EDUCACION: El cimiento del desarrollo

Invertir en la universalización de la enseñanza primaria es una de las formas más eficaces de mejorar el crecimiento económico, la salud de los ciudadanos y otros indicadores del desarrollo en los países pobres.

Esa es la conclusión de un nuevo informe de 16 organizaciones estadounidenses humanitarias y de desarrollo, basado en datos originales del Banco Mundial y agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El informe, titulado ”Educa a un niño, transforma a una nación”, halló una alta correlación entre la enseñanza e indicadores como el crecimiento económico y las estadísticas de salud, que determinan el desarrollo de un país.

”La educación provee los cimientos de las naciones estables”, declaró Stephen Moseley, presidente de la Coalición para la Educación Básica, que comprende a los grupos CARE, International Youth Foundation, Save the Children y Women's Edge, entre otros.

Aunque la tasa de inscripción en las escuelas primarias está en aumento en todo el mundo, la ayuda de los países donantes para aumentar ese índice no se ajusta a la demanda, señala el informe.

De unos 680 millones de niños en edad escolar, 115 millones no concurren a la escuela, y 60 millones de ellos son niñas. Además, la mitad de los inscriptos en escuelas primarias no terminan su educación básica.

Más de un tercio de los escolares de Asia meridional y Africa no asisten a la escuela, sostiene el informe.

La correlación entre la educación primaria y la productividad económica es evidente, agrega. Un año adicional de enseñanza aumenta la productividad individual entre cuatro y siete por ciento, mientras que un agricultor con apenas cuatro años de educación básica es casi 10 por ciento más productivo que otro sin educación alguna.

La educación de las niñas, en particular, aumenta el ingreso por habitante y reduce la pobreza en todas los países. Las mujeres con educación son en general más responsables en la administración de las finanzas domésticas y en el gasto en educación y salud de sus hijos.

Por sí sola, la educación no basta para generar un desarrollo exitoso, pero es indispensable para incrementar la productividad económica y mejorar la salud, medida por la expectativa de vida y la tasa de mortalidad infantil.

Además, las personas educadas son más capaces de protegerse contra el VIH/sida y otras enfermedades infecciosas.

De manera similar, las mujeres y niñas con escasa educación tienen más probabilidades de quedar atrapadas en el comercio sexual o la esclavitud infantil.

Los países con alto índice de inscripción en la educación secundaria también son políticamente más estables que aquellos con bajo índice. Un alto nivel educativo también parece ser fundamental para reducir la corrupción, agrega el informe.

La Coalición para la Educación Básica fue creada luego del Foro Mundial sobre Educación celebrado en 2000 en Dakar, Senegal, donde funcionarios de 164 estados miembros de la ONU prometieron universalizar la educación primaria en sus países antes de 2015.

Aunque 83 países están en camino de cumplir ese objetivo, otros 71 no van a llegar, sostiene el informe. La mitad de estos últimos pertenecen a Africa subsahariana, la región más pobre del mundo.

Además de tener 70 por ciento de todos los infectados por VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida), Africa subsahariana carga con una enorme deuda externa.

Algunos acuerdos internacionales redujeron en cierta medida esa deuda, precisamente para que los países afectados puedan asignar más recursos para la salud y la educación, pero activistas del desarrollo señalan que se debe avanzar mucho más para poder alcanzar el objetivo de ”educación para todos”.

Los países en desarrollo gastan en promedio 40 dólares por niño en educación primaria, mientras los países ricos de América del Norte, Europa y Asia invierten 100 veces esa cantidad.

Cuando Kenia volvió gratuita la educación primaria el año pasado, 1,5 millones de niños que no asistían a la escuela comenzaron a hacerlo. Pero el sistema no estaba preparado para ese influjo, y el número de alumnos por clase aumentó de 40 a 120.

Según el informe, los países en desarrollo necesitan muchos más recursos para educación, y en ausencia de un mayor alivio de la deuda, esos recursos deben proceder de donantes ricos.

Pero el dinero no basta para reducir el número de alumnos por aula a niveles aceptables. En los países en desarrollo hay unos 26 millones de maestros de enseñanza primaria, pero para cumplir el objetivo de Dakar serán necesarios de 15 a 35 millones más, dice el informe.

En conjunto, se precisarán 5,600 millones de dólares adicionales para alcanzar ese objetivo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a la que Estados Unidos se reincorporó este año luego de un boicot de 20 años.

Esos fondos adicionales equivalen a lo que Washington gasta actualmente en Iraq y Afganistán en un lapso de seis semanas.

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