sospechosos por el atentado en Casablanca fueron detenidos y extraditados a Rabat hace meses. Uno de ellos sería Abu Mugen, a quien Marruecos ha señalado como pieza clave en el ataque del año pasado.
Según fuentes judiciales, se ha descartado por completo la responsabilidad directa o indirecta en los ataques madrileños del grupo terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, Patria Vasca y libertad en vascuence), señalado por el Poder Ejecutivo, antes de las elecciones, como principal sospechoso.
Los autores pertenecen a Al Qaeda (La Base), entendiendo por tal que siguen la doctrina de ese conglomerado de grupos que reconocen su orientador en Osama bin Laden, precisó la fuente, que expresó su convencimiento de que en los próximos días habrá detenciones de implicados directamente.
Los primeros cinco detenidos pueden haber sido proveedores de los teléfonos móviles que se usaron para hacer estallar las bombas, y un magrebí detenido en el País Vasco no estaría implicado directa ni indirectamente, concluyó.
La detención de marroquíes ha llevado a que se repitan actos de rechazo a la comunidad musulmana en algunos sectores de la sociedad española.
Ante esta situación, el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, pidió este miércoles, tras reunirse con líderes religiosos y representantes de comunidades del Islam, que no se culpe genéricamente a los musulmanes, de manera injusta y perversa, por los atentados del 11 de este mes.
Que no se hable de nacionalidades, de razas, de religiones. Los terroristas no tienen más que una patria, que es la muerte, y no tienen más que una religión, que es el odio, y aquí ninguno habita esa patria y ninguno profesa esa religión, enfatizó Ruiz-Gallardón.
El imán de la madrileña mezquita de Tetuán, Riay Tatari, pidió a su vez que se transmita un mensaje de tranquilidad para no confundir el Islam con el terrorismo.
Pero la tranquilidad aún no ha ganado las calles de Madrid. En la tarde de este miércoles, unos 5.000 simpatizantes del Partido Popular (PP) se concentraron frente a su sede central, para manifestar su apoyo al presidente del gobierno saliente, José María Aznar y al secretario general del partido, Mariano Rajoy, candidato derrotado en las elecciones del domingo.
Los manifestantes también expresaron su rechazo al rumor de que el PP trató sin éxito de suspender las elecciones del domingo.
El popular y premiado cineasta español Pedro Almodóvar expresó su satisfacción por el triunfo electoral del Partido Socialista Obrero Español, de Rodríguez Zapatero, y se hizo eco de ese rumor, que había circulado en Internet y por otras vías, al presentar el martes su nueva película, La mala educación.
Según esa versión de los hechos, el PP intentó una especie de golpe de Estado al pedir al rey Juan Carlos, por intermedio de Acebes, que decretase un estado de excepción en todo el país, y postergara por lo tanto los comicios, pero el monarca se negó a hacerlo.
Un portavoz de la Casa Real aseguró este miércoles a IPS que ese episodio no ocurrió, y lo mismo dijo Rodríguez Zapatero.
