DERECHOS HUMANOS: Mutilación genital femenina en el Norte rico

A pesar de los esfuerzos para acabar con la mutilación genital femenina, ahora no solo niñas de Africa, Medio Oriente y Asia sufren esa práctica, sino también hijas de inmigrantes en el Norte rico.

El problema está pasando de ser estrictamente local y nacional, según indicaron representantes de gobiernos y de la sociedad civil reunidos en una conferencia en Washington.

El procedimiento está comenzando a constatarse entre niñas y adolescentes de Estados Unidos, Europa y Australia donde no se conocía a través de la inmigración, según los activistas y funcionarios que asistieron a la reunión.

”Existe evidencia creciente de que los padres llevan a sus hijas a Africa para 'circuncidarlas'”, dijo la directora del Centro de Salud para Mujeres Africanas del Hospital Brigham de Boston, Estados Unidos, Nawal Nour, ginecóloga nacida en Sudán.

Expertos y activistas evaluaron en Washington los logros alcanzados desde el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la mutilación genital, celebrado el 6 de febrero de 2003, cuando delegados de la sociedad civil y de gobiernos africanos se comprometieron a combatir el fenómeno.

La práctica, que se remonta a 5.000 años atrás, puede causar la muerte por desangramiento, infecciones crónicas, esterilidad y complicaciones en el parto, y con frecuencia es dirigida por personas sin calificación médica a niñas y adolescentes a quienes no se suministra anestesia.

Los activistas consideraron que estas mutilaciones aún son realizadas a las niñas africanas, a pesar del acuerdo de los gobiernos para ponerle fin. Se trata de un procedimiento usual en 28 países de Africa, Medio Oriente y Asia.

Esta valoración coincide con los resultados preliminares de un estudio encargado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) a la firma encuestadora Macro International Inc., que se publicará en marzo.

Unos 130 millones de niñas y mujeres en todo el mundo han sido sometidas a la mutilación genital femenina, y cada año unos dos millones de niñas y adolescentes se suman a ellas.

El informe de Macro International, algunos de cuyos detalles fueron revelados en conferencia de prensa, indica que más de siete de cada 10 mujeres sufrieron el procedimiento en Burkina Faso, Egipto, Eritrea, Etiopía, Guinea, Malí, Mauritania y el norte de Sudán.

La prevalencia de la práctica entre las niñas egipcias, por ejemplo, se mantuvo en alrededor de 97 por ciento entre 1994 y 2003, mientras en Costa de Marfil aumentó de 43 a 45 por ciento, en Eritrea se redujo de 95 a 89 por ciento y en Kenia se recrudeció de 34 a 38 por ciento.

En países donde esta práctica está profundamente arraigada, como Eritrea y Sudán, muchas mujeres son sometidas a una modalidad, conocida como infibulación.

Los padres someten cada vez más a sus niñas desde las primeras semanas de vida a una edad de dos o tres años, según el informe. Según la creencia popular, las niñas mutiladas no serán infieles a sus futuros maridos. En algunas comunidades, incluso, es un requisito para el matrimonio.

Usaid indicó que invierte 1,3 millones de dólares en combatir esa práctica en Africa. La activista Rhonda R. Smith, del Buró de Referencia de Población, sostuvo que esa cantidad ”no es nada” comparada con lo que gastan organizaciones de la sociedad civil.

La activista Nahid Toubia, de la organización Rainbo, con sede en Londres, indicó que se ha requerido asistencia al Banco Mundial, la Unión Europea y gobiernos nacionales, ”y estamos comenzando a apelar a los filántropos africanos”.

”Las inversiones son, actualmente, minúsculas”, sostuvo.

Las organizaciones que asistieron a la conferencia en Washington se proponen combatir la práctica mediante programas de educación básica que apelen a líderes religiosos y comunitarios, así como a jóvenes adultos. (

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