INFANCIA: Indígenas, los más vulnerables

Los niños y niñas indígenas viven más marginados y son más vulnerables que el resto, y esto sólo podrá cambiarse si se comprende que su bienestar depende del respeto a sus culturas tradicionales, señaló Unicef.

Tanto en el mundo pobre como en el rico, los niños indígenas se sitúan en los últimos puestos de la mayoría de las categorías de bienestar social, como educación, salud y protección judicial, indicó Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) el miércoles.

El estudio al respecto elaborado por el Centro de Investigación Innocenti de Unicef hace un llamado urgente a todos los países a adoptar programas efectivos de protección de los niños de sus poblaciones autóctonas, pero con respeto a su contexto.

De ese modo, los expertos proponen fomentar el desarrollo de su identidad cultural y sin que se aíslen de la sociedad.

Los resultados no sorprendieron al director del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Ole Henrik Magga. El Foro es un organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que defiende los intereses de 300 millones de pobladores autóctonos del mundo.

”Este informe deja en claro que en cada indicador, en cada estadística, los grupos indígenas tienen los más bajos niveles. En cada país están, por lejos, debajo del promedio general”, dijo Magga a IPS desde Madrid, donde fue divulgado el trabajo.

El estudio también fue presentado en forma simultánea en Australia y varios países de América Latina y Asia.

”El primer paso es protegerlos, demostrarles que pueden vivir con seguridad”, añadió Magga, y subrayó que una de los riesgos principales de las niñas indígenas es la esclavitud sexual.

Los pueblos autóctonos necesitan además que se le reconozcan los derechos sobre su tierra, pues eso contribuirá a disminuir su vulnerabilidad, señala el estudio. Uno de los casos más claros es el del pueblo pigmeo en la República Democrática del Congo.

”No tienen ningún derecho reconocido sobre su tierra. Algunos de los grupos pigmeos van de un lado a otro y no hay tierra en la que puedan instalarse. Pueden establecerse en un lugar por un par de días, pero luego el dueño les pide que se vayan”, dijo Magga.

Cuando no se reconocen los derechos sobre la tierra y hay expulsiones, ”la marginación económica y la pérdida de referencias culturales pueden tener impacto devastador en las comunidades autóctonas, y los niños son los primeros que sienten los efectos”, indicó Unicef.

El informe citó como un ejemplo del avasallamiento sobre las culturas tradicionales indígenas el resultado de una investigación en el norte de la oriental provincia canadiense de Quebec, la cual descubrió que la mayoría de los mamíferos marinos consumidos habitualmente por la etnia inuit estaban contaminados con desechos tóxicos.

”No podemos entender la realidad del niño si no tenemos en cuenta la referencia fundamental para ellos, que es pertenecer a un grupo con una misma cultura, una misma herencia”, dijo la directora del Centro de Investigación Innocenti, Marta Santos Pais.

”En términos de acceso a la salud o en términos de sistema de educación o en términos de legislación para niños indígenas, las soluciones que presentemos no tendrán ningún significado si no tenemos en cuenta ese vínculo fundamental”, dijo Santos Pais a IPS desde Madrid.

El informe destaca varios proyectos que triunfaron gracias a la integración de las comunidades indígenas con diferentes sectores de la sociedad.

”Desde 1993, en Perú, las comunidades locales, incluyendo a autoridades de la salud, la educación y la justicia, alcaldes y las organizaciones no gubernamentales crearon y aplican planes de acción anuales para los niños y niñas”, subrayó.

”Estos planes sirvieron de ejemplo para las Mesas de Concertación de Lucha contra la Pobreza”, que luego adoptaría el gobierno peruano, añadió.

Estos planes anuales fueron organizados por el programa de Unicef llamado ProAndes, creado en 1989 para fomentar el desarrollo de las zonas indígenas más marginadas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

”Lo importante es entender que en las comunidades indígenas no se puede trabajar sólo con los niños o sólo con los ancianos. Tienes que ver a la comunidad como un todo ”, dijo Magga.

El estudio de Unicef logró dos importantes metas: recopilar y publicar información esencial sobre los pueblos indígenas, y dar un ejemplo a las otras agencias de la ONU, según el jefe del Foro.

Por su parte, Santos Pais señaló que si tuviera que elegir un área en la que debería concentrar sus esfuerzos para ayudar a los niños y niñas indígenas sería la educación.

”A través de la educación puedes reconocer el valor de los niños indígenas. Le das una oportunidad a la riqueza de su cultura para que no sea destruida y no se pierda. Y, al mismo tiempo, le das a los niños la oportunidad de que tomen ellos mismos decisiones sobre sus vidas y ayuden a su comunidad”, sostuvo.

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