El arrasador triunfo del oficialismo en las elecciones presidenciales de El Salvador no facilitará la aprobación del libre comercio con Estados Unidos, pues la izquierda mantendrá hasta 2006 su ventaja en el Congreso legislativo.
Por otra parte, la gobernante Alianza Republicana Nacional (Arena) tendrá dificultades para lidiar por cuarto periodo consecutivo con problemas tan acuciantes como el desempleo, las migraciones y una economía que requerirá serios ajustes en el corto plazo, dijeron expertos a IPS.
El candidato de Arena, el empresario radial Elías Antonio Saca, obtuvo 57 por ciento de los votos, mientras que Schafik Handal, del ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), obtuvo 35 por ciento, informó el Tribunal Supremo Electoral.
La alianza del Centro Democrático Unido y el Partido Demócrata Cristiano, con Hector Silva como candidato, logró 3,6 por ciento de los votos, y el Partido de Conciliación Nacional (PCN), obtuvo 3,5 por ciento.
La reactivación de la economía será uno de los grandes retos del gobierno que comenzará el 1 de junio, dijeron a IPS el analista independiente Juan José García y Sergio Bran, de la Universidad Centroamericana de San Salvador (UCA).
Las elecciones transcurrieron sin actos de violencia y con una concurrencia de 63 por ciento de los 3,4 millones de salvadoreños con derecho a voto.
La próxima gran batalla política será la puja en el Congreso legislativo por la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre cinco países de América Central y Estados Unidos, debate cuyo comienzo está previsto para abril.
El FMLN, que cuenta con 31 de los 84 escaños parlamentarios elegidos en marzo de 2003, amenaza con bloquear la ratificación del acuerdo.
Arena cuenta con 27 legisladores, y el Partido de Conciliación Nacional, con 15. El Partido Demócrata Cristiano y el Centro Democrático Unido se reparten el resto.
En sus primeras declaraciones, Saca, de 39 años, se mostró seguro de que la ratificación del TLC alentará la reactivación de la economía salvadoreña.
El presidente electo anunció una política de aliento a la radicación de inversiones extranjeras y la búsqueda de acuerdos bilaterales en beneficio de los salvadoreños inmigrantes en Estados Unidos.
Al reconocer su derrota, Handal calificó el TLC de infame. No vamos a aprobar este TLC, advirtió el candidato izquierdista.
García dijo a IPS que el déficit comercial (1.270 millones de dólares en 2003) resultará insostenible con el paso de los años, y que la dolarización de la economía favorecerá el crecimiento de las importaciones.
Las remesas de dinero enviadas por los emigrantes en Estados Unidos y en otros países del Norte industrial a sus familias en El Salvador no podrán continuar siendo el soporte de nuestra economía. Es indispensable una reactivación de otros sectores, afirmó.
Entre los desafíos que afrontará Arena, que gobierna el país desde el triunfo de Alfredo Cristiani en 1989, figura la reactivación del sector rural, sumido por la pobreza y el desempleo, expresó García.
Tenemos 10 años de vivir con un sector rural postrado por la falta de oportunidades de empleo, dijo.
El desempleo en El Salvador es de nueve por ciento de la fuerza de trabajo, según cifras oficiales, pero la UCA lo ubica en 19 por ciento. Mientras, la pobreza afecta a 42 por ciento de la población. Esos dos indicadores están en la raíz de la constante migración hacia Estados Unidos.
Hoy viven en ese país 2,7 millones de salvadoreños, que enviaron remesas por 2.333 millones de dólares en 2003.
Entre 500 y 700 salvadoreños procuran salir todos los días rumbo a Estados Unidos y esta es una situación que deberá corregir el nuevo gobierno, puntualizó García.
Mientras, Bran se mostró escéptico en que Saca aliente cambios reales en esa situación, pues, pronosticó, su gobierno se dedicará a beneficiar al empresariado industrial.
Ningún partido planteó durante la campaña cómo, cuándo y con qué recursos procurará enfrentarse con los principales problemas sociales y económicos que aquejan al país. Los salvadoreños podemos esperar pocos cambios en este nuevo periodo, manifestó.
Para Bran, Arena deberá implementar un programa de reconciliación nacional, pues el país está terriblemente polarizad, como quedó de manifiesto en la recién concluida campaña electoral.
Las diferencias ideológicas que dieron origen al conflicto armado de los años 80, que dejó 75.000 muertos y miles de desaparecidos, volvieron a exacerbarse en los últimos meses, consideró el experto.
Por otra parte, Bran y García advirtieron que la política de mano dura prometida por Saca contra las pandillas juveniles maras constituye un enfoque superficial del problema.
Gacía consideró que la Procuraduría de Derechos Humanos, relegada a un segundo plano por el gobierno del presidente saliente Francisco Flores, deberá recuperar sus facultades.
La presidenta del Comité de Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos, Guadalupe Mejía, dijo a IPS que para que haya una verdadera reconciliación nacional es necesario que Arena cumpla las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, constituida por los acuerdos que pusieron fin a la prolongada guerra civil en 1992.
Aún no se ha cumplido con la reparación material a las víctimas de la guerra y en el país predomina la impunidad. Hay que recordar que Alfredo Cristiani decretó una amnistía que favoreció a cientos de violadores de los derechos humanos, declaró Mejía.
La activista especificó que el 12 de marzo su grupo entregó a Arena y al FMLN un documento en que exigen el cumplimiento de los acuerdos de paz de 1992 en materia de derechos humanos.
No se puede seguir una política de perdón y olvido, porque nosotras, las víctimas, ni siquiera sabemos a quién tenemos que perdonar, comentó Mejía.
