EEUU: Inyección de confianza impulsa campaña de Kerry

Ocho meses antes de las elecciones en Estados Unidos, los seguidores del candidato opositor John Kerry muestran creciente confianza en sus posibilidades de desalojar al presidente George W. Bush de la Casa Blanca.

Su optimismo se basa sobre la creencia de que el opositor Partido Demócrata escogieron como su abanderado al más ”elegible” de los aspirantes a la presidencia. El Partido Republicano, dicen, tendrá dificultades para atacar a Kerry por ”liberal”, dadas sus credenciales como héroe de guerra.

Kerry conquistó esta semana la candidatura demócrata tras ganar en nueve de las elecciones internas celebradas en 10 estados, durante la jornada conocida como ”súper martes”.

Los demócratas confían también en la inédita unidad alcanzada por su partido en la campaña de las elecciones primarias y en su determinación por derrotar a Bush.

”Nunca vi a las bases tan activas. Realmente quieren derrotar a este tipo”, dijo a IPS un activista demócrata del noroccidental estado de Washington.

Pero dirigentes demócratas son cautos respecto de una campaña encarnizada que, según los expertos, culminarán con elecciones extremadamente parejas.

La campaña comenzó este jueves, cuando los partidarios de Bush contrataron espacios publicitarios en la televisión de 17 estados, a un costo de 4,5 millones de dólares, dirigidos a identificar al presidente con el patriotismo que inundó el país después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington.

La última encuesta del Centro de Investigaciones Pew, realizada antes del ”súper martes”, muestra a una mayoría de los entrevistados seguros de su voto por Kerry, por 48 a 44 por ciento. En cuanto al resto, 13 por ciento se inclinaron por Bush, y 10 por ciento, por Kerry.

Pero Bush entra en la carrera con tres grandes ventajas sobre su rival: la familiaridad que origina el ejercicio de la presidencia durante cuatro años, su reconocida capacidad de ”hacer noticias” y el mayor fondo financiero de campaña de la historia en este momento de la campaña.

En efecto, los seguidores del presidente ya recaudaron casi 200 millones de dólares y la cifra continúa aumentando.

A pesar de sus casi 20 años en el Senado, Kerry no es aún tan conocido por la ciudadanía como Bush. Pero existe consenso entre los expertos en que tiene buenas posibilidades de derrotar al presidente, y en que eso atraerá grandes contribuciones financieras a campaña.

Kerry no tiene una fortuna personal tan abultada como la de Bush, pero sí su esposa. La nacida en Mozambique Therese Heinz Kerry heredó buena parte de la fortuna de su primer esposo, un senador republicano muerto en un accidente aéreo en 1991 y perteneciente a la familia Heinz, propietaria de la marca de la famosa salsa ketchup.

Los republicanos aprovechan la falta de rasgos fuertes de identificación de Kerry como oportunidad para retratarlo como un ”liberal de Massachussets” cercano al senador Ted Kennedy, lo cual constituye, por otra parte, un dato de la realidad.

También lo consideran un émulo de Michael Dukakis, el candidato presidencial demócrata que perdió las elecciones de 1988 ante George Bush, padre del actual presidente, luego de tener una ventaja de 17 puntos porcentuales en las encuestas.

De hecho, Kerry ha actuado en el Senado dentro del bando liberal: defendió con fuerza las libertades civiles, medidas de acción afirmativa en beneficio de mujeres y comunidades minoritarias, acciones en favor de los derechos reproductivos femeninos y para la protección del ambiente.

También ha sido un persistente defensor de los acuerdos de libre comercio, una posición que pareció desdibujar en el discurso para asegurarse el apoyo de los sindicatos.

Kerry mostró, además, mucho escepticismo ante los grandes gastos militares y apoyó un congelamiento del armamentismo nuclear en los años 80.

Sus primeras apariciones en público se remontan a su regreso del frente militar del sudeste asiático, cuando se convirtió en un extravertido líder de la organización Veteranos de Vietnam Contra la Guerra.

Pero los republicanos ya se resignaron al hecho de que será imposible calificar a Kerry de Dukakis recalentado, tanto por sus distinguidos antecedentes militares como por su reputación de luchador político.

En 1996, Kerry superó una mala posición en las encuestas al derrotar en las urnas a un popular gobernador republicano, William Weld, en uno de los más resonantes triunfos electorales de la década pasada.

La campaña de Bush se concentrará, en cambio, en ataques a los cambios de posición de Kerry, para sugerir que se trata de un ”típico político de Washington” que determina sus acciones más por intereses electorales que por sus convicciones.

En ese contexto, los republicanos recordarán que Kerry dio con su voto autorización a Bush para que invadiera Iraq, si bien luego se volvió contra la operación militar, según ellos, cuando encajaba con sus ambiciones presidenciales.

También destacarán sus votos a favor del libre comercio, de los que parece haber renegado para ganar votos en áreas aquejadas por el desempleo.

Kerry y los demócratas, por su parte, intentarán convencer a los indecisos de que las políticas de Bush en varios asuntos —desde las libertades civiles hasta las relaciones exteriores, pasando por la política fiscal”— han sido ”radicales”, más que tradicionalmente republicanas o conservadoras.

Sorprendió a muchos analistas que Bush haya alimentado esa imagen en los últimos tiempos, en lugar de moverse hacia el centro del espectro político, en especial al apoyar un proyecto de enmienda constitucional que impediría el matrimonio homosexual.

Las últimas encuestas muestran a Bush particularmente vulnerable en asuntos económicos, como el déficit fiscal de 500.000 millones de dólares y el desempleo. Pero Kerry también podría intentar ganar votos criticando la ocupación de Iraq y la guerra de Washington contra el terrorismo.

Todos coinciden en que la campaña podría ser particularmente enconada. A pesar de que se comprometió en 2000 a ser ”un unificador, no un divisor”, Bush ha contribuido a la mayor polarización del electorado jamás medida, según el director del Centro Pew, Andrew Kohut.

”De cada lado creen que el otro tipo es la encarnación del diablo”, dijo la experta republicana Paula Woolf al diario The Washington Post.

Las similitudes y diferencias entre Kerry y Bush son manifiestas. Ambos proceden de cunas privilegiadas, asistieron a escuelas de elite del nordeste y a la prestigiosa Universidad de Yale y fueron miembros de la sociedad secreta estudiantil Skull and Bones (Cráneos y Huesos).

Pero Bush, quien se enorgullece de su identidad texana, fue en la universidad socialmente activo, apolítico y con calificaciones inferiores al promedio. Y apeló a las conexiones de su padre para ingresar a la Guardia Nacional, con lo que se libró de ir al frente en Vietnam.

Kerry, un yanqui de Nueva Inglaterra, alcanzó los más altos honores académicos y estuvo profundamente involucrado en actividades pacifistas, pese a lo cual se enroló como voluntario en la Armada y afrontó lo peor de la guerra en el peligroso delta del Mekong.

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