Brasil comenzó a socorrer a Argentina con un suministro eléctrico de emergencia de 500 megavatios. En realidad, el auxilio debía inciarse en mayo, pero fue adelantado ante la gravedad de la crisis energética argentina, informó el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) brasileño.
La operación, iniciada el martes, respondió a un ”déficit de potencia para atender la demanda” en Argentina, según el ONS. El lunes, las autoridades argentinas decidieron reducir en cinco por ciento la tensión del suministro eléctrico, de 220 a 209 voltios.
La medida se aplicó desde el lunes por la tarde y debía mantenerse hasta nuevo aviso, pero este martes fue levantada tras el auxilio brasileño.
El fin de la baja de tensión se debió también a que las proveedoras de gas comenzaron a inyectar más combustible destinado a las centrales de generación térmica, según el diario argentino La Nación.
El suministro excepcional brasileño se interrumpe entre las 19.00 y las 22.00 hora local (22.00 y 01.00 GMT), período de mayor consumo en Brasil, y se reanuda en la madrugada, debiendo mantenerse ”probablemente” hasta las 8.00 horas (11.00 GMT) de este miércoles.
La ayuda ”no involucra aspectos comerciales”, pues se hizo por un acuerdo entre las operadoras del sistema de ambos países, ”normal en situaciones de emergencia”, concluyó la nota del ONS, organismo cuyo equivalente en Argentina es la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
Brasil anticipa así el socorro a su mayor socio en el Mercado Común del Sur (Mercosur), que enfrenta la posibilidad de apagones y racionamiento energético en los próximos meses, ante la escasez de gas natural, que responde por casi mitad de la generación de electricidad en ese país.
Para Brasil es momento de retribuir la solidaridad que recibió de Argentina, dijo la ministra brasileña de Minas y Energía, Dilma Roussef, al anunciar que su país exportaría entre 300 y 500 megavatios, después de las evaluaciones necesarias y del proceso de elección de la compañía proveedora.
En 2001 Brasil vivió una grave crisis energética, y debió promover un programa de racionamiento, estimular el ahorro y poner en marcha planes de emergencia para ampliar la generación eléctrica. Incrementó también sus importaciones desde Argentina.
Brasil también deberá vender 70 megavatios a Uruguay, primera víctima de la crisis argentina, pues depende del gas natural argentino para generar cerca de 20 por ciento de la electricidad que consume y tiene suspendida esa provisión desde la semana pasada.
Chile enfrenta amenaza similar, pues más de 90 por ciento de su consumo de gas se abastece con las importaciones desde Argentina y 37 por ciento de su generación eléctrica depende de ese combustible.
El intercambio de electricidad entre Argentina y Brasil se hizo posible porque ya se habían dado pasos para crear condiciones de integración energética. Fue necesario crear un sistema de conversión, porque los dos países usan electricidad de frecuencias distintas: 60 hertz en Brasil y 50 hertz en Argentina.
Brasil, actualmente con excedentes, podría exportar más que los 500 megavatios fijados como máximo, pero el sistema de interconexión no permite superar esa potencia, según las autoridades energéticas.
Además, la ministra Roussef manifestó cautela y subrayó la necesidad de efectuar estudios sobre la disponibilidad de excedentes exportables. Ocurre que arte de la electricidad generada en el sur del país tiene como fuente, precisamente, el gas natural argentino, cuya importación será interrumpida.
La ministra sostuvo asimismo que el intercambio debe mantenerse mas allá de la crisis. El consumo de electricidad en Brasil es mayor en el verano austral, mientras en Argentina, al contrario, ocurre en el invierno, lo que ofrece ventajas mutuas para una verdadera integración energética.
Los sistemas de calefacción en el vecino más austral y los aparatos de aire acondicionado que refrescan el verano en las áreas tropicales brasileñas son responsables de esa asimetría en los picos de consumo de ambos países.
Además, la principal fuente generadora brasileña es hídrica, mientras en Argentina el gas natural produce más de 80 por ciento de la electricidad consumida en el país.
Esas diferencias hacen que el intercambio ”en los dos sentidos promueva una optimización” de sus sistemas eléctricos, señaló a IPS el experto Renato Queiroz, secretario general del no gubernamental Instituto por el Desarrollo Estratégico del Sector Eléctrico (Ilumina).
Pero 300 o 500 megavatios es muy poco para un país como Argentina, observó. Desde Venezuela, comparó, Brasil importa 200 megavatios solo para abastecer el estado de Roraima, con unos 350.000 habitantes, y que por ubicarse en el extremo norte está aislado del sistema eléctrico nacional.
La crisis brasileña de 2001 estimuló otra vertiente de la integración, a través de mayores importaciones de gas natural desde Bolivia. Pero varios proyectos se frustraron o se aplazaron ante la caída del consumo brasileño por los nuevos hábitos de ahorro y el estancamiento económico.
La crisis argentina tiende a producir señales ambivalentes, pues pone de relieve las ventajas de la integración con Brasil y desnuda, a la vez, los efectos desastrosos de la dependencia energética, que afectan ahora a Uruguay y a Chile.