MUSICA: Guerra a los piratas del Caribe

Por primera vez en mucho tiempo, el cantante de calipso David Rudder no presentará un nuevo álbum para las celebraciones de carnaval en Trinidad y Tobago, en apoyo a una campaña contra la piratería discográfica.

Rudder decidió respladar a un grupo de productores y músicos del Caribe que amenazaron con no lanzar más discos hasta que los gobiernos de la región tomen medidas para acabar con esa práctica ilegal.

La semana pasada, el grupo de Productores y Distribuidores de Música y Vídeo de Barbados advirtió de que suspendería todas sus actividades de distribución si las autoridades no atendían sus demandas.

Los artistas sufren una ”tremenda pérdida de ganancias” debido a la duplicación y venta ilegal de música y otras creaciones cuya propiedad intelectual está registrada, alegó Peter Boyce, ejecutivo de ese grupo.

”Estamos aquí para informar que no habrá nuevos lanzamientos ni ventas hasta que las autoridades competentes actúen en forma significativa para proteger los derechos de autor”, anunció Boyce en una conferencia de prensa.

Los productores de música de Barbados se quejan de que la piratería los priva de vender el mínimo de copias necesario para que el negocio sea sustentable.

Rudder, ganador del premio Rey del Calipso en el carnaval de Trinidad y Tobago y con más de 25 discos grabados, dijo que la situación actual es ”muy frustrante”.

Los piratas de la música usan la moderna tecnología informática para copiar las grabaciones aun antes de que los artistas puedan vender sus propios discos en los locales, señaló.

”Me acuerdo de que en los años 80 todos solían decirte: 'Bueno, ya conseguí la cinta' (la edición legal). A partir de los 90, todos decían: 'Bueno, ya conseguí que alguien me la copiara'. Ahora el lenguaje cambió, y todos dicen: 'Bueno, ya conseguí descargarla'” de Internet, la red mundial de computadoras, añadió.

El mes pasado, la justicia de Trinidad y Tobago condenó a Roger Stone, de 45 años, luego de que fue detenido con unos 10.000 discos compactos ilegales y equipos para duplicación por un valor de 83.000 dólares.

El jefe ejecutivo de la Organización de Trinidad y Tobago para la Propiedad Intelectual (Cott, por sus siglas en inglés), Allison Demas, dijo que ese caso fue uno de los más graves ocurridos en el Caribe.

”Quedamos asombrados por la gran cantidad de discos ilegales que se encontraron en ese lugar, y entendemos que esto es parte de una gran red, más que una operación de un solo traficante”, señaló.

La Cott lanzó una serie de iniciativas para sensibilizar al público sobre los daños que causa la piratería discográfica.

Demas sostiene que ésta ”no es una guerra perdida”, pero no todos tienen el mismo optimismo.

En noviembre, dos productores caribeños independientes anunciaron que pagarían 83 dólares a quien les informara sobre actos ilegales de copia y venta de música.

Un disco pirata cuesta en Trinidad y Tobago unos 10 dólares, y el precio de un ejemplar editado en forma legal llega a 20 o 30 dólares.

La piratería de música es una industria muy lucrativa en todo el mundo, y se calcula que produce ganancias anualds cercanas a 5.000 millones de dólares.

Los principales sellos discográficos del mundo lanzaron una doble estrategia para combatir la piratería mediante Internet. Por una parte, venden música en la red a precios reducidos, y al mismo tiempo se esfuerzan por demandar a personas que descargan música sin pagar.

Las hipótesis sobre lo que genera la industria ilegal en el Caribe son tienen base firme, pero se cree que llegaría a cientos de millones de dólares anuales. Según la Cott, la piratería moviliza en Trinidad y Tobago unos 15 millones de dólares por año.

En septiembre, la Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual, integrada en su mayoría por compañías de Estados Unidos, acusó a los países de América Central y del Caribe de fallar en el combate contra la piratería, pero en la región se han logrado pequeños avances.

La Cott recibe en la actualidad cerca de un millón de dólares anuales por cobro de derechos de autor.

En Jamaica, el país de la región con mayor producción musical, los sellos discográficos lograron obtener un mayor respaldo de la policía, que dio con una importante red de copia y venta ilegales de discos.

Eso demuestra que el problema puede solucionarse en todo el Caribe, sostuvo Demas.

A comienzos de este mes, Enlace de Derechos de Autor del Caribe, una institución para la gestión colectiva del derecho de autor y los derechos conexos integrada por los gobiernos de Barbados, Jamaica, Santa Lucía y Trinidad y Tobago, discutió en Tobago nuevas estrategias para combatir la piratería.

Por su parte, la Comunidad del Caribe lanzó un programa denominado Desarrollo de la Industria Musical, que se concentra en la protección de la propiedad intelectual, y presentó un proyecto de norma contra la piratería con la intención de que sea aplicada en todos los Estados miembros.

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