De ser cierta la acusación de la ex ministra Clare Short, Gran Bretaña violó tres convenciones internacionales por espiar conversaciones telefónicas del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
La sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) es inviolable, y cualquier país que deje de lado ese principio habrá cometido un acto ilegal, dijo este jueves a la prensa el portavoz del foro mundial, Fred Eckhard.
El funcionario mencionó tres tratados que Londres habría transgredido si las declaraciones de Short son reales: la Convención sobre los Privilegios e Inmunidades de la ONU (1946), el Acuerdo de Sede entre Estados Unidos y el foro mundial (1947) y la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (1961).
”Hemos visto hoy los informes de prensa según los cuales las conversaciones telefónicas del secretario general fueron grabadas por la inteligencia británica. Nos decepcionaría que eso fuera cierto”, dijo Eckhard.
Annan quiere que se ponga fin a esta práctica, si de veras existe, añadió el portavoz.
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Short, ex ministra de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña, dijo este jueves a la cadena británica de radio y televisión BBC que agentes de inteligencia de su país espiaron rutinariamente a Annan antes de la invasión a Iraq, lanzada el 20 de marzo pasado.
Pocas semanas antes de la guerra encabezada por Gran Bretaña y Washington, Annan estuvo en permanente contacto con varios líderes mundiales, entre ellos gobernantes árabes, con el fin de evitar la invasión y solucionar la crisis de manera pacífica.
”El Reino Unido también introdujo espías en la oficina de Kofi Annan (…). Eso ocurrió durante algún tiempo (…). Leí algunas transcripciones de esas conversaciones”, aseguró Short.
Short renunció el año pasado a su puesto en el gabinete británico por su desacuerdo con el apoyo que le brindó el gobierno del primer ministro Tony Blair a la guerra encabezada por Estados Unidos contra Iraq.
Blair desacreditó las declaraciones formuladas este jueves por su ex ministra a la BBC, y las consideró ”profunda” y ”totalmente irresponsables”.
”No voy a comentar el trabajo de nuestros servicios de seguridad para que eso no sea tomado como evidencia de que las acusaciones de Clare Short son verdaderas”, sostuvo Blair.
Eckhard sostuvo que, de ser ciertas las revelaciones de Short, el espionaje a las oficinas de la ONU habría socavado la integridad y confidencialidad del diálogo diplomático.
”Aquellos que hablan con el secretario general suponen que esa conversación es confidencial”, advirtió.
Por otra parte, Eckhard dijo que no había razones para sospechar que funcionarios del piso 38 de la sede de la ONU, donde funciona la Secretaría General, hayan filtrado información a la inteligencia británica.
”Se le prohíbe expresamente a todos los empleados de la ONU seguir instrucciones de gobiernos”, afirmó.
El fiscal general de Gran Bretaña, Lord Goldsmith, declaró este jueves ante la Cámara de los Lores (alta): ”El gobierno da garantías de que los servicios de seguridad británicos actúan siempre en el marco del derecho nacional e internacional.”
Eckhard dijo que la Secretaría General toma habitualmente medidas técnicas para resguardar sus oficinas de invasiones a la privacidad, y que esas medidas se intensificarán como consecuencia de las declaraciones de Short.
El artículo II de la tercera sección de la Convención sobre los Privilegios e Inmunidades de la ONU, aprobada en 1946, establece: ”Las propiedades y bienes de la ONU (…) serán inmunes de registro, confiscación, expropiación y cualquier otra forma de interferencia, sea por acción ejecutiva, administrativa, judicial o legislativa.”
La inteligencia de Estados Unidos fue acusada el mes pasado de haber sembrado micrófonos en al menos dos misiones de la ONU en Nueva York —la mexicana y la chilena— antes de la guerra en Iraq.
Ambos países latinoamericanos eran entonces miembros del Consejo de Seguridad, y Estados Unidos requería sus votos para una resolución de aval a la inminente acción bélica. Finalmente, Washington, incapaz de obtener la mayoría requerida, desistió de su pedido de aprobación.
El ex embajador mexicano en la ONU, Adolfo Aguilar Zinser, declaró: ”Sí, hubo espionaje. Estados Unidos siempre ha espiado para anticiparse a las decisiones de otros países e intentar determinarlas.”
El año pasado hubo también informes sobre un aumento en la escucha a hurtadillas de diálogos entre diplomáticos de países miembros del Consejo de Seguridad, entre ellos Angola, Bulgaria, Camerún, Guinea y Pakistán.
Un diario de Londres publicó tres semanas antes de la invasión un memorándum en que la Agencia de Seguridad Nacional, órgano especializado en criptografía del Pentágono, pedía a órganos de inteligencia británicos ayuda para sembrar micrófonos en residencias y oficinas de diplomáticos en la ONU.
El gobierno de Blair retiró el miércoles la demanda que presentó contra la traductora Katharine Gun, ex empleada de la inteligencia británica acusada de violar la Ley de Secretos Oficiales al entregar el memorándum a la prensa.
Estas actividades, según Eckhard, violan la Convención de Viena de 1961.
El director ejecutivo del no gubernamental Institute for Public Accuracy, Norman Solomon, dijo a IPS que tanto Blair como el presidente estadounidense George W. Bush quieren que el escándalo por supuesto espionaje a la oficina de la ONU pase al olvido.
”Esa es una de las razones por las cuales el gobierno de Blair retiró la acusación contra Gun”, agregó.
”Es cierto que la integridad de la ONU está en juego”, advirtió Solomon.